domingo, 30 de septiembre de 2012

CONFIRMACIONES EN VILLA DEL RÍO


Se ratifica la fecha de la próxima celebración del Sacramento de la Confirmación.
Tendrá lugar el próximo día 10 de Noviembre de 2012 a las 19:30
en la Iglesia Parroquial de la Inmaculada Concepción.
 
Confirmará el Ilmo. Señor Vicario de la Diócesis D. Manuel Montilla Caballero.

viernes, 28 de septiembre de 2012

UN ESPÍRITU SIN BARRERAS

Domingo 30 de septiembre de 2012. 26 del Tiempo Ordinario. B

“Ojalá todo el pueblo del Señor fuera profeta y recibiera el espíritu del Señor”. Con este hermoso deseo concluye el episodio que se lee como primera lectura en la eucaristía de este domingo (Núm 11, 25-29). Es un relato muy interesante. Por medio de la anécdota se transmiten varias ideas importantes.

En un primer acto se muestra la predilección de Dios por Moisés, al que ha llenado de su espíritu. Ahora bien, Dios aparta algo de ese espíritu y lo reparte entre setenta ancianos que, por en virtud de esa gracia, reciben el don de profetizar. También ellos se convierten en portavoces de la voluntad de Dios.

En un segundo acto, aparecen dos de los designados que se hallan fuera del campamento hebreo. Sin embargo, el espíritu los encuentra donde están, de modo que comienzan a profetizar como los demás. Cuando un joven trae a Moisés la noticia, Josué le sugiere a Moisés que les prohíba profetizar.

Y ahí se coloca la célebre frase de Moisés: “Ojalá todo el pueblo del Señor fuera profeta y recibiera el espíritu del Señor”. Todo el relato revela la grandeza de Dios, las dificultades institucionales que tratan de limitar esa grandeza y la magnanimidad de Moisés que percibe la dimensión comunitaria y universal del espíritu de Dios.
  

EL SECTARISMO

También el evangelio recoge esa tentación que aparece con frecuencia en la comunidad cristiana. Algunos creyentes se creen con el monopolio del Espíritu de Dios. Piensan que sólo puede mostrarse en su grupo y a través de sus gestos y palabras. Y por una falsa fidelidad al Espíritu, lo niegan a los demás y terminan por poner barreras a Su acción.

Así lo cuenta el evangelio de hoy (Mc 9, 38-48). Juan cuenta a Jesús que han visto a uno que, en Su nombre, expulsa demonios, aunque no pertenece al grupo de los discípulos. Menos mal que éstos han tratado de prohibirle esa actividad. Es peligroso el espíritu de grupo, o de secta, que se considera elegido en exclusiva. ¿Qué hay detrás de esa actitud de Juan y sus compañeros?

En primer lugar hay una falsa idea del mismo Jesús al que siguen. No saben que Su santo nombre no es patrimonio de nadie. Además hay una tendencia malsana a considerar enemigos a los que no pertenecen al grupo. Y, finalmente, hay un resentimiento vengativo. Los que no pudieron expulsar el demonio del joven epiléptico (Mc 9,18), no toleran que “otro” que no va con ellos pueda realizar lo que ellos no lograron.


LA SENSIBILIDAD

 ¿Qué no daríamos por ver el rostro y la mirada de Jesús al descubrir en sus discípulos más íntimos estos gestos de exclusivismo? Con todo, el texto evangélico pone en boca de Jesús un mandato terminante y dos motivos que son criterios para la acción:

• “No se lo impidáis”. Los que siguen al Señor deben cultivar en sí mismo la sensibilidad para descubrir las señales del Espíritu, dondequiera que se presenten. El Espíritu de Dios no conoce fronteras. Impedir la acción del Espíritu significa no creer en Él.

• “Uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí”. Es verdad que la Iglesia ha sido llamada a confesar el Nombre del Señor. A rogar que ese Nombre sea santificado. Y a descubrir los lugares impensables donde ese Nombre hace prodigios.

• “El que no está contra nosotros está a favor nuestro”. Es cierto que los discípulos del Señor han sido siempre hostigados. También ahora hay muchos que los persiguen. Pero hay también “ateos cristianos”, como se definía Oriana Falacci. Quien ama los valores del evangelio está contribuyendo de alguna forma a la misión del Mesías Jesús y de la Iglesia.

