miércoles, 31 de enero de 2018
lunes, 29 de enero de 2018
DÍA DE LA INFANCIA MISIONERA
Nuestra Parroquia celebró el pasado domingo el Día de la Infancia Misionera en la Eucaristía
de los niños de las 12 de la mañana.
Este año este día tiene el lema "Atrévete a ser Misionero"
sábado, 27 de enero de 2018
EL PROFETA ANUNCIADO
Reflexión Homilética para el Domingo 28 de Enero de 2018. 4º del Tiempo Ordinario.
“Suscitaré un profeta de entre sus hermanos, como tú. Pondré
mis palabras en su boca, y les dirá lo que yo le mande. A quien no escuche las
palabras que pronuncie en mi nombre, yo le pediré cuentas”. Este texto del Deuteronomio, que se proclama
en este domingo del tiempo ordinario (Dt 18,15-20), recoge una promesa que
Moisés dice haber recibido del mismo Dios.
El pueblo de Israel ha de saber que le será enviado un
profeta semejante a Moisés. Él transmitirá las palabras de Dios. Gozará de la
autoridad que el Señor le concede. Y el pueblo será responsable de escuchar su
mensaje.
En consonancia con esa promesa, el salmo responsorial nos
lanza una advertencia siempre necesaria: “Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor:
No endurezcáis vuestro corazón”.
En la segunda lectura, evocamos de nuevo las observaciones
que san Pablo envía a los Corintios con relación al matrimonio (1Cor 7,32-35).
LA CONFESIÓN
El evangelio sitúa a Jesús y a sus discípulos en la ciudad
de Cafarnaúm (Mc 1,21-28). Es un día de sábado. Y Jesús es invitado a enseñar
en la sinagoga. Los asistentes “se quedaron asombrados de su doctrina, porque
no enseñaba como los escribas, sino con autoridad”.
Pero hay un gesto que acompaña a las palabras. En la
sinagoga hay un hombre enfermo. En aquel tiempo se pensaba que tenía un
espíritu malo. De alguna forma era un marginado en la sociedad. De pronto se dirigió a Jesús gritando:
- «¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a
acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios». Una vez mas una confesión
de fe se pone en boca de la persona más inesperada. En un hombre que se supone
dominado por un mal espíritu.
- «Cállate y sal de él». Esta es la tajante respuesta de
Jesús. Como se puede observar, aquel que es la palabra viviente de Dios es
capaz de imponer el silencio a los espíritus del mal, que se manifiestan
precisamente en un lugar santo y en un tiempo sagrado.
LA ATENCIÓN
El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy
fuerte, salió de aquel hombre. El hecho era sorprendente. Así que todos los
asistentes hicieron algunos comentarios que revelaban su admiración:
- “¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo”. La
admiración es el principio de la sabiduría y de la fe. Reconocer la novedad del
Evangelio es un buen punto de partida para aceptar la fe y para tratar de
comunicarla. Jesús es el profeta anunciado por Dios a Moisés.
- “Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen”.
El Señor es más fuerte que el mal. Los espíritus inmundos no pueden hacer daño
a quien se confía con fe y con esperanza al amor de Dios que se ha manifestado
en Jesucristo.
Señor
Jesús, también ante nuestros ojos se manifiesta cada día la belleza de tu
palabra y la misericordia de tus actuaciones. No queremos vivir en la
indiferencia. Queremos prestar atención a tus gestos y tus palabras. Amén.
D. José-Román Flecha Andrés
jueves, 25 de enero de 2018
VISITA DE LOS ALUMNOS DEL IES
Esta semana los alumnos/as del IES Virgen de la Estrella que cursan la Asignatura
de Religión han vistado la Parroquia.
Un momento de convivencia de los alumnos/as, su profesor Miguel David Pozo y nuestro párroco.
domingo, 21 de enero de 2018
EL ESPÍRITU DE DIOS SE MUEVE
Ayer sábado, a las 7'30 de la tarde tuvo lugar en nuestra Parroquia la celebración del Sacramento
de la Confirmación. Más de cien personas en su "Pentecostés particular" recibieron la fuerza del Espíritu en una Eucaristía llena de simbolismo.
