Reflexión Homilética para el Domingo 22 de Julio de 2018. 16º del Tiempo Ordinario.
“¡Ay de los pastores que
dispersan y dejan perecer las ovejas de mi rebaño!” (Jer 23,1). En la primera
lectura de este domingo nos sorprende este lamento que el profeta Jeremías pone
en la boca del mismo Dios. El Señor se preocupa por la suerte que amenaza a sus
ovejas cuando los pastores no son responsables.
Es verdad que, aun siendo silencioso, Dios no
es neutral. De hecho, el Señor promete intervenir para reunir al resto de sus
ovejas y conducirlas a sus dehesas. Además, las confiará a nuevos pastores que
las libren del temor, de la dispersión y de los peligros. “Ninguna se perderá”,
añade el oráculo.
En un día como hoy podemos
proclamar con el salmo la misericordia que nos salva: “El Señor es mi pastor,
nada me falta” (Sal 22).
En la carta a los Efesios se nos
recuerda que Jesucristo ha venido a derribar el muro de enemistad que separaba
a Israel de los demás pueblos. Esa consideración de la paz y del encuentro
entre todos los hombres es hoy más necesaria que nunca.
EL DESCANSO Y LA CURIOSIDAD
El evangelio del domingo pasado
nos decía que Jesús envió a sus discípulos a predicar, a liberar de los
demonios a las gentes y a sanar a los necesitados. En el texto que hoy se proclama (Mc 6,30-34)
contemplamos el retorno de los discípulos, que dan cuenta a su Maestro de lo
que han hecho y enseñado.
- En primer lugar, vemos que
Jesús tiene la delicadeza de llevarlos a un lugar solitario, con el deseo de
que puedan descansar de su misión.
- Pero el texto anota que las
gentes reconocen a Jesús y a sus discípulos. Se sugiere con esa observación que
el Maestro y sus discípulos suscitan curiosidad.
- Los que reconocen a Jesús no quedan anclados
en su comodidad y en su rutina. Se ponen en camino y se adelantan por tierra
hasta el lugar donde ellos pretendían descansar.
LA ORFANDAD Y EL ENCUENTRO
Al desembarcar, Jesús vio a la
multitud y se compadeció de ella, “porque andaban como ovejas que no tienen
pastor”. Esta observación convierte a este texto en un testimonio muy actual.
Como ha escrito el papa Francisco, “la mentalidad mundana nos engaña, nos
atonta y nos vuelve mediocres, sin compromiso y sin gozo” (Gaudete et
exsultate, 159).
- “Como ovejas sin pastor”. Esa
es una forma muy gráfica para describir la situación de las gentes que salen al encuentro de Jesús. Ni la
situación política ni los cultos de Jerusalén podían ofrecer a las gentes
verdadero amparo y esperanza.
- “Como ovejas sin pastor”. Así
parece caminar en su orfandad una gran parte de la humanidad de hoy, seducida
por la apariencia de las modas y el consumo y alejada de la búsqueda de la
espiritualidad y del sentido de la vida.
- “Como ovejas sin pastor”. Esa parece la situación de muchas personas
bautizadas, que durante un tiempo han declarado ser creyentes no practicantes
para terminar avergonzándose hasta de parecer creyentes.
Señor Jesús, tú conoces nuestros
sentimientos y adviertes esa sensación de orfandad que experimentamos. Que tu
Espíritu despierte en nosotros un resto de curiosidad para salir a tu
encuentro. Sólo tú te compadeces realmente de nosotros. Gloria a ti por los
siglos. Amén.
D. José-Román Flecha Andrés
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