- Señor Jesús, tu Espíritu  no se deja apresar por nuestros lazos ni frenar por nuestros reglamentos. Danos un corazón grande para descubrir Su acción y un espíritu humilde para dejarnos interpelar por los que hablan y actúan en tu nombre. Amén.

 D. José-Román Flecha Andrés


martes, 25 de septiembre de 2012

VIAJE ORGANIZADO POR LA HERMANDAD DEL SANTÍSIMO

VIAJE A MONTILLA
“San Juan de Ávila”
(Doctor de la Iglesia)


Sábado, 20 OCTUBRE de 2012

PRECIO: 12 €
INCLUYE:

Ida y vuelta en autobús.

Visita guiada a los lugares más emblemáticos de la vida de San Juan de Ávila:

- Convento de Santa Clara.
- Casa del Santo (donde podremos visitar su despacho, su dormitorio, etc.)
- Basílica de San Juan de Ávila (donde se conservan sus restos)

Momento de Oración con los sacerdotes del Santuario (OPCIONAL)

Visita a los principales monumentos de la vida de San Francisco Solano (Patrón de Montilla)

ü  DESAYUNO con chocolate y dulces típicos, por gentileza de la Hermandad.

SALIDA (aprox.): 9 de la mañana
REGRESO (aprox.): 6,30 de la tarde

INSCRIPCIONES: antes del 5 de octubre (plazas limitadas)

Organiza: Hermandad del Santísimo Sacramento de Villa del Río.
Más información en la Parroquia, o al tlf. 617 25 41 81 (Pedro J. Agudo)

lunes, 24 de septiembre de 2012

LA IMAGEN DE SANTA MARÍA MAGDALENA EN RESTAURACIÓN


El pasado sábado, la imagen de Santa María Magdalena fue trasladada a los talleres del escultor Sebastián Montes Carpio en la capital cordobesa para ser sometida a  la restauración acordada en su nueva Junta de Gobierno.

La imagen realizada en la postguerra, con materiales poco adecuados, por el escultor local Manuel Campó ya sufrió una restauración por parte de Montes que reafirmó su estructura: articulaciones y candelero. Ahora se trata de potenciar y sacar partido a la talla, dotándola con una policromía más natural.

Se espera que este de vuelta a la Iglesia Parroquial en Diciembre.

sábado, 22 de septiembre de 2012

DE NUEVO EN CAMINO

Homilía Domingo 23 de septiembre de 2012. 25 del Tiempo Ordinario, B


“Acechemos al justo, que nos resulta incómodo”. Esas palabras se encuentran en el pasaje del libro de la Sabiduría que hoy se lee en la liturgia (Sap 2, 17-20). Son antiguas, pero podrían aplicarse a todos los tiempos y a todos los países. Al ponerlas en boca del impío, el texto subraya la fuerza que ejerce la presencia de los justos en una sociedad corrupta.

No es extraño que la persona honradas sea con frecuencia acusada, desprestigiada, alejada de su puesto de trabajo. El texto recoge tres acusaciones que dirigen contra ella los que la persiguen: “Se opone a nuestras acciones, nos echa en cara nuestros pecados, nos reprende nuestra educación errada”.

Si bien se mira, esas son las razones o sinrazones con las que muchas veces se explica la muerte de los mártires. Algunos han muerto por negarse a renegar de Dios. Pero muchos otros han sido asesinados por defender la dignidad de las personas que estaban siendo atropelladas por los facinerosos de turno. Matando al profeta pretendían éstos anular la profecía.

LA DISCUSIÓN

Ya nos damos cuenta de que ese texto bíblico ha sido elegido hoy como introducción a las palabras con las que Jesús anuncia su propia suerte: “El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres y lo matarán, y después de muerto, a los tres días resucitará” (Mc 9, 31).

Este es el segundo de los tres anuncios de la Pasión. Marcos lo coloca después de la transfiguración de Jesús y la curación del joven epiléptico a la bajada del monte. Según el texto evangélico, Jesús es consciente de la suerte que le espera, mientras que sus discípulos no entienden de qué les habla. Es más, les da miedo preguntarle.