La Parroquia quiere agradecer a cuantos hicieron posible esta celebración; principalmente a los Catequistas y personas que han aportado su grano de arena desde que los ya confirmados emprendieron las reuniones de formación.
sábado, 20 de enero de 2018
LA MISIÓN
Reflexión homilética para el Domingo 21 de Enero de 2018. 3º del tiempo ordinario.
“Ponte en marcha y ve a la gran
ciudad de Nínive; allí les anunciarás el mensaje que yo te comunicaré” (Jon
3,1). Ese es el mensaje que Dios dirige a Jonás para que invite a la conversión
a los ninivitas.
El profeta piensa que esa es una
misión totalmente imposible. Nínive es el símbolo de la prepotencia y de la
crueldad. Él no se siente con fuerza para adentrarse en la ciudad que había
sembrado el terror en los pueblos vecinos.
Este breve libro es un cuento
delicioso que pone de relieve la incredulidad del creyente frente a la fe de
los paganos, que prestan atención al mensaje y se convierten. Sirviéndose de
rasgos inverosímiles, se subraya la misericordia de Dios con todos los pueblos.
Efectivamente, “el Señor enseña
el camino a los pecadores”, como proclama el salmo responsorial (Sal 24). Es
necesario prestarle atención.
El mensaje que Pablo dirige a los
Corintios es válido para todos los tiempos. Si pasa la representación de este
mundo, es preciso vivir de otra manera (1 Cor 7,29-31).
DON Y TAREA
En el texto del evangelio de san
Marcos que hoy se proclama (Mc 1,14-20) se menciona como de paso la muerte de
Juan el Bautista. “Después” de este asesinato, Jesús vuelve a Galilea a
proclamar el Evangelio de Dios.
El texto ofrece un significativo
resumen de su mensaje: “Se ha cumplido el tiempo y está cerca el Reino de Dios.
Convertíos y creed en el Evangelio”. El don de Dios exige la responsabilidad de
la tarea.
“Se ha cumplido el tiempo y está
cerca el Reino de Dios”. Esta es la propuesta de Dios. En sus manos están el
tiempo y los acontecimientos. Él ha decidido manifestarse como el Señor. Es la
hora de aceptarlo como Rey.
“Convertíos y creed en el
Evangelio”. Esta es la exhortación que se dirige a los hombres. Esta es la
tarea que de ellos se espera. No hay conversión sin el ejercicio de la fe.
Pero, al mismo tiempo, no vive en la verdad quien pretende creer sin cambiar de
vida.
EL ENCUENTRO
El texto evangélico contiene una
segunda parte igualmente interesante. Jesús es el mensajero del Reino de Dios.
En realidad se identifica con el mismo Reino. Por eso busca discípulos que han
de ser colaboradores de su misión. Son Simón y su hermano Andrés, Santiago y su
hermano Juan. Tres verbos resumen el encuentro:
Jesús los llamó. En tiempos de
Jesús, los discípulos buscaban un maestro de la Ley. En este caso Jesús es el
Maestro que elige y llama a sus discípulos.
Ellos dejaron los aperos de pesca
y hasta su familia. Los pescadores del Lago de Galilea dejan su profesión y su
familia. El futuro prometido vale más que el pasado.
Y se marcharon, siguiendo a
Jesús. Nadie deja todo por nada. El seguimiento de Jesús constituye el centro y
el sentido de este nuevo discipulado.
Señor Jesús, nos asombra ver
los discípulos que eliges para anunciar la llegada del Reino de Dios. Se ve que
tu libertad es tan grande como tu misericordia. Te rogamos que sigas buscando y
llamando también en nuestro tiempo. Tu Iglesia necesita pescadores humildes y
generosos. Bendito seas por siempre. Amén.
D. José-Román Flecha Andrés
sábado, 13 de enero de 2018
LA LLAMADA
Reflexión homilética para el Domingo 14 de Enero de 2018. 2º del Tiempo Ordinario, B.
