Reflexión Homilética para el Domingo 21 de Abril de 2019. Domingo de Resurrección.
“Pasó haciendo el bien… Dios estaba con él… Nosotros somos
testigos… Lo mataron, colgándolo de un madero. Pero Dios lo resucitó al tercer
día y le concedió la gracia de manifestarse… Nos encargó predicar al pueblo,
dando solemne testimonio de que Dios lo ha constituido juez de vivos y
muertos”. Pedro lo había proclamado así ante los judíos en Jerusalén (Hech 2,32). Y así lo proclama también ahora
en Cesarea ante el centurión pagano Cornelio (Hech 10,34-43).
Los apóstoles habían oído las enseñanzas del Maestro y habían
sido testigos de su compasión y de su acción misericordiosa. Ahora han de convertirse en testigos convencidos y
convincentes de la gloria del Cristo resucitado.
Ante ese anuncio que llega hasta nosotros, respondemos con fe
y con alegría: “Este es el día que hizo el Señor: sea nuestra alegría y nuestro
gozo” (Sal 117).
También hoy es importante la proclamación pública de esta
experiencia de fe. Pero es igualmente necesario el cambio de nuestras
actitudes. Es preciso vivir como resucitados. Así nos lo advierte el apóstol
Pablo: “Si habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba,
donde Cristo está sentado a la derecha de Dios” (Col 3,1).
APÓSTOL DE APÓSTOLES
El evangelio de este domingo de Pascua nos lleva a acompañar
a María Madalena hasta el sepulcro donde había sido depositado el cuerpo de
Jesús (Jn 20,1-9). Es el amanecer del primer día de la semana. Aquella
discípula que lo había seguido por los caminos y había estado presente en la
hora de la muerte de su Maestro, no puede olvidarlo.
- Como ella, a lo largo de los siglos los cristianos volvemos
con fe y gratitud a aquel amanecer que siguió a la condena, a la muerte y a la
sepultura de Jesús.
- Como ella, no
siempre encontramos al que buscamos con angustia, cuando sentimos que nos falta
el apoyo en el que habíamos fundamentado nuestra fe.
- Como ella, también nosotros nos volvemos confiadamete a los
hermanos de nuestra comunidad, con los que hemos recorrido los caminos de la
fe.
- Como ella, también nsotros tenemos la secreta esperanza de
que nuestros hermanos encuentren en el sepulcro vacío una nueva razón para
creer y caminar.
Con razón, María Magdalena ha sido calificada a lo largo de
la historia como la verdadera apóstol de los apóstoles.
ENTENDER Y VIVIR
El relato evangélico de este día de Pascua se cierra con una
anotación referida a Pedro y al discípulo al que amaba Jesús: “Hasta entonces
no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los
muertos”.
- También nosotros hemos oído muchas veces la proclamación de
las Escrituras. Sabemos que ese es el inicio de nuestra fe. Así que es preciso
escuchar con atención lo que nos ha sido revelado.
- También nosotros tenemos muchas dificultades para
comprender las Escrituras. Hay una evidente presión exterior que nos hace
dificil aceptar la única verdad que pueda traernos la salvación.
- También nosotros, como los discípulos de Jesús, tenemos
expectativas personales muy egoístas. Hay muchos intereses y muchos prejuicios
que nos impiden aceptar la misión y el mensaje del Maestro.
Señor Jesús, también nosotros escuchamos con gusto tus
parábolas y te reconocemos como Maestro. Sin embargo, no aceptamos la
perspectiva de muerte que nos anuncias y nos alejamos de la cruz. De esa forma,
nos resulta difícil creer que resucitas y nos invitas a vivir contigo para
siempre. Que tu luz nos ilumine y nos guíe para vivir como resucitados. Amén.
D. José-Román Flecha Andrés
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