No entienden lo que Jesús trata de decirles. Pero tampoco han asumido el estilo de su vida. De hecho, mientras van por el camino, discuten quién de ellos es el más importante. La pregunta de Jesús trasciende aquel momento y se aplica a los discípulos de todos los tiempos. También a nosotros nos pregunta el Señor de qué discutimos mientras vamos “de camino”. Será muy triste si pasamos la vida discutiendo sobre nuestra propia importancia.

LA ACOGIDA

“El que acoge a un niño como éste en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado”. Ese es el gesto profético de Jesús antes las pretensiones de sus discípulos. Pero los gestos de los profetas siempre van acompañados por la palabra. Y aquí la palabra clave es “acoger”.

• Acoger a un niño. Ese es el signo de la gratuidad. El niño todavía no realiza un trabajo ni recibe un salario. No es “productivo”. Y, sin embargo es importante. Acoger a un niño significa reconocer la importancia del débil. Es decir del “in-útil”

• Acoger a Jesús. Él ha sido pobre y ha recorrido como un pobre los caminos del mundo. Acoger a Jesús, en su pobreza material, es la fuente de nuestra riqueza. Éñ pidió de beber a la Samaritana, pero podía dar un agua que salta hasta la vida eterna.

• Acoger al que le ha enviado. Jesús se sabe enviado por el Padre. Él es la imagen de Dios invisible. Acogerle es creer en él: en su mensaje y en su misión de salvación. Quien cree en el enviado cree también en el que lo envió.

- Señor Jesús, siendo grande te has hecho pequeño. Has tomado la forma de siervo, pasando por uno de tantos, mientras tus siervos pretendemos tomar la forma y la apariencia de señores. Perdona nuestra altanería y autosuficiencia. Y ayúdanos a descubrirte y acogerte en los pequeños y marginados. Amén.

D. José-Román Flecha Andrés

sábado, 15 de septiembre de 2012

POR EL CAMINO

Homilía para el Domingo 16 de septiembre de 2012. 24 del Tiempo Ordinario, Ciclo B

Hoy se lee en la liturgia un texto del libro de Isaías que nos lleva a recordar los días de la Semana Santa (Is 50, 5-9).

Nos impresiona
siempre escuchar ese tercer canto del Siervo de Dios: “Ofrecí la espalda a los que me apaleaban y la mejilla a los que mesaban mi barba. No oculté el rostro a insultos y salivazos”.


En nuestra peripecia particular, todos hemos experimentado las espinas que siempre vienen mezcladas con las rosas. Pero bien recordamos que no hemos estado dispuestos a prestarnos a la burla, al desprecio o a las zancadillas de los demás. Nos hubiera parecido una vergonzosa renuncia a nuestra dignidad personal.

Seguramente, el secreto de esta actitud del Siervo de Dios se encuentra en el versículo siguiente: “El Señor me ayudaba, por eso no sentí los ultrajes”. La confianza en la cercanía y en la ayuda de Dios transforma totalmente el sufrimiento. No  suprime de golpe las ofensas. Pero nos lleva a comprender el sentido que encierran.


LAS PREGUNTAS

El evangelio de hoy nos sitúa en la zona de las fuentes del Jordán (Mc 8, 27-35). A veces imaginamos a Jesús descansando a la sombra fresca que allí acoge al peregrino. Pero el texto incluye una frase en la que pocas veces reparamos: “Por el camino preguntó a sus discípulos”. Es en medio de la rutina de cada día cuando Jesús nos dirige sus dos preguntas.

- La primera pregunta parece fácil: “¿Quién dice la gente que soy yo?” Para responder  no hace falta fe. Basta con prestar atención al ambiente. En el momento actual, sobre Jesús se oyen las opiniones más dispares. Y hay cada vez más despreocupación e ignorancia. Hasta en los países de vieja cristiandad son muchos los que no saben quién es Jesús.

