lunes, 29 de diciembre de 2014

EL BELÉN NUESTRA SEÑA DE IDENTIDAD

Imágenes de Belenes de casas particulares recibidas en nuestro blog. 
Defendamos esta bella tradición de escenificar a través de la escultura y la recreación de espacios el Nacimiento de Dios. Caben multitud de formas y de estilos, lo importante hacer llegar la importancia de la Navidad para los cristianos.















domingo, 28 de diciembre de 2014

LA FAMILIA Y LA GRACIA


Homilía para el Domingo 28 de Diciembre de 2014. Día de la Sagrada Familia.

“El que honra a su padre expía sus pecados, el que respeta a su madre acumula tesoros”. No deberíamos dejar de leer el texto del libro bíblico del Sirácida, que se proclama en la primera lectura de la celebración eucarística de hoy  (Eclo 3, 2-6.12-14). En una primera parte contiene reflexiones como estas,  llenas de sabiduría.

Despues, las reflexiones se convierten en consejos, que siguen teniendo valor en una sociedad en la que los hijos desprecian la sabiduría de los padres, calificándola de anticuada: “Hijo mío, sé constante en honrar a tu padre; no lo abandones mientras viva. Aunque flaquee su mente, ten indulgencia. No lo abochornes mientras seas fuerte”.

Como si conociera el sentido de culpa que afecta siempre a todos los que han despreciado o abandonado a sus padres, el autor termina formulando una promesa no exenta de poesía: “La piedad para con el padre no se olvidará…, el día del peligro Dios se acordará de ti y deshará tus pecados como el calor deshace la escarcha”.

DOS PROFETAS

En el evangelio que se proclama en esta fiesta de la Sagrada Familia (Lc 12, 22-40) se recuerda la purificación de María y la presentación de Jesús en el templo. Lo primero que llama la atención es la triple alusión a la Ley de Moisés. Aquella familia de Nazaret cumple con fidelidad lo prescrito a su pueblo: presentar su hijo al Señor, de quien lo ha recibido.

Es verdad que inmediatamente se alude por otras tres veces al Espíritu Santo. Moraba en Simeón, le había prometido que no moriría sin ver al Mesías del Señor y, llegado el momento, lo guió oportunamente hasta el templo. Así pues, la llegada de Jesús es como el gozne sobre el cual giran las dos alianzas: una centrada en la Ley y la otra movida por el Espíritu.

Simeón y Ana son dos profetas. Representan la piedad de los creyentes. Viven de cara a Dios y prestan atención a sus señales. Reconocen al Mesías en un niño que no lleva señales de su dignidad. Dan gracias a Dios por Él y anuncian su presencia a quien les puede escuchar. De paso, la familia de Jesús es “evangelizada” por ellos.

Y TRES PLANOS

Pero el evangelio de hoy no se detiene ahí. Nos dice que, después de cumplir lo prescrito por la Ley del Señor, la familia regresa a Nazaret. Del ámbito sagrado pasan con normalidad al ámbito “profano” de la vida diaria. Dan gracias a Dios por la vida y tratan de vivirla en su integridad  y con sencillez , como sugiere el texto con tres pinceladas.

“El niño iba creciéndo y robusteciéndose”. He ahí el plano de la naturaleza. El paso del tiempo y el crecimiento de una vida humana, que es preciso aceptar y agradecer.

“Jesús se llenaba de sabiduría”. Es este el plano de la cultura y de la socialización. Gracias a José y a María el niño aprende el “saber “humano y el “sabor” de las cosas de Dios.

“La gracia de Dios lo acompañaba”. En este plano, Dios tiene todo el protagonismo. El amor y el proyecto de Dios van guiando el desarrollo de Jesús.

- Padre de los cielos, tú sabes que nos preocupan mucho las familias de hoy. Te rogamos por todas ellas. Que la luz de tu evangelio las ayude a valorar la vida, a educar a sus hijos en valores auténticos  y a contar siempre con tu providencia y tu gracia. Amén.

D. José-Román Flecha Andrés

miércoles, 24 de diciembre de 2014

MENSAJE DE NAVIDAD DEL PAPA FRANCISCO


"La Navidad suele ser una fiesta ruidosa: nos vendría bien un poco de silencio,
para oír la voz del Amor."

Navidad eres tú, cuando decides nacer de nuevo cada día y dejar entrar a Dios en tu alma. El pino de Navidad eres tú, cuando resistes vigoroso a los vientos y dificultades de la vida. Los adornos de Navidad eres tú, cuando tus virtudes son colores que adornan tu vida. La campana de Navidad eres tú, cuando llamas, congregas y buscas unir. Eres también luz de Navidad, cuando iluminas con tu vida el camino de los demás con la bondad, la paciencia, alegría y la generosidad.

Los ángeles de Navidad eres tú, cuando cantas al mundo un mensaje de paz, de justicia y de amor. La estrella de Navidad eres tú, cuando conduces a alguien al encuentro con el Señor. Eres también los reyes Magos, cuando das lo mejor que tienes sin importar a quien. La música de Navidad eres tú cuando conquistas la armonía dentro de ti. El regalo de Navidad eres tú, cuando eres de verdad amigo y hermano de todo ser humano. La tarjeta de Navidad eres tú, cuando la bondad está escrita en tus manos. La felicitación de Navidad eres tú, cuando perdonas y reestableces la paz, aun cuando sufras. La cena de Navidad eres tú, cuando sacias de pan y de esperanza al pobre que está a tu lado. Tú eres, sí, la noche de Navidad, cuando humilde y consciente, recibes en el silencio de la noche al Salvador del mundo sin ruidos ni grandes celebraciones; tú eres sonrisa de confianza y de ternura, en la paz interior de una Navidad perenne que establece el Reino dentro de ti. Una muy Feliz Navidad para todos los que se parecen a la Navidad.

Papa Francisco

domingo, 21 de diciembre de 2014

EL REY Y LA SIERVA


Homilía para el Domingo 21 de diciembre de 2014. 4º de Adviento, B.

“Afirmaré después de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas y consolidaré el trono de su realeza. Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo”. Esa es la promesa que Natán transmite a David de parte de Dios. Merece la pena leer toda la profecía que hoy se proclama en la primera lectura de la misa  (2 Sam 7).

David ha manifestado su voluntad de construir una casa para el Señor. Pero, por medio del profeta, Dios le comunica que es Él quien ha decidido elegir la casa de David, protegerla y conservar a sus descendientes en el trono: “Tu casa y tu reino durarán por siempre en mi presencia y tu trono durará por siempre”.