“Vino el Señor, se detuvo y llamó
como las otras veces: ¡Samuel, Samuel! Y él respondió: Habla Señor, que tu
siervo escucha”. En este precioso relato por tres veces llama el Señor al niño
Samuel en el santuario, donde se encontraba el Arca de Dios (1Sam 3,3-10.19).
La palabra de Dios irrumpe en
medio de las tinieblas. Dios elige a un niño y lo llama durante la noche. El
niño cree que es el sacerdote Elí y acude a él. Cuando al fin se convence de
que es Dios quien lo llama, se muestra dispuesto a escuchar su voz. Y Dios lo
hace portador de una palabra que ha de dirigir al sacerdote.
Con toda propiedad el salmo pone
en nuestros labios una oración que evoca la disponibilidad de aquel
niño-profeta: “Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad” (Sal 39).
De la reflexión de san Pablo a
los Corintios sobre la dignidad del cuerpo humano (1Cor 6,13-20) podemos
subrayar hoy una conclusión que responde a nuestra verdad más profunda: No nos
pertenecemos, puesto que hemos sido comprados a un alto precio.
LA BÚSQUEDA
En el texto del evangelio de san
Juan que hoy se proclama (Jn 1,35-42) aparece una vez más la figura de Juan
Bautista. Mirando a Jesús que pasa, se dirige a dos de sus discípulos y les
dice: “Este es el Cordero de Dios”. Basta esa indicación para que ellos se
decidan a seguir a Jesús. El evangelio recoge tres frases de un diálogo
definitivo:
“¿Qué buscáis?” Esas son las
primeras palabras de Jesús que aparecen en el evangelio de Juan. Jesús comienza
su misión preguntando. Esa pregunta la repetirá en el huerto de Getsemaní a los
que llegan a prenderlo. Y la dirigirá también a María Magadalena el primer día
de la semana.
“Maestro, ¿dónde vives?” En los
salmos aparece la pregunta: “¿Dónde está Dios?” Mientras las gentes de Israel
buscaban a Dios en el Templo. Dios se hace presente en Jesús. Donde quiera que
él viva allí resonará la voz de Dios.
“Venid y lo veréis”. Las gentes
de Israel temían acercarse a la montaña de Dios. Serían invitadas con
frecuencia a “escuchar” la voz de Dios. Esa actitud será siempre válida. Pero
ahora la palabra de Dios se ha hecho carne. Ha llegado el momento de “ver”.
EL ENCUENTRO
El texto nos deja en suspenso
ante el secreto de las palabras que pudieron cruzarse entre Jesús y los dos
discípulos de Juan. Solo contamos con una frase que no puede dejarnos
indiferentes: “Fueron, vieron donde vivía y se quedaron con él ese día”.
“Fueron”. También hoy es preciso
salir de nuestra comodidad para ponernos en camino y acercanos al que es la
verdad y la vida.
“Vieron donde vivía”. También hoy
es necesario abrir los ojos para percibir la presencia del Señor en nuestro
mundo.
“Se quedaron con él ese día”.
También hoy se nos ofrece la oportunidad de permanecer junto a nuestro Maestro
para hacer nuestro su mensaje.
Señor Jesús, los discípulos de
Juan te siguieron a la hora del incienso de la tarde. Mientras las gentes de
Israel acudían al templo, ellos se encontraron contigo. Tú eres ya para
nosotros la revelación de Dios. Tú eres la Palabra que nos invita al seguimiento.
La Palabra que puede cambiar nuestra vida. Bendito seas por siempre. Amén.
D. José-Román Flecha Andrés
miércoles, 10 de enero de 2018
LA HERMANDAD DE LA HUMILDAD CREA UN GRUPO DE ORACIÓN
Este grupo es una apuesta por parte de la Vocalía de
Atención Espiritual al Cofrade y de la Junta de Gobierno de la Hermandad para
brindar a los hermanos, y a cualquier persona que lo desee, la posiblidad de
tener un momento de encuentro con el Señor desde la Oración y la Reflexión.