- La segunda pregunta nos interpela directamente: “Y vosotros, quién decís que soy?” La respuesta exige silencio y reflexión. Se trata de confesar la identidad de aquel en quien creemos. Pero con esa confesión se revela también la identidad del que dice creer. Al ver las reacciones de Pedro, entendemos que no basta con reconocer a Jesús como Mesías. Hay que aceptar su mesianismo como es, no como nosotros queremos que sea.


EL SEGUIMIENTO

“El que quiera venir conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga”. El texto evangélico supone que hay una relación entre el que pregunta y quienes responden. La relación entre el Maestro y sus discípulos. Una relación que comporta tres decisiones muy serias y radicales:

• Negarse a sí mismo. No es fácil reconocer que uno tal vez no tiene siempre la razón, que se ha equivocado en el pasado y se equivoca en el presente. Ahora bien, el error puede ser casual e imprevisto. Jesús pide tener el valor de revisar los propios criterios y renunciar a ellos de forma radical.

• Cargar con la cruz. Ya la sola mención de la cruz nos pone nerviosos. La cruz era un instrumento de suplicio. Cargar con ella significaba reconocerse a sí mismo como un malhechor justamente condenado. Y compartir de alguna manera la suerte del Justo injustamente ajusticiado.

• Seguir al Señor. En el itinerario cristiano seguir al Señor significa en principio mirar a Jesús como Maestro de doctrina y como modelo de vida. En el texto evangélico se sugiere que seguir a Jesús es hacer nuestro su propio camino de entrega y de muerte. Justo lo que no quería aceptar Pedro después de haber confesado a Jesús como Mesías.

- Señor Jesús, escuchamos las preguntas que nos diriges sobre ti mientras vamos de camino. Ayúdanos a interrogarnos cada día quién eres tú para nosotros y a plantearnos con verdad las razones que nos llevan a seguirte. Amén.
D. José-Román Flecha Andrés

martes, 11 de septiembre de 2012

DULCE NOMBRE DE MARÍA

12 de Septiembre de 2012


DIOS TE SALVE MARÍA
Ha sido Lucas en su evangelio quien nos ha dicho el nombre de la doncella que va a ser la Madre de Dios: "Y su nombre era María". El nombre de María, traducido del hebreo "Miriam", significa, Doncella, Señora, Princesa. 
Estrella del Mar, feliz Puerta del cielo, como canta el himno Ave maris stella. El nombre de María está relacionado con el mar pues las tres letras de mar guardan semejanza fonética con María. También tiene relación con "mirra", que proviene de un idioma semita. La mirra es una hierba de África que produce incienso y perfume. 
En el Cantar de los Cantares, el esposo visita a la esposa, que le espera con las manos humedecidas por la mirra. "Yo vengo a mi jardín, hermana y novia mía, a recoger el bálsamo y la mirra". "He mezclado la mirra con mis aromas. Me levanté para abrir a mi amado: mis manos gotean perfume de mirra, y mis dedos mirra que fluye por la manilla de la cerradura". Los Magos regalan mirra a María como ofrenda de adoración. "Y entrando a la casa, encontraron al niño con María, su madre, y postrándose, lo adoraron y abriendo sus cofres, le ofrecieron oro, incienso y mirra". La mirra, como María, es el símbolo de la unión de los hombres con Dios, que se hace en el seno de María. María es pues, el centro de unión de Dios con los hombres. Los lingüistas y los biblistas desentrañan las raíces de un nombre tan hermoso como María, que ya llevaba la hermana de Moisés, y muy común en Israel. Y que para los filólogos significa hermosa, señora, princesa, excelsa, calificativos todos bellos y sugerentes.

