jueves, 31 de mayo de 2012

CARTEL DEL CORPUS 2012




Con motivo de la Festividad del Corpus se presenta el Cartel que anuncia este acto, ha sido dibujado y diseñado por el artista local Enrique Sánchez Collado.

Se trata de un dibujo a grafito que se inspira en un grabado antiguo e imita el trazo del punzón en la plancha de cobre. Como motivo central, un ángel sostiene en una mano la bella Custodia de Damián de Castro de Villa del Río, y en la otra una guirnalda de hojas y frutos que evocan los tradicionales arcos de la Calle Juan de la Cruz Criado. Al fondo, a modo de paisaje, la Parroquia de la Inmaculada Concepción y la Capilla de Jesús Nazareno.

A los pies, iconografía del pelicano desgarrandose la piel para dar de comer a sus crias. Simbolo que identifica a Cristo y que está presente en un guadamecí de D. Juan Martinez Cerrillo en el interior de la puerta del Sagrario de la Iglesia de la Inmaculada.

En el cartel se ha cuidado el color (Sepia), el estilo de las fuentes, el trazo y la composición para transmitir ese arraigo de la Fiesta del Corpus en nuestra localidad.

COMUNIONES 2012 EN IMÁGENES





















sábado, 26 de mayo de 2012

UN VIENTO RECIO


27 de mayo de 2012. Solemnidad de Pentecostés


Tres festividades marcan el ritmo del tiempo pascual como para desgranar las riquezas del misterio fundamental de nuestra fe: La resurrección de Cristo, su Ascensión a los cielos y la venida del Espíritu Santo. En esta solemnidad de Pentecostés leemos el texto del libro de los Hechos de los Aspóstoles  (Hech 2, 1-11).

Tras leer este texto admirable, solemos subrayar los tres hechos que en él se exponen: la venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles, reunidos junto a María la Madre de Jesús. El valor que el Espíritu infunde en los seguidores de Jesús. La comprensión universal del mensaje por parte de los peregrinos que hablan diversas lenguas.

Con todo, deberíamos prestar más atención a ese detalle inicial, que resume la causa de todos los hechos: “De repente, un ruido del cielo, como de un viento recio, resonó en toda la casa donde se encontraban”. Toda la vida de la comunidad cristiana, entonces y ahora, está motivada por la iniciativa de Dios: el ruido del cielo. Esa iniciativa recuerda el capítulo inicial de la Biblia y  anuncia una nueva creación: el soplo del viento. El Espíritu de Dios libera a los discípulos de su encierro y conmueve las estructuras: la casa donde se encuentran. 

EL PERDÓN DE LOS PECADOS

El evangelio que se proclama en esta fiesta de Pentecostés nos remite una vez más al primer día de la semana, es decir al día de la resurrección de Cristo (Jn 20, 19-23). Vemos de nuevo a los discípulos, reunidos en una casa, con las puertas cerradas, por miedo a los judíos. Pero de pronto llega Jesús. El inesperado. El muerto vivo.
No les reprende por haberlo abandonado en el Huerto de los Olivos. Al contrario, les concedes tres dones. El don de la paz como saludo, como don gratuito y como responsabilidad perenne. El don de sus llagas, es decir la certeza de su victoria sobre la muerte. Y el don de su Espíritu, que es Espíritu de perdón. Esos dones son los que hacen la Iglesia. 

 “Recibid el Espíritu Santo; a quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados, a quienes se los retengáis, les quedan retenidos”. Sólo el que perdonó a quienes lo abandonaron podía confiarles el don sagrado de perdonar a los demás. No podríamos perdonar, si no hubiéramos recibido del Señor su propio Espíritu. El Espíritu de la reconciliación.  

LA CONFESIÓN DE LA FE

En esta fiesta de Pentecostés importa también recoger el mensaje de San Pablo a los fieles de Corinto: “Nadie puede decir ‘Jesús es Señor’ si no es bajo la acción del Espíritu Santo” (1 Cor 12, 3). Es más que una tesis académica. Es más que una afirmación discutible. Es un mensaje que suena a confesión personal. Pablo sabe por experiencia lo que dice.

