El 6 de Enero celebra la Iglesia
Católica la solemnidad de la Epifanía, es decir, de la Manifestación de Jesús,
Hijo de Dios, ante los pueblos de la tierra, representados por los Magos de
Oriente. La Navidad era en principio una fiesta privada, un acontecimiento de
familia. La Epifanía es, en cambio, una fiesta social: La Presentación de Jesús
ante el conjunto de la humanidad, la venida mesiánica de los pueblos, en busca
del Salvador.
Ésta es una fiesta pendiente, que
se apoya en un "midrash" o relato simbólico, construido por el
Evangelio de Mateo, partiendo de las profecías de Isaías y Miqueas. No dice lo
que ha sido (lo que un día pasó externamente en Belén de Judá), sino lo que ha
de ser, lo que hemos de hacer, según la profecía, abriendo un camino de esperanza
universal, a partir del nacimiento de Jesús, con el signo de la Estrella de
Oriente, para iluminar el mundo entero.
Es fiesta de Jesús, que espera en
brazos de su madre, con José, la llegada de los magos . Pero es, sobre todo, la
fiesta de esos "magos" que, en medio de un mundo sangriento de
batallas y luchas por el oro y el dominio brutal de la tierra, siguen buscando
la luz de Dios en la vida de un Niño que nace.
No es fiesta de "reyes"
especiales, con poder para imponerse, sino de magos que ofrecen una sabiduría
más alta, en libertad y en gratuidad. La intención del Rey Herodes bien clara
se ve, quiere matar al niño. Los magos, en cambio (¡no reyes!), son hombres o
mujeres de experiencia y compromiso de amor al servicio de la vida; así quieren
coronar a Jesús como Rey de Dios, Rey Niño, para que todos los hombres y
mujeres de la tierra seamos reyes como dirá Jesús al proclamar su mensaje:
- Que todos seamos
reyes-hermanos-amigos del Reino de Dios. Una "fiesta de reyes
particulares" sería totalmente contraría al sentido de este día.
- No es que lo seamos todos para
que ninguno lo sea de verdad, sino que todos seamos Magos y Reyes, herederos y
"propietarios" del Reino de Dios, en libertad y amor, bailando y
gozando en torno al Niño Rey Dios, que son hoy todos los niños del mundo.
Por eso, esta fiesta es nuestra
fiesta, y sigue pendiente, pues depende de nosotros, mujeres y hombres,
llamados a ser magos, oponiéndonos así el poder de Herodes (que es el dominio
del mundo a través del dinero, en sumisión a las legiones imperiales), para
que los niños puedan nacer a la vida, aunque para ello tengan que estar
dispuestos a huir, a oponerse claramente a los poderes que dominan esta
tierra.
Es una fiesta pendiente... Se han
apoderado de ella los mercaderes de mercados de "casta" que no creen
en nada, y los reyes y gobiernos que se inclinan ante su ley, no a la vida de
los hombres... Por eso, buscando a Jesús, estamos llamados a superar esta
fiesta de mercado y reino elitista que el mismo Jesús mayor quiso limpiar
cuando entró en el mercado de mercaderes del templo.
Es una fiesta que podemos y
debemos rescatar, al servicio de la Vida de Dios que se revela en la vida de
los hombres, empezando por los niños. No es una fiesta "astronómica",
aunque algunos se han empeñado en entenderla así, buscando la
"supernova" o conexión de planetas astrales. Es una fiesta humana,
radicalmente humana, de todos los hombres y mujeres de la tierra, llamados a
ser Reyes con Jesús.
UNA FIESTA PENDIENTE
1. Está pendiente aún, porque
habla de magos de Oriente, de la tierra del sol (Mesopotamia, Persia, la India,
hasta China), que ha sido siempre para los judíos el foco y origen de la
sabiduría y de la vida... En conjunto, ellos siguen en camino, no han llegado
todavía hasta Belén. En tiempo de Jesús dominaba sobre el mundo conocido un
emperador de Occidente (Roma), pero como buen judío Mateo sigue esperando la
llegada de lo sabios de Oriente. Nosotros nosotros les seguimos esperando, nos
hallamos ante un profecía y fiesta pendiente.
