martes, 30 de septiembre de 2014

LA GRATUIDAD


Un día, un muchacho muy pobre, vendedor de puerta en puerta para pagar sus estudios, se encontró con sólo diez centavos en su bolsillo y tenía mucha hambre. Entonces decidió que en la próxima casa pediría comida.

No obstante perdió su coraje cuando una linda y joven muchacha abrió la puerta y sólo se atrevió a pedir  un vaso con agua.

Ella pensó que él estaba hambriento y le trajo un gran vaso con leche. La bebió lentamente y  luego preguntó:

¿Cuánto le debo? No me debe nada -le respondió-. Mi mamá nos enseñó a no aceptar nunca pago por bondad...

Él dijo: Entonces se lo agradezco de corazón.

Cuando Howard Kelly, que ya estaba listo para rendirse y renunciar, se fue de esa casa, no sólo se sintió más fuerte físicamente, sino también en su fe en Dios y en la Humanidad.

Años más tarde, esa joven enfermó gravemente. Los doctores de la localidad estaban muy preocupados. Finalmente la enviaron a la gran ciudad, donde llamaron a especialistas para que estudiaran su rara enfermedad. Uno de esos especialistas era el doctor Howard Kelly. Al leer el nombre del pueblo de donde venía la muchacha, una extraña luz brilló en sus ojos. Inmediatamente se levantó. Vestido con su bata de doctor, fue a verla y la reconoció inmediatamente. Luego, volvió a su consultorio, determinado a hacer lo imposible para salvar su vida. Desde ese día le dio atención especial al caso.

Después de una larga lucha, la batalla fue ganada. El doctor Kelly pidió a la oficina de cobros que le pasaran la cuenta final para darle su aprobación. La leyó y luego escribió algo en la esquina. La cuenta fue enviada al cuarto de la muchacha. Ella sintió temor de abrirla, porque estaba segura de que pasaría el resto de su vida tratando de pagarla. Finalmente la leyó y algo, llamó su atención en la esquina de la factura, donde se leían las siguientes palabras: "Pagado por completo con un vaso de leche". Firmado: doctor Howard Kelly.


Revista Homilética

domingo, 28 de septiembre de 2014

SAN MIGUEL ARCÁNGEL


"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú Príncipe de la Milicia Celestial,
arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los otros espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas.

Amén

sábado, 27 de septiembre de 2014

LA VIÑA Y LOS HIJOS


Homilía Domingo 28 de Septiembre de 2014. 26 del Tiempo Ordinario A.

“Cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo, y practica el derecho y la justicia, él mismo salva su vida. Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá” (Ez 18,27-28). Las gentes murmuran contra Dios atribuyéndole un proceder injusto. Y el mismo Dios responde por medio del profeta Ezequiel, El malvado muere por su propia maldad. Pero alcanza la vida si se convierte.

Al leer estas palabras del profeta, pensamos en nosotros mismos y en nuestros vecinos. Alguien dice que está a punto de perder la fe en Dios a causa de los problemas que se le han echado encima. Pero a veces basta un breve análisis de la situación para comprobar que esos problemas han brotado de las decisiones equivocadas y hasta pecaminosas que él ha tomado.

Al ser humano le cuesta mucho hacerse responsable de sus propias acciones y omisiones. Le resulta más fácil atribuirse a sí mismo sus logros y culpar a Dios de sus desgracias. Somos injustos. O tal vez, demasiado infantiles.

LOS DOS HIJOS

El evangelio que hoy se proclama recoge otra parábola de Jesús que nos evoca el mundo de las viñas y las faenas de la vendimia (Mt 21,28-32). Un propietario tiene dos hijos. A los dos los invita a ir a trabajar a la viña. El relato juega con la diferencia entre la respuesta de los hijos y su comportamiento ulterior.