• “Jesús es Señor”. Ésa es la clave de nuestra fe cristiana. También los no creyentes pueden conocer a Jesús. Es más, muchos pueden reconocerlo como un maestro, como un asceta o como un místico. También como un benefactor social. Para confesarlo como el Mesías y el Señor hace falta el don de la fe.

 • “La acción del Espíritu Santo”. Sería una arrogancia y una blasfemia arrogarse uno mismo el mérito de haber llegado a la fe o de haberla conservado fielmente. El don de la fe nos es concedido por el Espíritu Santo. El Espíritu de Dios nos lleva a la verdad y nos guía en el amor. Gracias al Espíritu podemos confesar a Jesús como Señor y Salvador.

- Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos la llama de tu amor. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. 

José-Román Flecha Andrés
Universidad Pontificia de Salamanca

lunes, 21 de mayo de 2012

LA ASCENCIÓN DEL SEÑOR

20 de mayo de 2012. Domingo 7º del Tiempo Pascual. Ascención del Señor.




  En la primera lectura de este día todos los años nos cuenta san Lucas en los Hechos de los Apóstoles la subida de Jesús al cielo: un hecho contemplado por testigos, pero que no deja de ser un misterio. Es un suceso querido por Jesús para que sirva de enseñanza simbólica y visual de la verdadera Ascensión que para Jesús fue en el momento de la Resurrección. Por el hecho de resucitar, ya Jesús vuelve al Padre y “está sentado a su derecha”. Esto significa que ya goza de toda la grandeza y gloria de Dios. Hoy es el día de la expresión de esa glorificación total de Jesús.

Durante 40 días Jesús se fue apareciendo a los apóstoles instruyéndoles más sobre las cosas que ya les había enseñado. No es que estuviera en un lugar determinado escondido. Estaba ya con su Padre en el cielo, pero se hacía presente durante un tiempo para reafirmar la fe de los suyos. Al final les envía a predicar por todo el mundo. La Ascensión de Jesús al cielo y el envío de los apóstoles son inseparables. Allí no sólo estaban los apóstoles, sino varios sucesores y simbólicamente toda la Iglesia. Hay una unión total entre la misión evangelizadora de Jesús y la continuación de esa misión en la Iglesia. Para el apostolado nosotros nos apoyamos en Jesús, vencedor de la muerte, que se fue al cielo, pero permanece con nosotros. El es nuestra esperanza, pero es también nuestra seguridad de que nos acompaña con su Espíritu.

En particular para cada uno la Ascensión nos enseña que en la vida hay que mirar a la realidad de la vida, como los ángeles dijeron a los apóstoles; pero hay que mirar también al cielo. La realidad nos dice que muchos miran demasiado sólo a las cosas terrenas y por ello se pueden marear. Nos puede pasar como a aquel joven marinero que debía arreglar algo en el mástil del barco en un día de tormenta. Según iba subiendo se mareaba viendo el agitar de las olas. El capitán se dio cuenta y le gritó: “Mira hacia arriba, siempre hacia arriba”. Así pudo realizar con éxito su trabajo. En nuestra vida encontramos muchas dificultades y situaciones, a las que no vemos sentido. Tenemos que mirar más hacia arriba, donde está Cristo esperándonos.

En este año, ciclo B, el evangelio es de san Marcos. Es el final. Nos dice cómo Jesús se fue al cielo y los apóstoles cumplieron su mandato de ir predicando por el mundo. Jesús les había prometido que harían muchos prodigios. Y así fue. Desde siempre ha habido prodigios externos; pero muchos más son los prodigios internos, en lo interior del corazón. Dice san Agustín que en un tiempo la Iglesia necesitaba más de estos prodigios externos, como un “arbolito” necesita el riego externo. Cuando ese arbolito se hace corpulento ya no necesita el riego. Comparado con la Iglesia podemos decir que el hecho mismo histórico de la Iglesia ya es un prodigio.

