
Un gloria a Dios
inmenso el sepulcro ha reventado.
Jesús Nuestro Señor
ha resucitado.
Cristo vencedor, a
todas las armas ha derrotado.
Un gloria a Dios
luminoso hace de la noche un bello día.
Cristo triunfante, en
los campos de concentración,
ha encendido el ánimo
de vivir a pesar de las torturas,
de las condiciones
infrahumanas y de la humillación.
Un gloria a Dios
eterno penetra en el corazón de unos cuantos jóvenes.
Cristo como buen
pastor recoge a sus ovejas.
Ha resucitado el
amor.
Ha resucitado la paz.
Ha resucitado la
esperanza.
Los árboles silban de
gozo y todas la olas del mar,
se levantan por
encima las montañas.
Millones de hombres
camino de Emmaús,
esperan inútilmente
que alguien los convierta con palabras sabias.
Algunos hombres, los
más sencillos, cantan poco a poco un
grito de luz con el
Mesias.
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