EL NOMBRE Y LA MISIÓN

En la Historia de la Salvación es Dios quien impone o cambia el nombre a los personajes a quienes destina a una misión importante. A Simón, Jesús le dice: "Tú te llamas Simón. En adelante te llamarás Kefá, Pedro, piedra, roca, porque sobre esta roca edificaré mi Iglesia". María venía al mundo con la misión más alta, ser Madre de Dios, y, sin embargo, no le cambia el nombre. Se llamará, simplemente, MARIA, el nombre que tenía, y cumple todos esos significados, pues como Reina y Señora la llamarán todas las generaciones. María, joven, mujer, virgen, ciudadana de su pueblo, esposa y madre, esclava del Señor. Dulce mujer que recibe a su niño en las condiciones más pobres, pero que con su calor lo envuelve en pañales y lo acuna. María valiente que no teme huir a Egipto para salvar a su hijo. Compañera del camino, firme en interceder ante su hijo cuando ve el apuro de los novios en Caná, mujer fuerte con el corazón traspasado por la espada del dolor de la Cruz de su Hijo y recibiendo en sus brazos su Cuerpo muerto. Sostén de la Iglesia en sus primeros pasos con su maternidad abierta a toda la humanidad. María, humana. María, decidida y generosa. María, fiel y amiga. María fuerte y confiada. María, Inmaculada, Madre, Estrella de la Evangelización.

domingo, 9 de septiembre de 2012

LOS OÍDOS Y LA LENGUA

Homilía para el Domingo 23 del Tiempo Ordinario, B. 9 de septiembre de 2012.



“Se despegarán los ojos del ciego, los oídos del sordo se abrirán, saltará como un ciervo el cojo, la lengua del mudo cantará”. Estos versos cantan y anuncian la promesa de un futuro apenas imaginable. Lo imposible se hará posible. Y las utopías más increíbles se harán realidad.

Esas promesas y otras semejantes hoy se atribuyen a la ciencia y a la técnica. De hecho, el progreso se entiende precisamente como la superación de las deficiencias humanas. El buen funcionamiento de los sentidos es señal de salud y de juventud. Recuperar la vista, la audición o la palabra y caminar con agilidad son los milagros que hoy se esperan de la medicina.

Con esas promesas, el profeta Isaías anunciaba a su pueblo la liberación de la esclavitud que había padecido en Babilonia. Junto a la recuperación de los sentidos, anunciaba él que brotarían aguas en el desierto y que el páramo se convertiría en un estanque. Pero tampoco esos prodigios se atribuían a la técnica, sino a la acción del Señor (Is 35, 4-7).


LOS SENTIDOS Y EL SENTIDO

El evangelio que hoy se proclama parece recoger aquellas aspiraciones de siempre. Hasta Jesús traen un sordo que tiene grandes dificultades parar hablar correctamente. En Jesús encontrará la curación. El que es la Palabra de Dios capacita al hombre para oír las palabras humanas y para recobrar la capacidad de expresarse.

No sabemos si conocía a Jesús. De hecho son otros los que lo conducen hasta el Señor. Los que piden que le imponga las manos. El discapacitado depende de los demás. Pero Jesús lo aparta por un momento de la gente. El relato incluye una dialéctica interesante. Son los demás los que nos acercan al Señor, pero nuestra salvación depende sólo de Él.

El sordo balbuciente tiene muy limitada la capacidad de comunicación con los demás. Y esa discapacidad, limita sus posibilidades de disfrutar de la vida. Como han escrito los hermanos de la Comunidad de Bose, Jesús tiene que despertar sus “sentidos” para que él pueda redescubrir el “sentido” del vivir.

El evangelio no deja de señalar el modo de la curación. Jesús mete sus dedos en los oídos del sordo y con la saliva le toca la lengua. Son los gestos los que hacen inteligible la acción del Señor. Pero los gestos no lo dicen todo, si no van acompañados por la orden de Jesús: “Effetá”, esto es “ábrete”.


OÍR Y HABLAR

El relato evangélico concluye con un vibrante comentario: “Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos”. Ese es precisamente el eco que la acción de Jesús suscita en las gentes, asombradas al ver al sordo oír y hablar sin dificultad.

• Jesús hace oír a los sordos. En tierra de paganos Jesús cura a este sordo. El puede oír al Señor, mientras sus propios discípulos parecen sordos a sus mensaje. También hoy Él puede hacernos oír su Palabra. De ella depende la vida y la fe. Pero es preciso que nos acerquemos y nos dejemos tocar por Él.

• Jesús hace hablar a los mudos”. Tanto el que fue sordo como las gentes que lo contemplan se desatan en alabanzas del Señor. También hoy, quien ha escuchado con fe la palabra de Señor ha de anunciar su mensaje con diligencia y esperanza. El evangelizado ha de convertirse en evangelizador.