Junto a la alianza entre Dios y su pueblo, se establece ahora otra relación especial con David, que se manifestará en nuevas bendiciones. El hijo de David no será hijo de Dios por naturaleza. Nunca podrá ser divinizado.  Pero será hijo de Dios por elección  y por una especie de  adopción. Por eso habría de ser un signo de su gracia.

EL HIJO DEL ALTÍSIMO

En el evangelio que hoy se lee (Lc 1, 26-38) el anuncio del ángel Gabriel a María recuerda aquella profecía de Natán: “Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin”.

Jesús es heredero de la estirpe de David. Su realeza es hereditaria. Él viene a remediar el fracaso de los reyes descendientes de David que no fueron fieles a la alianza. Jesús viene, sobre todo, a renovar aquella alianza y a revelar su sentido más profundo. La elección de Dios tiene una dimensión espiritual, un destino universal en el espacio y perenne en el tiempo.

Jesús heredará el trono de David. Pero nunca tratará de reivindicar para sí mismo un poder sobre las tierras y las cosas. Jesús no viene a imponer su soberanía por la fuerza. Viene a proponer un camino de salvación y de gracia, que poco tiene que ver con las apetencias humanas de interés, de gloria y de prestigio.

Jesús es en verdad el Hijo del Altísimo. No es tan sólo un hijo por elección. Él mismo habrá de explicar su relación personal con su Padre. Él habrá de repetir una y otra vez que el Padre y Él son una misma cosa, por decirlo con palabras muy pobres. Comparten el mismo origen y la misma voluntad. Son un mismo querer y un mismo proyecto.

PALABRA Y VIDA

En este cuarto domingo de Adviento es muy importante el contenido del mensaje del Ángel. Pero no se puede olvidar la figura de María, a la que se dirige el mensaje. Sus palabras son un evangelio dentro del Evangelio.

“Aquí está la esclava del Señor”. El proyecto de Dios no se cumplirá por medio de las altaneras pretensiones de los que buscan el poder a toda costa. La humildad que caracterizaba a los siervos nos prepara para prestar atencion a la voluntad del Señor sobre nosotros y sobre nuestro mundo.

“Hágase en mí según tu palabra”. Sin embargo, con no ser poco, no basta con prestar atención a la voluntad de Dios. Es preciso acoger la palabra de Dios con un corazón limpio y generoso, como el de María. Como escribió San Agustín, “la Palabra de Dios se hizo vida en su vientre porque antes se había hecho verdad en su mente”.

- Padre de los cielos, te reconocemos como Señor de la historia humana. Tu amor nos ha enviado a Jesús. Queremos aceptar su reinado de gracia y de verdad. Y, al escuchar la palabra que nos diriges cada día, prometemos aceptar tu voluntad. Amén.

D. José-Román Flecha Andrés

sábado, 13 de diciembre de 2014

EL PROFETA DEL MESÍAS


Homilía para el Domingo 14 de Diciembre de 2014. 3º de Adviento, B.

“El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido”. Así comienza el texto del libro de Isaías que hoy se lee en la liturgia eucarística (Is 61m 1-2.10-11). En él se anuncia a Israel, un profeta que recibe el espíritu de Dios y lo difunde. No lo difunde sólo de palabra, sino de obra.

Las obras del profeta son concretas y visibles. Su presencia se hará notar en la sociedad. El profeta que recibe el Espíritu de Dios consuela a todos los que sufren, venda las heridas de todos los desgarrados, libera a los cautivos y prisioneros y, sobre todo, inaugura un año jubilar: el año de gracia de parte del Señor.

Además, el profeta proclama a los cuatro vientos un anuncio de alegría universal: el Señor hará brotar la justicia y los himnos ante todos los pueblos. Este tercer domingo de Adviento se hace notar por su invitación a la alegría.

TRES VECES “NO”

En el texto evangélico que hoy se lee se nos presenta también a un profeta (Jn 1, 6-8.1928). Es un enviado por Dios. Se llamaba Juan y venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la luz. A continuación, el texto nos ofrece una precisión importante: “No era él la luz, sino testigo de la luz”.

Nos impresiona el interrogatorio al que es sometido Juan Bautista por los emisarios de los sacerdotes y levitas de Jerusalén. Juan responde con verdad y humildad. Por tres veces repite un “no” tajante a los que le preguntan. No es Elías, el gran defensor de la majestad de Dios. No es el profeta anunciado por el Deuteronomio. Y no es el Mesías esperado. Pero nadie puede vivir sólo de negaciones. Hay que definirse por un “Sí”. Es preciso reconocer lo que uno es y lo que está dispuesto a dar. Pues bien, para identificarse, Juan se presenta como la voz que clama en el desierto, exhortando a todos a allanar los caminos. Eran expresiones del libro de Isaías que anunciaban la liberación a los deportados.

EL ANUNCIO

Pero hay más en el mensaje de Juan. No se presenta como el esperado por su pueblo, pero no deja de anunciarlo:

“En medio de vosotros hay uno que no conocéis”. Ahora, como entonces, tenemos al Mesías entre nosotros, pero no reconocemos su presencia. Necesitamos aprender a descifrar los signos que lo anuncian.

“Él viene detrás de mí y existía antes que yo”. Ahora como entonces, hemos de reconocer que somos un eslabón en medio de una cadena. Hay un antes y un después de nosotros. El Señor nos precede y, a la vez, nuestro testimonio anuncia su llegada.

“Yo no soy digno de desatar la correa de sus sandalias”. Ahora como entonces, hemos de reconocer humildemente nuestro papel en la historia de la salvación. No somos el Señor.

Somos los siervos y los servidores del Señor. Nada más.  -Señor Jesús, acepta nuestro humilde servicio de evangelizadores. Tratamos de preparar los caminos para que nuestros hermanos puedan reconocerte en este momento concreto de la historia. Que tu luz nos ilumine y que nuestro testimonio creyente sea también creíble. Amén.


D. José-Román Flecha Andrés

lunes, 8 de diciembre de 2014

SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN


La Inmaculada de Pablo VI

El 8 de diciembre de 1959, el Cardenal Montini pronunciaba en la catedral de Milán un admirable discurso sobre la Inmaculada Concepción de María. Según su estilo habitual, iniciaba su reflexión con unas preguntas sobre este misterio: “¿Qué es lo que veo? Pregunto a todos: ¿Qué es lo que veis? ¿Qué imagen refulge sobre nuestro horizonte humano?”.