Las reuniones del grupo serán los
últimos miércoles de mes, en torno a las 8'30 de la tarde en la Capilla de
nuestro titular, en la Parroquia de la Inmaculada Concepción.
1ª Reunión: 31 de Enero de 2018.
2ª Reunión: 28 de Febrero de 2018.
3ª Reunión: 25 de Abril de 2018.
4ª Reunión: 30 de Mayo de 2018.
5ª Reunión: 27 de Junio de 2018.
sábado, 6 de enero de 2018
EL MISTERIO DEL AGUA
Reflexión homilética para el Domingo 7 de Enero de 2018. Fiesta del Bautismo del Señor, B.
“¡Todos los sedientos, id por
agua, y los que no tenéis plata, venid, comprad y comed, sin plata y sin pagar,
vino y leche!” Con esta invitación tan sugestiva se abre la primera lectura que
se proclama en este domingo, en que celebramos la fiesta del Bautismo de Jesús
(Is 55,1-11).
Después de haber meditado durante
los días de Navidad el misterio de la Palabra que se ha hecho carne, se nos
invita hoy a alimentarnos de ella. Solo la palabra de Dios puede calmar nuestra
sed. Y saciar nuestra hambre. Con palabras del libro de Isaías, repetimos en el
salmo responsorial: “Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación”
El agua aparece también en la
segunda lectura, tomada de la primera carta de Juan (1 Jn 5,1-9). Pero
Jesucristo ha venido a nosotros “no solamente con el agua, sino con el agua y
con la sangre”. El Espíritu, el agua y la sangre dan testimonio de él.
EL SEÑOR Y EL ESCLAVO
En el texto del evangelio de san
Marcos que hoy se proclama (Mc 1,7-11), volvemos a escuchar la palabra de Juan
el Bautista. Él anuncia al que ha de venir y confiesa su propia incapacidad de
ofrecer la salvación que esperan obtener los que llegan a escucharle.
“Detrás de mí viene el que puede
más que yo, y yo no merezco ni agacharme para desatarle las sandalias”. Es evidente
que el que viene ha de ser grande y poderoso. Llegará con la autoridad que Dios
le ha conferido. Juan ni siquiera se considera a sí mismo digno de ofrecerle el
servicio de un esclavo.
“Yo os he bautizado con agua,
pero él os bautizará con Espíritu Santo”. Juan contrapone dos fuerzas de la
naturaleza: el agua y el viento. Las dos son benéficas, pero pueden llegar a
ser tremendas. Juan bautiza con agua e invita a las gentes a la conversión. No
es poco. Pero el que viene detrás de él moverá a las gentes con el vendaval de
Dios.
EL HIJO AMADO
El que había de venir es Jesús,
que llega desde Nazaret para ser bautizado por Juan en el Jordán. No hay en su
boca palabra alguna. Pero ve que los cielos se rasgan, mientras el Espíritu
baja sobre él como la paloma que descubrió la tierra después del diluvio. Es la
hora de la revelación. De pronto se oye una voz celestial:
“Tú eres mi hijo amado, mi
predilecto”. Ese oráculo divino identifica a Jesús con el misterioso Siervo de
Dios, al que se refieren los famosos cantos que se hallan en el libro de Isaías
(Is 42,1). Jesús es el elegido. Es el enviado por Dios. Es el que ha de redimir
a su pueblo con su entrega.
“Tú eres mi hijo amado, mi
predilecto”. Esas palabras se dirigían ya al pueblo de Israel, en tiempos del
exilio que lo llevó a Babilonia. Pero se dirigen hoy al nuevo pueblo de Dios,
excluido y perseguido en muchos lugares de la tierra. También él está llamado a
vivir confiando en la misericordia de Dios.
Señor Jesús, bautizado en las
aguas del Jordán, tú eres la luz que ilumina nuestro camino. Nuestra fe te
acoge y confiesa como el Salvador y Mesías enviado por Dios. El que se ha
revelado como tu Padre, nos recibe a nosotros como hijos, rescatados por ti del
sepulcro del mal y del pecado. Bendito seas por siempre. Amén.
