Festividad de la Epifanía del Señor. 6 de enero de 2018.
En el libro de Isaías se incluye
una vibrante profecía, en la que se exhorta a Jerusalén a levantarse y vestirse
de luz. El mundo está sumergido en la oscuridad, pero la gloria del Señor
amanece sobre la ciudad. A ella se encamina la peregrinacion de los pueblos de
la tierra. Un día llegarán desde lejos hasta su templo, “trayendo incienso y
oro, y proclamando las alabanzas del Señor” (Is 60, 1-6).
Encontes se postrarán ante el
Señor todos los reyes de la tierra y todos los pueblos le servirán, según se
proclama en el salmo responsorial (Sal 71). Se anuncia, por tanto, una fiesta
universal que encontrará su motivo final en la salvacion esperada por toda la
humanidad.
Con razón se dice en la carta a
los Efesios que también los no judíos son coherederos de esa gracia. Todos los
habitantes de la tierra son miembros del mismo cuerpo y partícipes de la
promesa que se ha realizado en Jesucristo, por el Evangelio (Ef 3,2-3a.5-6).
EL CAMINO DE LA ESTRELLA
Así pues, el texto evangélico nos
invita a pensar en la universalidad de la salvación, a agradecerla y a
convertirla en motivo de nuestro compromiso (Mt 2,1-12). Los pastores que
adoraron a Jesús representaban al pueblo de Israel. Los Magos que llegan de
oriente, siguiendo la luz de una estrella, evocan la vocación de los demás
pueblos.
En los gestos de los Magos
descubrimos las actitudes que van llevando al hombre a descubrir la luz y a
caminar a su resplandor. La atención a la naturaleza, el ponerse en camino y
postrarse en adoración son la parábola del seguimiento cristiano.
- Nacido en Belén de Judá, Jesús
se muestra al mundo por medio de una estrella. Tampoco ahora faltan los signos
de la presencia de Dios en la historia humana. Pero hace falta salir de
nuestros propios intereses para prestar atención a esas señales de salvación.
- Los Magos buscan la
manifestación de Dios y la encuentran en Jesús. Es decir, en la fuerza de Dios
que se manifiesta en la pequeñez, en la sencillez y en la debilidad de la vida.
Eso les llena de una inmensa alegría.
- Los Magos siguen un camino
difícil que tiene por meta al Mesías Jesús. La búsqueda sincera del Señor no
quedará defraudada. Pero necesitamos superar el temor y la comodidad, las
críticas y las frustraciones que encontraremos a lo largo del camino.
LOS PASOS DEL CAMINO
Recordando a los Magos, comenta
San Juan de Ávila: “Los hombres que por miedo, por vergüenza, dejan de servir a
Dios y se vuelven atrás de lo comenzado no son buenos para el cielo”1. Así que
también nostros nos preguntamos qué pasos del camino nos llevarán hasta Jesús.
- Para llegar hasta el Señor,
como los Magos, hay que estar dispuestos a abandonar la comodidad y la rutina
de cada día para ponerse en camino.
- Hay que escudrilar las señales
de los tiempos y consultar las Escrituras, hay que decidirse a adorar solo al
Señor y ofrecerle lo mejor de nosotros mismos.
- Y hay que decidir volver a
nuestros quehaceres y compromisos por un itinerario diferente y con un espíritu
renovado por el encuentro con el Señor.
Como dijo el papa Benedicto XVI,
“los Magos que vienen de Oriente son solo los primeros de una larga lista de
hombres y mujeres que en su vida han buscado constantemente con los ojos la
estrella de Dios, que han buscado al Dios que está cerca de nosotros, seres
humanos, y que nos indica el camino”2.
Señor Jesús, Tú eres la meta de
nuestros caminos. Como los Magos, también nosotros queremos dejar nuestra
comodidad y mantenernos en peregrinación y en búsqueda. Que tu luz nos guíe
para que, abiertos a la verdad, podamos adorarte y ofrecerte lo mejor de
nuestros dones. Amén.
D. José Román Flecha Andrés
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