Su respuesta era sumamente sugestiva. Aunque todos denigramos alguna vez a la humanidad, somos en realidad sus admiradores, porque formamos parte de ella. Nos gustaría ver una humanidad perfecta. Pues bien, en María descubrimos lo mejor de nuestro ser. Lo vemos sin desequilibrio ni discordancia, sin imperfección ni corrupción.

Además, aun contaminados por la suciedad de este mundo, nos gusta imaginar nuestro ser totalmente limpio. No es fácil conseguirlo. Pero en María descubrimos también ese ideal de la limpieza, de la pureza sin mancha.

En tercer lugar, viene a nuestra mente la nostalgia de la belleza que a todos nos seduce. Ahora bien, al dirigirse a María, la liturgia la proclama “Toda hermosa”. Montini se preguntaba el porqué. ¿En qué tiene su raíz esa belleza? Y la razón es su cercanía al mismo Dios: María tiene el esplendor de la belleza “porque ha salido de sus manos en la integridad absoluta, perfecta, purísima y bellísima; porque es un pensamiento de Dios que se refleja en su integridad… Ahí tenemos, al fin, un retrato de Dios no enturbiado, no corrompido”.

Esta contemplación nos recuerda que, si de la luz blanca nacen todos los colores, de la figura de María destellan su dulzura, su bondad, su obediencia, su sabiduría.

El futuro Pablo VI añadía que esta figura llena de perfección, de limpieza y de hermosura suscita la impresión de “una extremada delicadeza, como cuando nos aproximamos a una vestidura limpia, cuando se posan nuestras manos sobre una flor y temen desflorarla, contaminarla, ajarla, o cuando miramos la nieve recién caída y nos maravillamos de esa blancura que siempre querríamos ver sin mancillar”.

De pronto, el cardenal Montini se detenía, como temiendo que se asociara la delicadeza a la debilidad. Pero no. Es verdad que las cosas perfectas han de ser defendidas, pero no porque sean débiles. María es fuerte en todos los momentos de su vida. “No hay virtud si no hay resistencia, si no hay una superación de obstáculos, si no hay algo de explosión, de energía”.

Montini evocaba entonces una educación que quiere dejar al niño abandonado a sus apetencias. Frente a esas ideas, propugnaba él la obligación de defender la perfección humana. Pero también añadía que es preciso educar a la persona para que la virtud pueda, en un cierto sentido, defenderse a sí misma y fortalecerse.

Este discurso, que anticipaba al que había de pronunciar en la clausura del Concilio, se cerraba con una oración que puede ser la nuestra: “¡Oh Señora, danos la fuerza, danos la virtud, danos tú lo que nos falta!”.


D. José-Román Flecha Andrés

lunes, 1 de diciembre de 2014

NOVENA A LA INMACULADA CONCEPCIÓN


30 de Noviembre al 7 de Diciembre de 2014
7'30 de la tarde
Parroquia de la Inmaculada Concepción

Ave María Purísima

domingo, 30 de noviembre de 2014

LA VENIDA DEL SEÑOR


Homilía Primer Domingo de Adviento, 30 de Noviembre de 2014, B.

“La venida del Señor” es el título de la reflexión homilética del sacerdote y téologo José-Román Flecha Andrés para el 1 Domingo de Adviento, B, (30-11-2014)

“Ojalá rasgases el cielo y bajases, derritiendo los montes con tu presencia” (Is 64,1). Ese grito, que se encuentra en la tercera parte del libro del profeta Isaías, parece reflejar una situación de angustia y una gran esperanza. Y así es. Incluido en la primera lectura de la misa hoy, nos introduce de lleno en el espíritu del Adviento.

El profeta observa con preocupación la infidelidad de su pueblo. Son muchos los que andan extraviados. Dan muestras de tener un corazón endurecido. No invocan el nombre del Señor ni se esfuerzan por aferrarse a él. Lo admitan o no, son víctimas de sus propias culpas. Pero el profeta reconoce que nadie hace tanto por su pueblo como el mismo Dios.

Por eso el profeta se dirige a él con una asombrosa confianza: “Señor, tú eres nuestro padre, nosotros la arcilla y tú el alfarero: somos todos obra de tu mano”. Y le pide que rasgue los cielos y se haga presente con su salvación en medio de su pueblo. Un anhelo que recoge el salmo responsorial al repetir: “Ven a salvarnos… ven a visitar tu viña” (Sal 79).

LA ESPERA Y LA TAREA

También en el evangelio que hoy se proclama aparece por dos veces la alusión a la venida del dueño de la casa (Mc 13,33-37). Es muy clara e intuitiva esa breve parábola de Jesús. Nos presenta a un patrón que se va de viaje, asignando una tarea a cada uno de sus criados y encargando al portero de la casa que esté atento para recibirle a su regreso.

Como se ve, el patrón no señala al partir el momento en que volverá a su casa. Este dato es muy importante. Él es el dueño de la casa y no pretende desentenderse de ella. Es su casa y quiere encontrarla abierta al regresar de su viaje. Él es el señor y quiere que sus criados cumplan con su misión siempre y en todo momento.

La parábola tiene una aplicación inmediata a este tiempo de Adviento que hoy comienza en la Iglesia latina de rito romano. Este es el tiempo que nos recuerda nuestra vocación a la esperanza. Nuestra fe nos lleva a vivir aguardando la venida del Señor y la manifestación de su reino en la tierra. Pero no esperamos en la ociosidad. Se nos ha confiado una tarea concreta.

EL SUEÑO Y LA VIGILA

Por tres veces aparece en el evangelio de hoy la exhortación a la vigilancia. El dueño de la casa sabe de sobra que la rutina en el trabajo y el olvido de las tareas pueden generar sopor y somnolencia. Pero es preciso mantenerse despiertos.

“Vigilad, pues no sabéis cuándo es el momento”. Es verdad que no sabemos cuándo se manifestará en su plenitud el reino que esperamos. Además, sufrimos la tentación de olvidar la importancia definitiva del momento que vivimos en el presente.

“Velad, pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa”. Casi siempre creemos que hay que velar, porque tememos la venida del Señor como la amenaza de un castigo. Pero olvidamos que también se mantiene en vela quien espera a la persona amada.

“Lo que os digo a vosotros, lo digo a todos: ¡Velad!” La exhortación de Jesús se dirige a cada uno de nosotros. No podemos vivir en la acedia ni en el pesimismo estéril, como dice el Papa Francisco. Esperar es operar. Aguardar la venida del Señor nos lleva a vivir con generosidad la vocación al amor y el compromiso con la vida, con la verdad y la justicia.