Nosotros debemos seguir a Jesús “creyendo” en su Evangelio. Hoy les habla Jesús a los apóstoles de la importancia de la fe: si creemos en sus enseñanzas, estaremos salvados; pero si le damos la espalda, estaremos perdidos. Creer es seguirle y amarle. A veces podemos ver señales externas; pero sobre todo le debemos ver en el corazón.

Hoy es un día para crecer en la esperanza de una felicidad eterna, usando con rectitud los medios que tenemos en la tierra. Debemos buscar el bien aquí, pero siempre sabiendo que la felicidad plena sólo se encuentra con Cristo en el cielo. Sólo El puede dar pleno sentido a la vida. Por eso no nos dejemos aprisionar por la materia. Hay algo más que la historia, que la materia y el tiempo. Nuestra meta está donde está Dios. Sólo Dios puede llenar el alma. En la oración principal de la misa de este día se pide y espera que donde está Cristo, que es nuestra Cabeza, estemos también nosotros que somos miembros de su cuerpo.

El triunfo de Jesús debe ser también nuestro triunfo; pero sabiendo que es diferente del triunfo material y humano; porque aquí se triunfa cuando otros pierden, mientras que cuando triunfa Jesús, todos salimos ganando.


Un poco de historia bíblica

La solemnidad de la Ascensión del Señor, conserva el simbolismo del número cuarenta. Como el pueblo de Dios anduvo cuarenta años en su Éxodo de Egipto hasta llegar a la tierra prometida, así Jesús cumple su éxodo pascual hasta ir al Padre en cuarenta días de apariciones y enseñanzas. La Ascensión expresa la dimensión de exaltación y glorificación de la naturaleza humana de Jesús como contrapunto a la humillación padecida en el suplicio y la muerte.

Los cuarenta días pascuales o cuarenta años de peregrinar por el desierto significan el tiempo clave de purificación y lucha en la vida de un pueblo o de una persona.

Los apóstoles necesitaron un tiempo de cuarentena para asimilar el paso de una vida acompañados de Jesús a una vida con Jesús "resucitado". Ahora les toca ir al mundo entero y proclamar el evangelio a toda la Humanidad.

Para quienes se quedan parados Jesús asciende al Cielo; para los que se ponen en marcha, Jesús va con ellos.


Acerquémonos al Jesús que acompaña
Jesús resucitado, celebramos hoy tu libertad más plena: espacio y tiempo han sido superados por tu nueva vida que nos sigue guiando.

El Padre, tu Padre y nuestro Padre, nos trajo contigo la buena noticia de su amor. Contigo curaba enfermos y liberaba de toda esclavitud.Contigo proclamaba el Año de Gracia y Reconciliación.
Él te llevó al desierto de nuestro mundo para sembrarlo de su amor.
Él te acercó a los más necesitados para curarles y restablecerles.
Él te sostuvo hasta la muerte en su amor universal y gratuito; amor que vive y muere entregado al bien de sus hermanos.

Tu Jesús resucitado, sigues viviendo el amor de Dios en acción; invitas a sentirnos aceptados y amados como el Padre nos ama y nos acepta.

"La Ascensión a los cielos, pasa por el descenso a los enfermos, los marginados, los empobrecidos..."
Revista Homilética 

martes, 15 de mayo de 2012

FIESTAS Y ROMERIA DE SAN ISIDRO LABRADOR


Glorioso San Isidro,
tu vida fue un ejemplo de humildad y sencillez,
de trabajo y oración;
enséñanos a compartir el pan de cada día
con nuestros hermanos los hombres,
y haz que el trabajo de nuestras manos
humanice nuestro mundo y sea,
al mismo tiempo, plegaria de alabanza
al nombre de Dios.
Como tú, queremos acudir confiadamente
a la bondad de Dios
y ver su mano providente en nuestras vidas.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.

sábado, 12 de mayo de 2012

LA VIRGEN DE LA CABEZA PROCESIONARÁ MAÑANA NOCHE


Ya se encuentra vestido y exornado el  paso de la Virgen de la Cabeza. Mañana a las 9 de la noche tendrá lugar la procesión desde la Iglesia Parroquial de la Inmaculada. Invitamos a todo el pueblo de Villa del Río a acompañar y portar la imagen de la "Morenita".