El primer hijo rechaza bruscamente la orden de su padre. El tajante “no quiero”, con que responde a su deseo nos recuerda los modales y la aparente apostasía de una gran parte de nuestros contemporáneos. Pero el hijo se arrepiente de lo dicho y se va a trabajar a la viña, O por respeto y amor a su padre o porque comprende que la viña también le pertenece a él.

El segundo hijo se muestra obediente y obsequioso al responder: “Voy, señor”. Pero luego no va a trabajar a la viña. El texto no nos dice que haya desobedecido por despecho o por maldad. Tal vez se quedó solamente entretenido en sus ocupaciones y distracciones habituales. Habría que ver si esa no es también la actitud de muchos creyentes de hoy.

LOS BUENOS Y LOS MALOS

El evangelio sugiere que Jesús trata de contraponer dos actitudes ante el mensaje de Dios. Dos actitudes que se repiten a lo largo de los siglos.

Los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo, a los que se dirige, parecían en principio más cercanos a la palabra de Dios. Eran oficialmente un modelo social y religioso. Pero no aceptaron la invitación a la santidad y a la justicia que les dirigía Juan Bautista.
Los publicanos y las prostitutas eran ciertamente marginados sociales. Eran considerados como la imagen misma del pecado. Parecían ignorar la voluntad de Dios, pero escucharon al Bautista y se convirtieron. Y eso es lo importante a los ojos del Maestro.
La parábola habla del hombre. Nos pregunta dónde ponemos nuestros intereses a la hora de escuchar a Dios. Y nos recuerda el valor de la conversión. Pero la parábola nos habla, sobre todo, de Dios. Él no espera de nosotros tan solo buenas palabras. Espera la seriedad de nuestro compromiso. Y esa conversión que conduce a la vida, como decía el profeta Ezequiel.

- Padre nuestro, gracias por invitarnos a trabajar en tu viña, que es también la nuestra. Que nuestros intereses no nos impidan escuchar tu palabra y cumplir tu voluntad. Amén.


D. José-Román Flecha Andrés

domingo, 21 de septiembre de 2014

LA VIÑA Y LOS JORNALEROS


Homilía Domingo 21 de Septiembre de 2014. 25 Tiempo Ordinario A

“Mis planes no son vuestros planes. Vuestros caminos no son mis caminos –oráculo del Señor-. Como el cielo es más alto que la tierra, mis caminos son más altos que los vuestros, mis planes, que vuestros planes” (Is 55, 8-9). Con estas palabras, el libro del profeta Isaías se transmite a su pueblo la voz de Dios,  que subraya la diferencia entre nuestra forma de pensar y los proyectos de Dios.

En realidad esa es una tentación que acecha a todos los creyentes. En lugar de acomodarnos a la voluntad de Dios, con demasiada frecuencia tratamos de acomodar la voluntad de Dios a la nuestra.

Nos cuesta trabajo entender por qué nos suceden las cosas. Aplicamos a Dios nuestros criterios, condicionados por nuestro egoísmo o, tal vez, por nuestra cortedad de miras. Sólo con el tiempo logramos comprender que la decisión de Dios era más justa que la nuestra.

EGOÍSMO Y GENEROSIDAD

En la parábola que hoy se recoge en el Evangelio según Mateo (Mt 20, 1-26) se narra el relato de los jornaleros que son invitados a diversas horas del día a trabajar en una viña. El dueño promete a cada uno de los contratados el salario de un denario. Al parecer todos están contentos de encontrar trabajo y poder contar con un jornal.

El problema llega al final del día. Los jornaleros protestan al comprobar que todos reciben un denario, con independencia del tiempo que han dedicado a su trabajo. En los planes humanos eso sería una injusticia y provocaría un escándalo.

Pero la parábola no plantea una situación laboral. Refleja una situación frecuente en las primeras comunidades cristianas. En ellas debían de ser habituales las quejas de los “creyentes de siempre” frente a los recién convertidos a la fe. Los que se consideran buenos se preguntan cómo puede Dios acoger y premiar por igual a unos y otros.