- Padre nuestro celestial, todos los días te pedimos que venga a nosotros tu Reino. Que tu espíritu nos mantenga despiertos para escuchar el Evangelio de tu Hijo. Y que la espera de su manifestación nos lleve a vivir en la fe y diseñar una sociedad más humana. Amén.


D. José-Román Flecha Andrés

sábado, 29 de noviembre de 2014

CAMPAÑA DE RECOGIDA DE JUGUETES


Organizada pro la Hdad. de Santa María Magdalena y colabora la Asoc. Española contra el Cancer.

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viernes, 21 de noviembre de 2014

EL REY PASTOR


Homilía Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, Domingo 23 de Noviembre de 2014. A.

“Yo mismo en persona buscaré a mis ovejas siguiendo su rastro…Voy a juzgar entre oveja y oveja, entre carnero y macho cabrío”. Ese es el comienzo y el fin de la primera lectura que hoy se proclama (Ez 34, 11.17). El profeta Ezequiel ha recriminado de parte de Dios a los malos pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos  y se aprovechan del rebaño.

Por eso Dios promete arrebatar su rebaño de la mano de esos malos pastores y arrancar las ovejas de su boca. Y no sólo eso. Dios mismo promete cuidar de su rebaño y velar por él. Lo conducirá a los mejores pastos, buscará a la oveja perdida y sanará a las heridas y a las enfermas. A las fuertes y gordas las apacentará como es debido.

Esas palabras podían ser comprendidas fácilmente por quienes escuchaban al profeta. Tal vez muchos de ellos se alegrarían de esa intervención del mismo Dios en la situación de corrupción en que vivían. Pero el profeta sabe que Dios es silencioso y bondadoso, pero no es imparcial.  El Pastor habrá de juzgar con justicia el comportamiento de unos y de otros.

EL JUICIO DEL SEÑOR

Al leer el evangelio que se proclama en esta fiesta de Cristo Rey (Mt 25,31-46) imaginamos sin duda el fresco del Juicio Final que Miguel Ángel pintó en la Capilla Sixtina. Esa impresionante escena nos lleva a examinar nuestro comportamiento diario. Pero este texto es sobre toda una reflexión sobre Jesús, su identidad y su misión, como se ve por los títulos que se le atribuyen.

Jesús es el Hijo del Hombre y el hijo del Padre, cuya bendición y maldición pronuncia como una sentencia definitiva en el momento decisivo de la historia.

Jesús es el Pastor, que conoce con tal profundidad a sus ovejas y a sus cabras que puede separarlas justamente de acuerdo con la índole y la conducta que han observado.

Jesús es el Rey y el Señor, que administra justicia de acuerdo con las acciones y las omisiones de los que deberían haberlo reconocido, acogido y socorrido durante su vida.

El texto sugiere todavía una reflexión inolvidable. El pueblo de Israel esperaba un Mesías que viniera a hacer justicia a sus gentes y a castigar a sus enemigos. Pero el texto evangélico anuncia que ante el Rey-Pastor se reunirán “todas las naciones”. El juicio universal del Señor se pronuncia sobre los que se sienten elegidos por él, y también sobre aquellos que no lo conocen.

Y EL CRITERIO DEL JUICIO

Tras invitarnos a contemplar al Juez, el evangelio de hoy nos invita a volver la mirada a los que han de ser juzgados por él, a reflexionar sobre el criterio del juicio, y considerar el destino que les aguarda: a unos el Reino “preparado” para ellos, y a otros el fuego que no estaba en principio “preparado” para ellos.

“Venid benditos de mi Padre… porque tuve hambre y me disteis de comer”. Jesús había ya declarado una norma fundamental: “Quien a vosotros recibe a mí me recibe; y quien me recibe a mí, recibe a aquel que me envió” (Mt 10,40). El camino estaba claro. El juicio evidencia que algunos habían aceptado esa identificación de todo hombre con Jesús y con su Padre.
“Apartaos de mí malditos… porque tuve hambre y no me disteis de comer”. El diálogo se repite. El criterio de la justicia no es la aceptación de unas verdades de fe ni el número y fervor de unas oraciones. El juicio consiste en examinar si los juzgados han comprendido que todo servicio de amor a los “humildes” era un servicio prestado a Jesucristo, el “hermano” universal.
- Padre nuestro celestial, tú nos has preparado un Reino, como nos ha anunciado tu Hijo. Sólo nos pides que lo reconozcamos y ayudemos a él en los más frágiles y humildes de nuestros vecinos. Porque con ellos se ha identificado Jesús, tu Hijo y nuestro hermano, que vive y reina y nos espera por los siglos de los siglos. Amén.


D. José-Román Flecha Andrés

martes, 18 de noviembre de 2014

HISTORIA DE NUESTRA PARROQUIA


Traemos hoy este interesante recorte del periódico en el que podemos apreciar 
como quedó nuestra Parroquia tras el incendio del 4 de julio de 1931.


Aspecto de la Nave Central y del Altar Mayor. 
Se observan los techos hundidos de las naves laterales, la destrucción del retablo mayor donde se encontraba, según el periódico, un crucificado de gran valor procedente de la antigua parroquia, destacan los púlpitos originales del templo.


Antiguo Baptisterio, hoy capilla de la Paz y Esperanza. 
Puede verse el antiguo retablo y en su parte inferior la urna que cobijaba el Santo Entierro, 
la primitiva reja y la actual pila bautismal.


Custodia Procesional de Damián de Castro
 Salvada por los vecinos de las llamas junto con otros enseres.


IMPORTANTE
Animamos a las personas que posean fotografías interesantes de nuestra Parroquia, procesiones, actos religiosos, etc.  a hacérnoslas llegar a través del correo manueltf1@hotmail.es o llevándolas a la Parroquia para su escaneo. 

Muchas gracias.

domingo, 16 de noviembre de 2014

GRUPO DE CONFIRMACIÓN DEL SÁBADO

 Grupo de Confirmación del Sábado 15 de Noviembre

A las 8,30 comenzaba la Eucaristía en la que los confirmandos recibían el Sacramento, se sumaban así a los que ya lo habían celebrado el día anterior. 

La Parroquia se llena de fiesta para celebrar que cerca de 230 villarrenses se reafirman en su fe, en las creencias en la que sus padres los educaron a raíz del Bautismo.