DEL AMOR Y LA AMISTAD


13 de mayo de 2012. Domingo 6º del Tiempo Pascual. B.

La llamada “regla de oro” de todas las éticas establece una conexión entre el sujeto y las personas con las que entra en relación. Puede expresarse de forma negativa: “No hagas a los demás lo que no quieras que ellos hagan contigo”. Y puede también formularse en positivo: “Haz a los demás lo que quieres que ellos hagan contigo”.

La tradición de Israel había asumido esta regla, como se ve por la prescripción del libro del Levítico: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Lev 19,18). Este principio se manifiesta en numerosas aplicaciones, sobre todo cuando se pide a los israelitas que tengan piedad de los esclavos, puesto que ellos fueron esclavos en otro tiempo.

Es cierto que esta norma ética parece fundarse en el amor propio. Pero el amor a uno mismo no es un mal moral. Al contrario, sólo puede amar a los demás quien ha aprendido a amarse a sí mismo. Hay que ponerse en el lugar del otro. Y poner al otro en nuestro propio lugar.  Necesitamos sabernos amados para aprender a amar.

EL PADRE Y LOS HERMANOS

En el evangelio que hoy se proclama en la liturgia encontramos un cambio significativo (Jn 15, 9-17). En otra ocasión Jesús había subrayado el valor de la norma tradicional del amor al prójimo como a uno mismo (Mc 12, 28-34). Pero en el contexto de la última cena,  introduce una doble referencia en la relación del amor.

• La primera referencia nos lleva a volver los ojos al Padre celestial:  "Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor" (Jn 15,10). Jesús puede hablar del amor a los hermanos porque ha permanecido en el amor del Padre y en el amor al Padre. 

• La segunda referencia nos lleva a él mismo: "Este es el mandamiento mío: que os  améis los unos a los otros como yo os he amado" (Jn 15,12; Jn 13,34-35). El verdadero modelo del amor a los demás ya no lo encontramos en nosotros mismos, sino en el Señor y Maestro que ha dado la vida por nosotros.

Es importante ese “como”. Por dos veces se repite esa partícula de comparación. Somos invitados a amar a los demás como Jesús ama al Padre y como nos ama a nosotros. Ahí está él haciendo de puente entre el Padre y nosotros. Es esa doble orientación de su amor la que nos libera de la ramplonería y del egoísmo.

EL AMIGO Y LOS AMIGOS

El texto evangélico es muy rico. Baste recordar las dos frases de Jesús sobre la amistad. Es decir, sobre los amigos que somos y hemos de ser con relación a él.

• “Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos”. Jesús ha dado  vida a nuestra existencia, con su palabra y con sus gestos. Y finalmente ha dado la vida por nosotros para que tengamos vida eterna.

• “Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando”.  La verdadera amistad requiere la concordia en las ideas y en los pensamientos, pero sobre todo, en las actitudes últimas y en los actos que las manifiestan.

• “Ya no os llamo siervos… os llamo amigos”. Así sólo puede hablar el que se ha hecho siervo, hasta lavar los pies a sus discípulos. Su amistad se manifiesta en los secretos que les ha revelado. En la vida que comparte con nosotros.

- Señor Jesús, tus palabras nos desvelan la hondura de tu corazón. Y nos revelan también la dignidad de nuestra persona y de nuestra vocación. Que tu amistad nos enseñe a vivir en obediencia al Padre y en amor a nuestros hermanos. Amén. Aleluya.

José-Román Flecha Andrés
Universidad Pontificia de Salamanca

viernes, 11 de mayo de 2012

PRIMERAS COMUNIONES EN LA PARROQUIA

  Los días 6, 13, 20 y 27 de Mayo a las 12 horas, celebraremos en nuestra Parroquia, la Primera Comunión, de los niños que se han estado preparando durante dos años, en Catequesis, para recibir por primera vez a Jesús.