A fin de cuentas, se nos dice que la justicia de Dios se identifica con su misericordia. Evidentemente sus pensamientos y sus planes superan nuestros celos y nuestro egoísmo. Por eso su generosidad nos escandaliza.

EL MÉRITO Y LOS DONES

De todas formas, no podemos olvidar la invitación que da motivo a esta protesta: “Id también nosotros a mi viña y os pagaré lo debido”. Esta promesa suscita en nosotros dos reflexiones para nuestra vida cristiana.

“Id también nosotros a mi viña”. En su exhortación “La alegría del Evangelio”, el Papa Francisco nos recuerda que todos los miembros de la Iglesia estamos llamados a la tarea de la evangelización. La invitación del Señor es amplia y universal. Es también urgente en estos tiempos.

”Yo os pagaré lo debido”. Nuestras leyes humanas no pueden obligar a Dios. Como escribía San Agustín,”al premiar nuestros méritos, Él corona sus propios dones. Lo debido, lo es en razón de su amor, de su misericordia y de su generosidad

- Señor Jesús, somos conscientes de haber sido llamados a trabajar en la viña del Reino de Dios. Que nuestros egoísmos no nos impidan descubrir y agradecer la grandeza y la gracia de esa misión.


D. José-Román Flecha Andrés

jueves, 18 de septiembre de 2014

LA ARENA Y LA PIEDRA


Dice una leyenda que dos amigos viajaban por el desierto y, en un determinado punto del viaje, discutieron y uno le dio una bofetada al otro. El otro, ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena: "Hoy, mi mejor amigo me pegó una bofetada en el rostro".

Siguieron adelante y llegaron a un oasis donde resolvieron bañarse. El que había sido abofeteado y lastimado comenzó a ahogarse, siendo salvado por su amigo. Al recuperarse, tomó un estilete y escribió en una piedra: "Hoy, mi mejor amigo me salvó la vida".

Intrigado, el amigo preguntó:
¿Por qué después que te lastimé, escribiste en la arena y ahora escribes en una piedra?

Sonriendo, el otro amigo respondió:
Cuando un gran amigo nos ofende, deberemos escribir en la arena donde el viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo y apagarlo.

Por otro lado, cuando nos pase algo grandioso, deberemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón, donde viento ninguno en todo el mundo podrá borrarlo.

Revista Homilética

sábado, 13 de septiembre de 2014

LEVANTADO EN ALTO


Homilía para el Domingo 14 de Septiembre de 2014. 
Festividad de la Exaltación de la Santa Cruz

Hoy se interrumpe la lectura continua con motivo de la fiesta que conmemora la recuperación de la cruz de las manos de los persas y su devolución a Jerusalén por obra del emperador Heraclio. Pero, más allá de esa evocación histórica, esta fiesta nos invita a preguntarnos qué papel juega la cruz en nuestras vidas.

- La cruz material es discutida como nunca. Es destruida en China y en los países musulmanes. Pero también en los países democráticos se la retira de los lugares públicos, para no ofender a los miembros de otras religiones o porque también a los cristianos nos recuerda una vida y una fe de la que hemos apostatado en la práctica.

- Por otra parte, están las otras cruces. Esas que no aceptamos con serenidad, mientras que las cargamos sin piedad sobre los hombros de los demás. Las cruces de la enfermedad y el desempleo, del hambre y la marginación, del desprecio y el abandono, de la miseria y la guerra, de la violencia y el despojo. La cruz de la fragilidad, que preocupa al Papa Francisco.

MIRAR Y CREER

El evangelio de hoy nos recuerda la conversación de Jesús con Nicodemo (Jn 3, 13-17). El magistrado judío era un admirador de Jesús y un discípulo clandestino que lo visitaba en el corazón de la noche.

Su saludo es ya una verdadera profesión de fe: “Rabbí, sabemos que has venido de Dios como Maestro, porque nadie puede realizar las señales que tú realizas si Dios no está con él”. Jesús le explica su propia misión empleando términos espaciales: Él ha bajado del cielo y al cielo habrá de subir.

