Reflexión del Evangelio del Domingo 13 de Junio de 2021. 11º del Tiempo Ordinario.
Las parábolas de Jesús son toda
una excusa para hablar del misterioso crecimiento del reino que anuncia. Es
verdad que había anunciado con una seguridad inquebrantable que "ya está
aquí" o que "en medio de vosotros". Mc 1, 14-15 lo pone como
frontispicio de todo y como programa, a la vez que exige conversión y confianza
en ese anuncio. Pero podían preguntarle, como de hecho sucedió ¿dónde está ese
Reino? De allí que las dos parábolas del crecimiento, mediante los símbolos de
un grano (aunque un grano es pequeño, no se resalta este punto) y una semilla
de mostaza (que es como una cabeza de alfiler) vengan a decirnos algo
significativo de sus comienzos, de sus logros y de su consumación. Se da una
cierta disimilitud y contraste en el final de las dos comparaciones: la del
grano en lo que se refiere a lo que, a causa del crecimiento y la consumación
final, no tendrá sentido (se desechará) y la de la mostaza nos habla del Final
en términos más positivos, porque se hará grande y vendrá a ser
"hogar" y protección de multitudes de pájaros.
El reino está ya aquí, pero solo
como una semilla que es confiadamente un final grandioso o apropiado. No son
parábolas o comparaciones deslumbrantes, pero están llenas de sentido. Debemos
aceptar la misma naturalidad de este mensaje en cuando es algo que ya está
sembrando, que está creciendo y por eso tiene misterio. Como tiene misterio la
comparación de la levadura (cf Mt 13,33; Lc 13,29-21) que poco a poco impregna
la masa. Eso quiere decir que está "germinando" y por eso se alumbrará
un mundo nuevo, tanto en el caso de acabar algo que no tiene sentido en la
historia (y por eso de meterá la hoz) o en el caso de que se construya un
"hábitat" donde vengan todas las aves a protegerse. Incluso
deberíamos entender que se trata de toda clase de aves y por lo mismo que se
estaría apuntando a los paganos. Son los dos aspectos del Reino y de su
transformación de la historia: algo quedará caduco, pero lo más importante es
la imagen de los pájaros que anidan.
Es ese final bueno y liberador el
que debemos proponer como mensaje de las parábolas de hoy. Es verdad que se nos
habla de "meter la hoz”, pero es lógico que esta historia humana debe
dejar aquí todo aquello que no tiene sentido, que es opuesto al proyecto y a la
plenitud del Reino de Dios. Pero en la parábola de la mostaza, que comienza con
el sentido de la "nimiedad" de lo insignificante y de lo mínimo, todo
se transforma hasta ofrecernos la imagen de un árbol cósmico donde todos puedan
encontrar no solamente el hábitat humano, sino la verdadera felicidad del
Reino. Así, pues, quiere decirnos Jesús, son las cosas de Dios. Esta es la
propuesta de esperanza que forma parte de la entraña del Reino, por
insignificante que parezca. En estas metáforas, pues, proponía Jesús un mensaje
que llenaba los corazones de los sencillos.
Fray Miguel de Burgos Núñez
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