  Seguro que será un día grande y especial para ellos, pues acompañados de su familia y amigos,darán un paso más en el camino de iniciación cristiana, empezado con el sacramento del Bautismo y que continuará con el sacramento de la Confirmación.

  Al recibir su Primera Comunión, podrán participar de manera más cercana y activa en las misas de los domingos, compartiendo con la comunidad cristiana, la Fe recibida de sus padres, catequistas y Parroquia.

   Por  todo esto, vamos a recibirlos todos los domingos cantando:

La misa es una fiesta muy alegre,
La misa es una fiesta con Jesús.
La misa es una fiesta que nos une
La misa es una fiesta con Jesús.

Cada domingo celebramos
que nuestro amigo nos salvó,
que por amor nos dio su vida
y resucitó.

Con su palabra nos enseña
nos alimenta con su pan,
nos compromete a ser
amigos y a caminar.

                                                                                                                                  Mª Angustias

lunes, 7 de mayo de 2012

EL VALOR DE LA COHERENCIA

 por
Francisco Javier Gómez García

La raíz de todos los males: el egoísmo
Madre Teresa de Calcuta

            Todos conocemos a personas que hoy dicen una cosa y mañana dicen la contraria. Y también a personas que dicen una cosa pero hacen la contraria (¡predican pero no dan trigo!); personas, en definitiva, incoherentes o contradictorias. Afortunadamente, también existen personas que concilian armónicamente sus valores, los cuales, a su vez, se mantienen estables en el tiempo. Estas personas, al equilibrar el triángulo pensamiento-comunicación-conducta, son personas coherentes.

            Pero, ¿qué es la coherencia? Podemos definirla como el valor que nos hace ser personas de una pieza, actuando siempre de acuerdo a nuestros Principios. Resalto Principios con mayúscula, pues los “principios” con minúscula los dejo para la frase de Groucho Marx: “Estos son mis principios; si no le gustan, no importa, tengo otros”.

            A este respecto también tenemos que evitar dos tipos de coherencia (con minúsculas):

             En primer lugar, la coherencia del “ladrón”. Muchas veces proyectamos nuestros defectos (la mayoría de las veces ocultos a nuestra ceguera emocional) en los demás (“Piensa el ladrón que todos somos de su misma condición”). Por ejemplo, no aceptamos el egoísmo ajeno e incluso llegamos a criticarlo con dureza. Además, desconfiamos de los demás (¿falta de Autoestima sana?) y contribuimos a la difusión de la soledad (incluida la nuestra)…tenemos que sustituir el “piensa mal y acertarás” por el “piensa bien y vivirás bien”.

            En segundo lugar, también tenemos que evitar la coherencia del “cínico”. A muchas personas la vida los ha hecho descreídos, desconfiados, con poca fe…cínicos bajo el lema de que “cada palo aguante su vela”. A lo largo de sus vidas no se mueven ni un ápice de esta línea…tenemos que recordar que los mayores viajes, en esta vida, no se hacen en avión, se hacen en el interior de nuestra mente-corazón (desaprendiendo): de egoístas a generosos, de egocéntricos a humildes, de negativos a positivos, de pesimistas a optimistas, de cínicos a idealistas, en definitiva, de personas de poca fe a hermanos convertidos.

            En cambio, tenemos que aferrarnos a la Coherencia que emana del principio categórico de Kant: “trata a los demás como te gustaría que te trataran a ti”. O en una versión más maximalista: “compórtate como si tu comportamiento fuese a ser elevado a ley de comportamiento universal”. Si soy egoísta, el mundo será un infierno; si estoy en paz conmigo mismo, el mundo entero estará en paz.

            Por otro lado, tenemos que recordar la importancia del Principio de Unidad, con sus dos perspectivas: axiológica y vital.