EL TRABAJO Y LA ESPERANZA



Homilía Domingo 16 de Noviembre de 2014. 33 Tiempo Ordinario A
 .
“Una mujer hacendosa ¿quién la hallará?…Cantadle por el éxito de su trabajo, que sus obras la alaben en la plaza” Merece la pena volver a leer este elogio de la mujer trabajadora que se encuentra en el libro de los Proverbios (31, 10-31). Se dice que estas palabras pueden aplicarse a la sabiduría, que es la fuente de la verdadera riqueza y de la felicidad.

Pero este texto incluye también una alabanza al valor del trabajo humano, aquí reflejado en la dedicación de una mujer al esplendor de su casa y al bienestar de su familia, el trabajo es visto con frecuencia como una maldición. Pero bien sabemos cuánto dolor y disgusto ocasiona a la persona verse privada de él.

La imagen de la mujer trabajadora es un hermoso canto a las posibilidades humanas de colaborar con la obra divina de la creación. Esta imagen nos invita, además, a reflexionar sobre el trabajo vínculo social y familiar. Laborar es siempre colaborar. Y una gran parte de la felicidad que el trabajo comporta es precisamente la de servir al amor mutuo.

LOS TALENTOS

En el evangelio que se proclama en este domingo se recoge la parábola de los talentos. (Mt 25,14-30). Por su situación, entre la parábola de las doncellas invitadas a la boda y la profecía del juicio final, este texto se nos presenta como una preciosa lección sobre la esperanza cristiana y las actitudes que comporta.

Con demasiada frecuencia se ha acusado a los cristianos de vivir mirando al cielo, de forma que ignoran lo que ocurre en este suelo. Pero esa acusación no puede responder a la verdad. Como recordó el Concilio Vaticano II, la mirada orientada hacia el más allá no nos impide observar las realidades y los desafíos que se nos presentan en el más acá.

La esperanza cristiana no justifica la pereza del criado que ha recibido de su amo un talento y lo esconde en la tierra. Precisamente el que presume de conocer a su señor es el que no hace nada por aumentar el capital que le ha sido confiado. O por reclutar a otros hermanos para la vida del Evangelio, que eso es lo que significa negociar con los talentos recibidos.

EL BANQUETE

“Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor. Como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante. Pasa al banquete de tu Señor”. Así habla el Señor a los criados que han redoblado los talentos que Él les entregó.

“Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor”. Nosotros no somos los dueños del Evangelio. El Señor es el dueño, nosotros somos sus empleados. Estamos al servicio de Aquel que es nuestro Señor. Él espera de nosotros que aceptemos fielmente su encargo.

“Como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante”. La Biblia presenta una y otra vez la fidelidad como uno de los atributos de Dios y de Jesucristo. Es también nuestra vocación. En realidad, toda nuestra fidelidad es bien poca cosa comparada con la suya.

“Pasa al banquete de tu Señor”. El Señor no se deja ganar en generosidad. Nuestra fidelidad en las pequeñas tareas a favor del Evangelio recibirá un premio inefable. El banquete es la imagen adecuada para reflejar la felicidad de la intimidad con el mismo Dios.

- Padre nuestro celestial, tú nos has encomendado los tesoros de tu reino, el anuncio del evangelio y la tarea de promover la fraternidad en esta tierra. Danos fuerza para cumplir tu encargo, puesto que así enciendes nuestra esperanza. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

D. José Ramón Flecha Andrés

sábado, 15 de noviembre de 2014

SE CONFIRMAN MÁS DE 200 PERSONAS

Confirmados ayer viernes 14 de Noviembre 

A las 8,30 de ayer viernes la Parroquia acogía la celebración del primer turno de Confirmaciones de 2014. Hoy sábado a las 7'30 tendrá lugar la Eucaristía donde el segundo turno de confirmandos celebrarán el sacramento. En total, más de 200 personas que durante un año han recibido la catequesis en sus grupos viviendo los momentos litúrgicos más importantes.

sábado, 8 de noviembre de 2014

EL TEMPLO Y SU MISTERIO


Homilía Domingo 9 de Noviembre de 2014. 32 Tiempo Ordinario A.

“Del zaguán del templo manaba agua hacia levante”. Es hermosa esa imagen que nos trasmite el profeta Ezequiel y que la liturgia proclama en este día (Ez 47,1-2.8-9.12). De los cimientos mismos del templo de Jerusalén, el profeta ve brotar un abundante manantial de aguas. Este torrente cruza el desierto y llega hasta purificar las aguas salobres del Mar Muerto. De esta forma “habrá vida dondequiera que llegue la corriente”.

Esta visión profética nos introduce hoy en la celebración de esta fiesta de la Dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán, consagrada ya en el año 324 a Jesucristo Salvador. Una enorme inscripción grabada en la base de una de las pilastras de la fachada nos la presenta como “Cabeza y Madre de todas las iglesias de la Urbe y del Orbe”.

Pero la dedicación de esta Iglesia, catedral del Obispo de Roma, nos lleva a dar gracias a Dios por su presencia entre nosotros. Y, sobre todo, a recordar que todos los bautizados somos templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en nosotros, como se lee hoy en la primera carta de San Pablo a los Corintios (1 Cor 3,9-11.16.17),

EL TEMPLO DEL RESUCITADO

En el evangelio que se proclama en esta fiesta, recordamos también la reacción de Jesús ante los mercaderes que inundaban los atrios del templo de Jerusalén (Jn 2,13-22). A muchos cristianos les agrada imaginar aquel episodio, para afirmar a continuación que también hoy Cristo tendría que limpiar no sólo el templo material sino toda la Iglesia de Dios.

Y es verdad. Pero el texto evangélico subraya especialmente unas palabras de Jesús que resultaron misteriosas en su tiempo: “Destruid este templo y en tres días lo levantaré”. Bien sabemos que el discurso de Jesús sonaba a blasfemia a los oídos de aquellos que veneraban el templo de Dios más que al Dios del templo.

Sin embargo, el texto evangélico anota oportunamente que “Jesús hablaba del templo de su cuerpo”. Recordar es pasar la historia por el filtro del corazón. Y los discípulos recordaron cordialmente esas palabras cuando Jesús hubo resucitado de entre los muertos. Levantar el templo era para Jesús triunfar sobre la muerte y anunciar la buena noticia de la vida.

LA TENTACIÓN DEL MERCADO

Además de este sentido cristológico, el evangelio de hoy contiene una importante nota moral. Jesús quiere que tanto nuestro cuerpo como el cuerpo mismo de la Iglesia sean reconocidos como morada de Dios:

“No convirtáis en un mercado la casa de mi Padre”. En una cultura marcada por la frivolidad, es bueno recordar que nuestro cuerpo y el de los demás es morada de Dios. El respeto al cuerpo es un deber que brota de la fe bautismal.

