martes, 12 de agosto de 2014

Vº CENTENARIO DE LA CANONIZACIÓN DE SAN BRUNO



Nuestro paisano Fr Luis María nos remite la carta que el Papa Francisco envió a su orden con motivo de la celebración del Vº Centenario de la canonización de su Fundador, S. Bruno. 

Al Reverendo Padre Dom François-Marie VELUT
Prior de Chartreuse
Ministro General de la Orden de los Cartujos


Con ocasión del 500 aniversario de la “canonización equipolente” de San Bruno, doy gracias a Dios por esta bella y radiante figura, cuya vida, amasada de Evangelio, sigue inspirando a hombres y mujeres deseosos de seguir de manera particular a Jesús orante e que se ofrece para la salvación del mundo. ¡Cinco siglos pasaron desde que León X, tomando nota de la devoción de tantos fieles al siervo de Dios, Bruno, permitió la inserción de éste en el calendario litúrgico! Todavía hoy, por la densidad de su existencia, dedicada toda ella a una búsqueda asidua de Dios y a la comunión con Él, sigue siendo una estrella brillante en el horizonte, para la Iglesia y para el mundo.

Saludo, con particular afecto, lleno de admiración, a las hijas y a los hijos espirituales de este gran santo. Por su consagración, muestran de manera muy hermosa a los hombres de este tiempo la fe en el Dios revelado en Jesucristo como la verdadera y única luz “capaz de encender toda la existencia del hombre […], una luz que viene del futuro, que entreabre ante nosotros grandes horizontes y nos conduce más allá de nuestro “yo” aislado, hacia la amplitud de la comunión” (Lumen Fidei, n.4). Acordándome de la memorable visita de Benedicto XVI a la Cartuja de Serra San Bruno, en 2011, hago mías las palabras de mi Antecesor  reafirmando que la situación sociocultural actual, caracterizada por el ruido o, al contrario, por una soledad individualista, “pone en evidencia el carisma específico de la Cartuja como un don precioso para la Iglesia y para el mundo, un don que encierra un mensaje profundo para nuestra vida y para la humanidad entera” (Homilía del Papa Benedito XVI, Cartuja de Serra San Bruno, 9 de octubre de 2011).

Animando a los monjes y monjas a renovar la ofrenda de su vida al Señor, confío la Orden de la Cartuja a la solicitud maternal de la Virgen María y a la de San Bruno, y les concedo de muy buen grado una particular Bendición apostólica.

En el Vaticano, a 3 de junio de 2014.
Francisco

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