             La perspectiva axiológica hace referencia a que los valores, al estar alimentados de la misma fibra amorosa, interactúan, se retroalimentan y los podemos obtener a partir de unos valores canónicos (Trabajo-Humildad-Generosidad). Por ejemplo, no podemos presumir de generosidad y no tener ninguna empatía con nuestros subordinados. La coherencia es equilibrio; una vida incoherente es insostenible en el tiempo.

            La perspectiva vital hace referencia a lo fructífero que resulta unir Vida y Valores (encarnar los valores). No podemos presumir de generosidad en nuestra vida personal y, en cambio, ser un mal compañero en el trabajo…tenemos que ser, allí donde estemos, “personas de una pieza”.

            Precisamente necesitamos (en las empresas, en la política, en la sociedad en general) líderes coherentes. Así, hay que partir de la constatación de que el liderazgo si no es ético no es liderazgo, es otra cosa…La Madre Teresa de Calcuta se dirigió de la siguiente manera a un grupo de directivos: “¿Queréis que haya cambio? ¿Queréis que vuestra gente cambie? ¿Les conocéis? ¿Les amáis?...”. El líder tiene que infundir confianza genuina en sus seguidores, a los que ayudará a ser la mejor versión de sí mismos. Por tanto, el liderazgo verdadero es servicio. El líder se trasciende a sí mismo y todo lo que da lo recibe multiplicado (“se os dará el ciento por uno”).

            La coherencia es un ideal al que todos debemos tender. La COHERENCIA es Dios…

Sólo un servidor fiel puede ser un líder verdadero
Alan Axelrod

sábado, 5 de mayo de 2012

LA VID Y LOS SARMIENTOS

6 de mayo de 2012. Domingo 5º del tiempo Pascual. B


Vivimos aparentando seguridad y caminamos por el mundo simulando una firmeza que no tenemos. Tal vez por eso huimos de la soledad, que nos devuelve, como un espejo, la verdadera imagen de nosotros mismos. 

En realidad, somos presa de un temor y de  una tentación Tenemos  miedo a la esterilidad. Nos horroriza la infecundidad: pasar por la vida sin dejar fruto.

En consecuencia, nuestra tentación más inmediata y recurrente es la de dar fruto a cualquier precio. Buscamos la eficacia fácil, aunque sea efímera.

La consecuencia es siempre esa mezcla de autonomía, con la que tomamos nuestras egoístas e inmaduras decisiones y de vanagloria, con la que nos apresuramos a atribuirnos el feliz resultado de las mismas. Siempre tenemos una corona preparada para premiar nuestros triunfos.

LA FUENTE DE LA VIDA

El evangelio según San Juan (Jn 15, 1-8), que se proclama en este domingo quinto de Pascua, parece responder a esa situación. Nos invita a reconocer la honda verdad de nuestra existencia. Podemos superar nuestra infecundidad, pero no del modo como nosotros imaginamos. Nuestra fuerza  no puede nacer de nosotros mismos.

       Así lo dice Jesús: “Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada”.

-           Jesús es la fuente y nosotros los canales. Sin él no podemos saciar nuestra sed. Ni pasar el agua a nuestros hermanos. Él es la vid. Nosotros somos los sarmientos. Si no estamos unidos a Él no recibimos la sabia de la vida.

-           Jesús es por tanto la fuente de nuestra existencia cristiana. Y de la vida que, gracias a él, podemos aportar a los demás. Si no permanecemos unidos a él, pereceremos en nuestra esterilidad.

-           Jesús es quien da nacimiento, continuación y culminación a la misión que nos ha sido confiada. Si no permanecemos unidos a él, nuestra actividad no tendrá sentido. Nos moveremos en el vacío

EL HIJO DEL PADRE

No deberíamos leer este pasaje evangélico dejando de lado la primera afirmación de Jesús: “Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el labrador”. El evangelio de Juan parece reiterativo. Sus frases se parecen a las olas del mar. Parecen todas iguales, pero cada una añade algo a la anterior.