“No convirtáis en un mercado la casa de mi Padre”. En un mundo afectado por el interés, conviene tener presente que también el mundo creado ha de ser respetado como casa de Dios y casa del hombre. La ecología y la ecoética son impensables si se pierde la esperanza en el futuro.

“No convirtáis en un mercado la casa de mi Padre”. En un mundo señalado por el individualismo, es necesario redescubrir el valor de la comunidad. La Iglesia es el lugar donde se nos revela Dios. Y nada puede hacerle perder ese carácter sagrado.

- Padre nuestro celestial, el misterio de nuestros templos nos lleva a vivir de forma que quienes se acerquen a ellos, a nuestro cuerpo y a tu Iglesia perciban tu presencia paternal y tu misericordia. Bendito seas por siempre, Señor. Amén.


D. José-Román Flecha Andrés

domingo, 2 de noviembre de 2014

BESAMANOS A NTRA. SRA. DE LA SOLEDAD


Con motivo de la Conmemoración de los Fieles Difuntos Ntra. Sra. de la Soledad estará expuesta en Solemne Besamanos tras la Eucaristía de las 7'30 de la tarde.

A NUESTROS DIFUNTOS


“Si para recobrar lo recobrado,
debí perder primero lo perdido.
Si para conseguir lo conseguido,
tuve que soportar lo soportado.
Si para estar ahora enamorado,
fue menester haber estado herido.
Tengo por bien sufrido lo sufrido,
tengo por bien llorado lo llorado.
Porque después de todo he comprobado,
que no se goza bien de lo gozado,
sino después de haber padecido.
Porque después de todo he comprendido,
que lo que el árbol tiene de florido,
viene de lo que tiene sepultado”.

Santa Teresita

sábado, 1 de noviembre de 2014

SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS


Don Bosco explica a Santo Domingo Savio como ser Santo. Aprendamos esta humilde lección para ser mejores cada día. Aprovechemos esta jornada para recordar y vivir los valores de aquellos que fueron o son ejemplo de superación, constancia, fe, solidaridad, humildad y todos aquellos valores cristianos que nos hacen parecernos al Jesús de las Bienaventuranzas.

domingo, 26 de octubre de 2014

DIOS Y LOS DEMÁS


Homilía Domingo 26 de Octubre de 2014. 30 Tiempo Ordinario A

“Si tomas en prenda el manto de tu prójimo, se lo devolverás antes de ponerse el sol, porque no tiene otro vestido para cubrir su cuerpo, y ¿dónde, si no, se va a acostar?”  (Ex 22, 25-26). Hoy puede resultar sorprendente  este precepto sobre el manto, que se encuentra en el Código de la Alianza, en el libro del Éxodo.

Tres preceptos negativos prohíben molestar al extranjero, explotar a viudas y huérfanos y prestar dinero con usura. A continuación se incluye este precepto positivo. Un pobre ha pedido dinero a préstamo. Como prenda ha dejado su propio manto. Pero lo necesita para arroparse también durante el sueño. Es preciso devolvérselo para que no sufra el frío de la noche.

El texto no es solamente una recopilación de normas legales y de ideales morales. Es también –o, sobre todo- una revelación del mismo Dios. Por eso  se cierra con una motivación fundamental. Dios se presenta como abogado y defensor del pobre: “Si grita a mí yo lo escucharé, porque yo soy compasivo. Esa es la razón de la justicia y de la solidaridad humana.

DOS AMORES

El evangelio que se proclamaba el domingo pasado evocaba una pregunta trampa que los fariseos y los herodianos dirigieron a Jesús a propósito del tributo. En el texto que hoy se lee escuchamos una nueva pregunta que un fariseo dirige a Jesús. Reconociéndolo como “maestro”, quiere saber cuál es el mandamiento principal de la Ley (Mt 22, 34-40).

Jesús considera como primer mandamiento el que se encuentra en el libro del Deuteronomio: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu ser”. Ese precepto distinguía a Israel de otros pueblos que ante los dioses sólo experimentaban terror. Amar a Dios era el ideal más alto, porque uno se identifica siempre con lo que ama.

Pero Jesús evocaba un segundo mandamiento que se encuentra en el libro del Levítico: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. A diferencia del primero, ese precepto podía encontrarse también en otras culturas. En realidad, esa era y es todavía la regla de oro de todas las éticas. Una prueba fácil para reconocer la veracidad del amor humano.

LA LEY Y LOS PROFETAS

Así pues, el primer mandamiento elevaba al hombre a una dimensión vertical, poniéndole de cara a Dios. El segundo lo guiaba, por un camino horizontal, al encuentro con todos los demás hombres. El texto concluye con una conocida frase de Jesús: “Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los profetas”.

El primero de estos mandamientos revela la vocación religiosa de toda persona. Denuncia nuestras idolatrías. Y exige la aceptación de la voluntad de Dios, pero también las manifestaciones externas de la religión, como la oración y la alabanza a su misericordia.

El segundo de estos mandamientos resume la aspiración a la justicia y la solidaridad. Denuncia nuestro egoísmo Y exige el respeto a los demás, pero también la acogida a los más pobres y necesitados, a los que son considerados como la basura del mundo.

- Señor Jesús, gracias por habernos mostrado el camino del amor que había sido revelado a tu pueblo. Y gracias, sobre todo, por darnos testimonio de ese camino de amor con tu propio ejemplo de atención a Dios y a todos los hijos de Dios. Amén.