D. José-Román Flecha Andrés
viernes, 5 de enero de 2018
NACIDO PARA TODOS
Festividad de la Epifanía del Señor. 6 de enero de 2018.
En el libro de Isaías se incluye
una vibrante profecía, en la que se exhorta a Jerusalén a levantarse y vestirse
de luz. El mundo está sumergido en la oscuridad, pero la gloria del Señor
amanece sobre la ciudad. A ella se encamina la peregrinacion de los pueblos de
la tierra. Un día llegarán desde lejos hasta su templo, “trayendo incienso y
oro, y proclamando las alabanzas del Señor” (Is 60, 1-6).
Encontes se postrarán ante el
Señor todos los reyes de la tierra y todos los pueblos le servirán, según se
proclama en el salmo responsorial (Sal 71). Se anuncia, por tanto, una fiesta
universal que encontrará su motivo final en la salvacion esperada por toda la
humanidad.
Con razón se dice en la carta a
los Efesios que también los no judíos son coherederos de esa gracia. Todos los
habitantes de la tierra son miembros del mismo cuerpo y partícipes de la
promesa que se ha realizado en Jesucristo, por el Evangelio (Ef 3,2-3a.5-6).
EL CAMINO DE LA ESTRELLA
Así pues, el texto evangélico nos
invita a pensar en la universalidad de la salvación, a agradecerla y a
convertirla en motivo de nuestro compromiso (Mt 2,1-12). Los pastores que
adoraron a Jesús representaban al pueblo de Israel. Los Magos que llegan de
oriente, siguiendo la luz de una estrella, evocan la vocación de los demás
pueblos.
En los gestos de los Magos
descubrimos las actitudes que van llevando al hombre a descubrir la luz y a
caminar a su resplandor. La atención a la naturaleza, el ponerse en camino y
postrarse en adoración son la parábola del seguimiento cristiano.
- Nacido en Belén de Judá, Jesús
se muestra al mundo por medio de una estrella. Tampoco ahora faltan los signos
de la presencia de Dios en la historia humana. Pero hace falta salir de
nuestros propios intereses para prestar atención a esas señales de salvación.
- Los Magos buscan la
manifestación de Dios y la encuentran en Jesús. Es decir, en la fuerza de Dios
que se manifiesta en la pequeñez, en la sencillez y en la debilidad de la vida.
Eso les llena de una inmensa alegría.
- Los Magos siguen un camino
difícil que tiene por meta al Mesías Jesús. La búsqueda sincera del Señor no
quedará defraudada. Pero necesitamos superar el temor y la comodidad, las
críticas y las frustraciones que encontraremos a lo largo del camino.
LOS PASOS DEL CAMINO
Recordando a los Magos, comenta
San Juan de Ávila: “Los hombres que por miedo, por vergüenza, dejan de servir a
Dios y se vuelven atrás de lo comenzado no son buenos para el cielo”1. Así que
también nostros nos preguntamos qué pasos del camino nos llevarán hasta Jesús.
- Para llegar hasta el Señor,
como los Magos, hay que estar dispuestos a abandonar la comodidad y la rutina
de cada día para ponerse en camino.
- Hay que escudrilar las señales
de los tiempos y consultar las Escrituras, hay que decidirse a adorar solo al
Señor y ofrecerle lo mejor de nosotros mismos.
- Y hay que decidir volver a
nuestros quehaceres y compromisos por un itinerario diferente y con un espíritu
renovado por el encuentro con el Señor.
Como dijo el papa Benedicto XVI,
“los Magos que vienen de Oriente son solo los primeros de una larga lista de
hombres y mujeres que en su vida han buscado constantemente con los ojos la
estrella de Dios, que han buscado al Dios que está cerca de nosotros, seres
humanos, y que nos indica el camino”2.
Señor Jesús, Tú eres la meta de
nuestros caminos. Como los Magos, también nosotros queremos dejar nuestra
comodidad y mantenernos en peregrinación y en búsqueda. Que tu luz nos guíe
para que, abiertos a la verdad, podamos adorarte y ofrecerte lo mejor de
nuestros dones. Amén.
D. José Román Flecha Andrés
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