• “Yo soy la verdadera vid”. Jesús se revela como el camino, la verdad y la vida. Dos hermosas alegorías lo presentan como el Buen Pastor y como la Vid verdadera. En esta última, recoge una larga tradición de su pueblo. Según Isaías, Israel es la viña de Dios (Is 5). Ahora Jesús se nos muestra como el definitivo Israel de Dios.

• “Mi Padre es el labrador”. En su parábola, también Isaías se refería a Dios como el viñador que planta y cuida su viña. Ahora Jesús reconoce a Dios como Padre. Jesús nos revela el cuidado del Padre. Se sitúa entre Dios y nosotros. Nosotros gozamos de la atención que Dios nos demuestra a través de Jesús.

-           Señor Jesús, te reconocemos como la verdadera vid. Tú puedes y quieres librarnos de nuestra esterilidad y nuestro orgullo. Ayúdanos a mantenernos unidos a ti, para que podamos dar fruto abundante para la vida del mundo. Amén.

José-Román Flecha Andrés

jueves, 3 de mayo de 2012

PROCESIÓN DE LA DIVINA PASTORA Y SAN FRANCISCO


En torno a  las 11 de la mañana procesionará desde la Capilla de Jesús Nazareno la imágen de la Divina Pastora y San Francisco de Asís.

La imagen Mariana será portada a costal, como ya viene siendo costumbre, por alumnos y exalumnos del Colegio.  Todo ello con una jovensísima comitiva que abrirán el estandarte y las banderas franciscanas, los niños de infantil, primaria con pañuelo azul y cruz franciscana, el paso de San Francisco: portado por los alumnos de sexto y primeros cursos de secundaria, para cerrar con la Reina Franciscana que lucirá enseres cedidos por Cofradias de la Humildad, Angustias y San Juan.

Hoy jueves se ha celebrado la Ofrenda floral, la Santa Misa y culmina mañana el Triduo a la Divina Pastora.

martes, 1 de mayo de 2012

REFLEXIONES SOBRE EL BUEN PASTOR

Pastor.
 
La mayoría de los pueblos del Próximo oriente se dedican a la crianza y pastoreo del ganado y conocen bien la profesión del pastor; requiere valor, vigilancia, celo y dedicación en el cuidado del rebaño.
 
Teniendo en cuenta estas cualidades, la imagen del pastor ha servido para ilustrar la función de deidades y personajes importantes que están al frente de una colectividad. La literatura griega y egipcia otorgaban el atributo de "Buen Pastor"a los reyes y dioses. En el Antiguo Testamento Dios es quien reúne y custodia "como un pastor el rebaño desvalido".
 
En los Salmos y libros proféticos se ha preparado adecuadamente el camino para la definición que ofrece Jesús de sí mismo cuando dice que es "el buen pastor que da la vida por sus ovejas". Este es el mandato que ha recibido de Dios Padre: entregarse, desvivirse y poner en juego la vida.
 
Nos acercamos al Buen Pastor.
 
Jesús Hijo de Dios, lleno del Espíritu Santo. Nuestra fe nos dice que el Padre nos ama desde siempre. El amor tan singular del Padre lo hemos conocido en tu vida, Jesús de todos: "en esto hemos conocido el amor: en que tu diste tu vida por nosotros;" y en esto conocerán los demás nuestro amor: si crea vida, renueva y cura ...
 
Hoy somos invitados a revisar nuestro amor: "el mundo no nos conoce porque tampoco le conoció a Él". El mundo, enraizado en la codicia, desconoce la gratuidad del amor divino.
 
¿Cómo es el amor del Buen Pastor?
 
Es amor universal, que busca el bien de todos.
Es amor que hace salir el sol y bajar la lluvia sobre justos e injustos.
Es amor que no divide ni separa, no margina ni excluye a nadie.
Es un amor opuesto a la avaricia que siembra tiranía y muerte.
Es un amor que abre la puerta a cualquiera que llame.
Este amor gratuito y universal en personas, tiempo y lugar es el Amor del Buen Pastor.