Para explicarlo, Jesús evoca la imagen de la serpiente que aparece en el libro de los Números (21, 4-9). Con motivo de una plaga de víboras, Moisés fabricó una serpiente y la hizo colocar en un mástil izado en medio del campamento israelita. Los que volvían sus ojos hacia aquel amuleto se veían libres de las mordeduras de las víboras.

Aquel recuerdo legendario retorna en los labios de Jesús. También él habrá de ser levantado en alto. Para alcanzar la salvación habrá que volver la vista a Jesucristo, levantado en alto sobre la cruz. Mirarle a Él equivale a creer en Él y aceptarlo como Salvador.

EL ÁRBOL Y EL FRUTO

En el contexto del diálogo de Jesús con Nicodemo, queda clara la fe de una comunidad que acepta a Jesús como su Señor.

-“Tiene que ser levantado el Hijo del hombre”. Levantado sobre los intereses humanos, Jesús reina por su limpieza. Levantado por encima de las expectativas del tener, del poder o del placer, él se convierte en fuente de limpia esperanza. Levantado en la cruz, él es el signo de la salvación y de la nueva alianza que Dios ofrece a la humanidad

-“Para que todo el que crea tenga por él vida eterna”. Este árbol único en nobleza produce los mejores frutos. El poste vertical se convierte en cruz al encontrarse con el travesaño horizontal. La vida eterna es don que viene de lo alto, pero espera la acogida de los que hacen de la fe un camino y una convicción, un talante y una entrega.

- Señor Jesús, hoy nos volvemos hacia ti, repitiendo con la liturgia de este día: “Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, porque con tu cruz has redimido al mundo”. Amén.


D. José-Román Flecha Andrés

jueves, 11 de septiembre de 2014

DULCE NOMBRE DE MARÍA


Saludo a la Bienaventurada Virgen María
(S. Francisco)

Salve, Señora, santa Reina,
santa Madre de Dios, María,
que eres virgen hecha iglesia
y elegida por el santísimo Padre del cielo,
a la cual consagró Él
con su santísimo amado Hijo
y el Espíritu Santo Paráclito,
en la cual estuvo y está
toda la plenitud de la gracia y todo bien.

Salve, palacio suyo;
salve, tabernáculo suyo;
salve, casa suya.

Salve, vestidura suya;
salve, esclava suya;
salve, Madre suya
y todas vosotras, santas virtudes,
que sois infundidas por la gracia
e iluminación del Espíritu Santo
en los corazones de los fieles,
para que de infieles hagáis fieles a Dios.

martes, 9 de septiembre de 2014

ESTRELLA DE VILLA DE RIO



Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las Vírgenes,
Madre de Cristo,
Madre de la Iglesia,
Madre de la divina gracia,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre siempre virgen,
Madre inmaculada,
Madre amable,
Madre admirable,
Madre del buen consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,
Madre de misericordia,
Virgen prudentísima,
Virgen digna de veneración,
Virgen digna de alabanza,
Virgen poderosa,
Virgen clemente,
Virgen fiel,
Espejo de justicia,
Trono de la sabiduría,
Causa de nuestra alegría,
Vaso espiritual,
Vaso digno de honor,
Vaso de insigne devoción,
Rosa mística,
Torre de David,
Torre de marfil,
Casa de oro,
Arca de la Alianza,
Puerta del cielo,
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,
Refugio de los pecadores,
Consoladora de los afligidos,
Auxilio de los cristianos,
Reina de los Ángeles,
Reina de los Patriarcas,
Reina de los Profetas,
Reina de los Apóstoles,
Reina de los Mártires,
Reina de los Confesores,
Reina de las Vírgenes,
Reina de todos los Santos,
Reina concebida sin pecado original,
Reina asunta a los Cielos,
Reina del Santísimo Rosario,
Reina de la familia,
Reina de la paz.

Ruega por nosotros Estrella Coronada de Villa del Río