D. José-Román Flecha Andrés

jueves, 23 de octubre de 2014

FESTIVIDAD DEL ARCÁNGEL SAN RAFAEL


La historia cuenta que el Arcángel San Rafael es Custodio de Córdoba desde que en la Edad Media una epidemia de peste asoló Europa diezmando la población. Córdoba entera se encomendó a San Rafael y milagrosamente la peste pasó por la ciudad sin apenas causar daño alguno. Ramírez de Arellano recoge en sus “Paseos por Córdoba” que cuando la peste asolaba la ciudad en el siglo XVI, el Arcángel se apareció al Padre Roelas en cuatro ocasiones, revelándole que él salvaría a la ciudad. En aquel entonces, el sacerdote, temeroso de que todo fuera un engaño de sus sentidos y después de consultar el caso con importantes teólogos de la Compañía de Jesús, visitó al Provisor, quien le ordenó que si se producía una quinta aparición, le preguntase quién era. Así fue, en la madrugada del 7 de mayo de 1578, se produjo esta quinta aparición en la que San Rafael le dijo al sacerdote: “Yo te juro, por Jesucristo Crucificado, que soy Rafael, ángel a quien Dios tiene puesto por guarda de esta ciudad”. Al poco tiempo dejaron de morir personas en Córdoba a causa de la epidemia.

sábado, 18 de octubre de 2014

DIOS Y EL CÉSAR


Homilía Domingo 19 de Octubre de 2014. 29 Tiempo Ordinario A

“Te llamé por tu nombre, te di un título, aunque no me conocías. Yo soy el Señor y no hay otro; fuera de mí no hay Dios” (Is 45,4-5). Es sorprendente este texto que se encuentra en la segunda parte del libro de Isaías. Estas palabras de Dios no se dirigen a un rey de Judá o de Israel, sino a Ciro, rey de los persas, al que el profeta califica como “Ungido por Dios”.

Es cierto que el texto habla de este rey, que vendría a derribar los restos del imperio de los babilonios y a devolver la libertad a los pueblos que ellos les habían arrebatado. Ciro, en efecto, promulgaría el edicto que permitía a los hebreos regresar a sus tierras y reconstruir la ciudad de Jerusalén.

Pero el texto habla sobre todo de Dios. Él es el Señor de la historia. La altanería de los poderosos no significa nada en su presencia. Es llamativa esa repetición: Dios elige a Ciro aunque Ciro no conoce a Dios. Es decir, el poder viene de Dios. Y Dios utiliza el poder humano para darnos a conocer sus planes divinos.

VERDAD E HIPOCRESÍA

Al poder de los gobernantes se refiere también el evangelio que hoy se proclama (Mt 22,15-21). Conocemos bien la escena. Aunque habitualmente no se llevan bien entre ellos, los Fariseos se unen por esta vez a los partidarios de Herodes para tender una trampa a Jesús.

Pretenden halagar a Jesús, reconociéndolo como Maestro y subrayando al menos tres de sus virtudes. Admiran su sinceridad, la rectitud con la que enseña el camino de Dios y su independencia de juicio, que no se deja arrastrar por la acepción de personas. Los creyentes sabemos que una vez más, los enemigos de Jesús decían más de lo que sospechaban.

Tras esa florida introducción, llega la pregunta: “¿Es lícito pasar impuestos al César o no?” Seguramente los emisarios pensaban que el Maestro no tenía salida alguna. Si se negaba a pagar impuesto al Imperio Romano, podía ser denunciado. Si apoyaba el sistema de impuestos no podría presentarse como un salvador de su propio pueblo.

LA LEY Y LOS PRIVILEGIOS

Jesús intuye los sentimientos de quienes preguntan y los acusa de hipócritas. Un piadoso israelita no debía llevar monedas acuñadas con imágenes humanas. Pero evidentemente estos tentadores que se mostraban como piadosos transgredían tranquilamente la Ley. Los que reconocen la sinceridad del Maestro no viven con sinceridad. De ahí la respuesta de Jesús:

“Pagadle al César lo que es del César”. En muchos lugares y en todo tiempo los gobernantes suelen mirar con recelo a los cristianos. Piensan que no pueden fiarse totalmente de ellos. Pero los cristianos saben que es un deber de justicia y de caridad colaborar lealmente en la búsqueda y realización del bien común de la sociedad.

“Pagadle a Dios lo que es de Dios”. Sin embargo, ya desde el primer momento, los cristianos han aprendido que no siempre las leyes humanas persiguen el bien común. Si las leyes tratan de favorecer a los privados, se convierten en “privi-legios”, como ya decía San Isidoro. En esos casos, se impone la objeción de conciencia.

- Señor Jesús, también nosotros reconocemos tu sinceridad y tu libertad. No permitas que nos engañemos a nosotros mismos adorando a los poderes de este mundo y ayúdanos a ser fieles a la Ley del único Dios. Amén.
D. José-Román Flecha Andrés

miércoles, 15 de octubre de 2014

FESTIVIDAD DE SANTA TERESA DE JESÚS


Señor, en la oscuridad de mi corazón

Señor,
en la oscuridad
de mi corazón,
enciende Tu luz.

Tu luz:
extendiéndose en el silencio, flameando en la oración,
ardiendo en mi prójimo,
proporciona calor y refugio.

Dios mío:
todo en todo
y todo en uno,
todo uno,
sólo Amor.

Santa Teresa de Jesús

domingo, 12 de octubre de 2014

PILAR, FE DE ESPAÑA


A LA VIRGEN DEL PILAR

Virgen del Pilar, te quiero,
te quiero, Virgen María.
Muy dura es la travesía,
muy pedregoso el sendero.
Tan difídil derrotero
no se puede superar
sin la ayuda singular
de nuestra Madre del Cielo,
amparo, guía y consuelo,
que es la Virgen del Pilar.

sábado, 11 de octubre de 2014

EL BANQUETE Y LA FIESTA


Homilía Domingo 12 de Octubre de 2014. 28 Tiempo Ordinario A

“Aquel día preparará el Señor de los Ejércitos para todos los pueblos, en este monte, un festín de manjares suculentos y vinos de solera”  (Is 25,6). El texto de Isaías que se lee en este domingo repite por tres veces la alusión al monte. Isaías vivía en Jerusalén, así que se refiere al templo del Señor, como meta de la peregrinación de todos los pueblos.

La salvación se expresa en imágenes fácilmente comprensibles: la muerte es aniquilada; el Señor enjuga las lágrimas y retira el oprobio que ha pesado sobre su pueblo. La alegría se manifiesta también en la retirada de los velos propios del duelo y del luto. Y, sobre todo, en la celebración de un espléndido banquete al que son invitados todos los pueblos.

El texto contrapone al pueblo de Dios a los otros pueblos, tantas veces considerados como enemigos. Pero Dios es un Dios de todos. Su misericordia se extiende por toda la tierra. Así que el profeta anuncia la salvación para todos. La salvación de Dios comporta la reconciliación universal. Por tanto, hay motivos más que suficientes para celebrar una fiesta.

GENEROSIDAD Y EGOÍSMO

La imagen del banquete aparece también en la parábola  que se contiene en el evangelio  de hoy (Mt 22,1-14). Como se suele decir, el medio es el mensaje. A una sociedad que considera la elección divina como un peso insoportable, es necesario recordarle que  el Reino de Dios es representado por un gran banquete de bodas.