- Señor Jesús, tú conoces nuestra dificultades y resistencias para escuchar tu palabra y convertirla en lámpara que alumbre nuestros pasos. Ayúdanos a prestarle atención y a pregonarla a los cuatro vientos. Porque sólo tú tienes palabras de vida eterna. Amén.

José-Román Flecha Andrés

viernes, 7 de septiembre de 2012

HA NACIDO UNA ESTRELLA


En septiembre nació una Estrella, de Joaquín y Ana. Su luz llenó de gozo y confianza a un pueblo: Villa del Río.
 
Unidos en torno a la madre, cada ocho se septiembre nos concentramos para felicitarla en su nacimiento.
 
Los villarrenses sentimos el amor a la Estrella de septiembre, de tal manera, que no nos es suficiente con el día ocho; necesitamos presentarle las flores de nuestro cariño adornadas con las palabras más hermosas que puedan expresar nuestros sentimientos de hijos.
 
El día siete acudimos al Santuario para llevar a Nuestra Señora a la Casa Común: nuestra parroquia que abre sus puertas a la Estrella.
 
Cada uno de nosotros en los momentos alegres y en los tristes; en el bienestar y en la carencia; en la soledad, en la enfermedad, en la salud, sabemos que podemos acudir a la Madre.
 
En los nubarrones de una sociedad envuelta en miles de problemas, siempre estará ella a nuestro lado porque supo de soledad, de incomprensión, de pobreza; llegó hasta la cruz de su Hijo.
 
Ella no tiene "recetas" pero sí la Luz suficiente para hacernos recuperar la alegría, la paz, el respeto, el entendimiento, la honradez... Los valores que necesitamos para "construir sobre roca", como dice el evangelio y "la casa no se hundió"
 
Miremos a la Estrella, Carmen, Inmaculada, María y vivamos nuestra Fe en su Hijo que dio su vida por un mundo mejor y más justo y utilicemos las palabras arregladas de Santa Teresa: "Nada te turbe, nada te espante; quien a Dios y a su Estrella tiene, todo lo alcanza".
 
¡Bienvenida a la Casa Común, Parroquia de la Inmaculada!   

 
Manuel Tirado Fernández.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Y CADA SIETE DE SEPTIEMBRE TU VOLVERÁS...



De nuevo se producirá el momento esperado, y la Señora, la soberana del Alto Guadalquivir,
la Estrella que vigila nuestros campos allá en las alturas, bajará a su pueblo derrochando gracia y dulzura, impregnando los corazones de olor a nardo.

Y Villa del Río como siempre,
convertido en un hermoso hervidero de almas cantará con voz entrecortada:
En el antiguo templo ya crecen las espigas,
cantan los segadores, suenan las campanillas,
donde el trigal y el senil olivo, rezos en latín oirán,
donde bandera y campana volaran, el pueblo espera ya.

Y VOLVERÉ Y VOLVERÁS
A VERLA A ELLA UNA VEZ MÁS.
Y CADA SIETE DE SEPTIEMBRE , TU VOLVERÁS.
Y VOLVERÉ Y VOLVERÁS,
ANTE LA ESTRELLA CORONÁ
Y ANTE SU HIJO EL SEGADOR PA LA BAJÁ.

Dios te Salve María, eres de gracia llena,
si te miro a los ojos se olvidan todas mis penas.
Eres la luz y nuestro camino, eres prodigio de amor.
Buscaron agua y encontraron... la Madre y al mismo Dios

Y VOLVERÉ Y VOLVERÁS
A VERLA A ELLA UNA VEZ MÁS.
Y CADA SIETE DE SEPTIEMBRE , TU VOLVERÁS.
Y VOLVERÉ Y VOLVERÁS,
ANTE LA ESTRELLA CORONÁ
Y ANTE SU HIJO EL SEGADOR PA LA BAJÁ.

domingo, 2 de septiembre de 2012

LA PREGUNTA POR EL BIEN Y POR EL MAL

Homilía para el Domingo 22 del Tiempo Ordinario, B (2 de septiembre de 2012)



No es normal que las gentes ya no se pregunten qué es el bien y que es el mal. Una sociedad así habría perdido la brújula. Sería una sociedad desorientada. La pregunta por lo que es bueno o malo nos ayuda a ser personas y a vivir en comunidad. A fin de cuentas, esa pregunta puede conducirnos a la felicidad.