2. Es una fiesta pendiente,
pues los que vienen no son reyes sino "magos", en el sentido original
de astrónomos, expertos en la fiesta interior de la vida, en el equilibrio
cósmico. La "imaginación posterior" les ha hecho reyes, y los ha
puesto más en un transfondo político de Roma (o de Bizancio), en línea de poder
externo. Pero ellos no tienen ningún poder externo, no son conquistadores, sino
expertos en humanidad hombres que vinculan la estrella del cielo con el niño que
nace. Son la sabiduría de la vida. Esperamos que vengan. Sin duda, ellos son
signos de una fiesta pendiente.
3. Es una fiesta pendiente
porque no la han asumido todavía oficialmente las mujeres. Hemos imaginado que
los magos son "varones" ¿por qué no pensar que son mujeres, tres,
cuatro, otras muchas? Mujeres que vienen del origen de la vida de Dios,que
enseñan al Niño a vivir, que traen su dones "infinitos": La palabra,
el agua, la esperanza... Estas son las mujeres que expresan la magia buena de
la vida, el arte de dar a luz y educar, el origen de toda cultura, ha sido
siempre tarea de mujeres. Sin duda son ellas las que han hecho posible el
nacimiento y despliegue mesiánico de Jesús, aunque hayan sido después muy
marginadas en la Iglesia. Ésta es sin duda una fiesta pendiente, así tendremos
que poner a Jesús en manos de mujeres.
4. Es fiesta pendiente, porque
es fiesta de los dones de la vida, de la vida hecha regalo de amor, de
experiencia y riqueza compartida.Los dones de los magos "no son dinero",
no son objeto de cambio universal, para comprar y vender todo (hasta cuerpos y
almas humanas), sino regalo y gozo de amor. El oro de estos magos/magas no es
capital de mercado (real ni virtual), sino capital"humano", belleza,
gozo y tarea de la vida que debemos compartir con Jesús, desde Jesús, todos los
humanos.
5. No es fiesta de reyes que
se imponen, sino de "magos" que ofrecen un nuevo conocimiento de la
vida. Es la fiesta de la Epifanía de Dios, es decir, de manifestación, no de
"imposición". No se trata de obligar, ni de exigir, ni de dominar a
nadie, sino todo lo contrario: de mostrar lo que somos, de manera humilde y
fuerte: ¡El gozo de la vida, el nacimiento de Dios que tenemos en nuestra
casa...
6. Es la fiesta de la
"revelación de Dios", su manifestación suprema, en la vida de Jesús,
un hombre que nace para "alumbrar" a otros hombres. Le digo a Dios.
No me traigas nada, ven tú; y Dios ha venido y se ha manifestado. Esta ha sido
durante siglos la fiesta principal de la Navidad, mejor dicho, la Navidad en
sí, como expresión de la Luz de Dios que alumbra a los hombres. Es una fiesta
de ilusión creadora, pues los "reyes" no son reyes, sino buscadores
de Dios, hombres atentos a la voz de la estrellas... Tampoco son
"magos" en sentido vulgar, sino visitantes que vienen de lejos
queriendo encontrar (y compartir) la verdad... Ellos nos preguntan. Podemos y
debemos responderles.
7. Es la fiesta de la
"estrella" ¿qué hacemos con la estrella. Hace aún dos días, una
cadena de Televisión de ámbito internacional ha querido descubrir y fijar la
estrella de los magos... Ese ha sido un tema que ha inquietado a muchísimos científicos, como verá quien siga leyendo. Pero el midrash del evangelio que
comentaré a continuación sabe que la estrella "está en el corazón de cada
hombre y mujer", en el conjunto de la humanidad. Es la estrella que abre
al conocimiento completo de la venida de Dios entre los hombres.
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