En un segundo momento, es importante ver que el banquete  se organiza para celebrar las bodas del hijo del rey. El Reino de Dios es representado aquí con los colores y los sabores de un banquete nupcial. El Hijo de Dios se ha desposado con nuestra naturaleza humana. Y esa decisión comporta alegría y fiesta, amor y vida. No se puede vivir con amargura.

Claro que la parábola incluye un elemento dramático. Los convidados al banquete lo rechazan. Unos consideran que sus propios planes e intereses son más importantes que el banquete del rey. Y otros se sienten ofendidos por la invitación hasta el punto de matar a los mensajeros.  Frente a la generosidad de Dios se alzan el egoísmo y el resentimiento humanos.

LLAMADA Y ELECCIÓN

Con todo, Dios no se da por vencido en su generosidad. Abre las puertas del banquete a toda la humanidad. Pero entre los que acuden a la fiesta hay alguno que llega sin traje de fiesta. Frente a la altanería de los primeros invitados se encuentra el descuido de quien no sabe valorar la grandeza de la invitación. La parábola concluye con un proverbio  bien conocido:

“Muchos son los llamados y pocos los escogidos”. La parábola condena un primer pecado: el de ignorar la invitación de Dios o considerarla menos importante que nuestros intereses personales.

“Muchos son los llamados y pocos los escogidos”. Pero la parábola condena también un segundo pecado: el de creernos con todos los derechos ante Dios y no llevar con dignidad la vocación que él nos ha dirigido.

- Padre nuestro, gracias por habernos invitado al banquete de tu reino. Perdona que a veces no aceptemos tu llamada y que no la vivamos de acuerdo con tus preceptos. Ayúdanos a disfrutar de verdad la alegría de tu fiesta. Amén.

D. José Ramón Flecha Andrés

lunes, 6 de octubre de 2014

BEATA MARÍA ANA MOGAS FONTCUBERTA


De camino, Mª Ana, como tú,
Con el alma y la vida a flor de piel,
paso a paso tras las huellas de Jesús
para amar, servir y hacer el bien.

De camino como aquellos de Emaús
que buscaban ser, y no tener;
celebrar la Palabra que da luz,
compartir la mesa, el pan, la fe.

Vivió amando y al morir nos dijo:
“Amaos”. Como tú
a Jesús queremos serle fiel.
Amar y más amar con más
y más amor, y, llenos de alegría,
dar y darnos a la vez.

Ahora es tiempo de ser y de servir
porque aún queda mucho por hacer.
Cada día sembraremos nuevo amor
con gozo, esperanza y alegre sencillez.

LA MANO GENEROSA, COMO TÚ,
DISPUESTO EL CORAZÓN, COMO TÚ,
Y CRECER, SÍ, CADA DÍA MÁS Y MÁS,
MÁS EN EL AMOR.

sábado, 4 de octubre de 2014

FESTIVIDAD DE SAN FRANCISCO DE ASÍS


Con motivo de la Festividad de San Francisco de Asís y en homenaje a la labor que las Religiosas Franciscanas vienen ejerciendo en Villa del Río desde hace casi un siglo traemos esta preciosa oración del Santo Franciscano.

EL CÁNTICO DE LAS CRIATURAS

Altísimo y omnipotente buen Señor,
tuyas son las alabanzas,
la gloria y el honor y toda bendición.

A ti solo, Altísimo, te convienen
y ningún hombre es digno de nombrarte.

Alabado seas, mi Señor,
en todas tus criaturas,
especialmente en el Señor hermano sol,
por quien nos das el día y nos iluminas.

Y es bello y radiante con gran esplendor,
de ti, Altísimo, lleva significación.

Alabado seas, mi Señor,
por la hermana luna y las estrellas,
en el cielo las formaste claras y preciosas y bellas.

Alabado seas, mi Señor, por el hermano viento
y por el aire y la nube y el cielo sereno y todo tiempo,
por todos ellos a tus criaturas das sustento.

Alabado seas, mi Señor, por el hermano fuego,
por el cual iluminas la noche,
y es bello y alegre y vigoroso y fuerte.

Alabado seas, mi Señor,
por la hermana nuestra madre tierra,
la cual nos sostiene y gobierna
y produce diversos frutos con coloridas flores y hierbas.

Alabado seas, mi Señor,
por aquellos que perdonan por tu amor,
y sufren enfermedad y tribulación;
bienaventurados los que las sufran en paz,

porque de ti, Altísimo, coronados serán.
Alabado seas, mi Señor,
por nuestra hermana muerte corporal,
de la cual ningún hombre viviente puede escapar.

Ay de aquellos que mueran
en pecado mortal.

Bienaventurados a los que encontrará
en tu santísima voluntad
porque la muerte segunda no les hará mal.

Alaben y bendigan a mi Señor
y denle gracias y sírvanle con gran humildad.

Esta bella oración de San Francisco es conocida por varios nombres: Cántico de las Criaturas, Alabanzas de las Criaturas e Himno de la Hermana Muerte. Fue escrito en romance umbro (la tierra del santo) y se lo considera el primer poema en la lengua italiana. Se lo celebró como "el más bello trozo de poesía religiosa después de los Evangelios" y "la expresión más completa y lírica del alma y de la espiritualidad de Francisco". La fecha de su composición es el otoño de 1225, posiblemente en San Damián. La estrofa sobre el perdón la redactó con ocasión de una controversia entre el Podestá de Asís, primera autoridad de la ciudad, y el Obispo, reconciliándolos. Y la última, sobre la hermana muerte, la compuso en octubre de 1226.

Las circunstancias físicas en que se hallaba el Pequeñuelo obvian los comentarios y provocan las conclusiones: desangrado por los estigmas, casi ciego, enfermo del hígado, desnutrido y afiebrado. Por el contrario, su vida interior estaba en la mejor salud. Dios había querido recordar a los hombres la pasión de su Hijo a través del cuerpo del Pequeñuelo y, como sólo desde la cruz se preludia la alegría de la Pascua, a la hora de cantar el "aleluya". Ninguno mejor que Francisco.

Lo cantó por todos, por ti y por mi; por los hombres y los astros; por las criaturas y las plantas; por toda esta naturaleza que Cristo reconcilió y pacificó en su cruz. Francisco interpretó el silencioso canto que toda la creación le tributa a Dios, y la silenciosa melodía que Dios canta en la creación. Y lo hizo porque ocupaba el último lugar, y así pudo ser el primero. Porque era el más humilde de los siervos, y esto le permitió comprender como nadie la grandeza de su Señor.