Ahora bien, lo difícil es encontrar los criterios para marcar los límites del bien y del mal. En la historia de la moral cristiana se recuerda que una corriente de tono antropológico, representada por Santo Tomás, diría que una acción ha podido ser mandada porque, en realidad, era buena para el ser humano. Y lo contrario habría que decir del mal.

Pero otra corriente, que se sitúa en la línea del nominalismo radical, ha dado la vuelta al esquema. De hecho, afirma que una acción es buena precisamente por haber sido mandada u ordenada. En este caso, la prioridad se concede a la ley positiva antes que al ser mismo del hombre…

En la primera lectura de hoy, Dios no presenta sus mandamientos como una decisión arbitraria. En realidad, son la clave de la racionalidad y del buen sentido: “Estos mandatos son vuestra sabiduría y vuestra inteligencia”. (Deut 4,6).


NORMAS Y MANDAMIENTOS

Pero, a lo largo de los siglos, todos hemos encontrado mil artimañas para decidir por nuestra cuenta los límites del bien y del mal. Y para burlarnos de los mandamientos de Dios. Jesús lo dice en el evangelio que hoy se proclama: “Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres” (Mc 7,8).

La lectura del texto evangélico nos lleva a pensar solamente en los lavatorios y en las prácticas higiénicas. Pero los ejemplos pueden multiplicarse de forma sorprendente. De hecho, en muchas ocasiones ponemos nuestras propias normas y manías, nuestras costumbres y tradiciones por encima de los mandamientos del Señor.

Basta pensar en costumbres de nuestra familia, en tradiciones de nuestro pueblo o nuestro barrio, en refranes que parecen sabios y son inmorales, en estatutos anticuados de asociaciones y hermandades, en prácticas típicas de la religiosidad popular. Todo nos sirve como escudo para defendernos del doble mandamiento de amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos.


LO DE FUERA Y LO DE DENTRO

“Nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre”. Esta otra frase de Jesús se refiere todavía a los lavatorios. Pero también ella puede ser aplicada a todos los ámbitos de nuestra vida.

• “Nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro”. No somos perfectos: eso es claro. Pero nos cuesta aceptar nuestra responsabilidad. Así que nos limitamos a descargarla sobre “lo de fuera”. La crisis, el gobierno, nuestra familia, la educación que nos dieron en el colegio, la jerarquía de la Iglesia. Todo ha contribuido a robarnos nuestra limpieza y transparencia. Todos tienen la culpa de nuestra maldad. Todos menos nosotros mismos.

• “Lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre”. Jesús nos invita a enfrentarnos con nuestra propia verdad. “Lo de dentro” es lo que nos mancha y oscurece. Es preciso revisar el fondo más tenebroso de nuestra conciencia. Y examinar la raíz de nuestros malos deseos, de nuestros prejuicios, de nuestras hipocresías. Ningún lavado superficial, ninguna acusación a los demás, ninguna proyección de nuestra iniquidad puede justificarnos.

- Señor Jesús, te reconocemos como el profeta que nos recuerda la bondad y santidad de los mandamientos de Dios y nos invita a vivir en la coherencia y la verdad. Purifica tú nuestra conciencia y crea en nosotros un corazón puro. Amén.

D. José-Román Flecha Andrés

MISA DEL ALBA EN EL HUMILLADERO



A las ocho de la mañana las voces del Coro Paz y Esperanza abrían una de las eucaristías más bellas del año entre el trinar de los pajaros en el olivar de Monterreal.

Como siempre, tras caminar hasta el lugar de la Aparición de la Virgen, Villa del Río disfruta y se relaja en una Misa especial, donde todo se envuelve en un ambiente amor a la "Señora de Septiembre": los cantos, el relato de segadores, las lecturas...

En el  rostro de  muchos de los asistentes las lágrimas y la emoción; Unos dan las gracias a Dios por estar otro año más, otros, por la añoranza de los que ya nos dejaron.