Reflexión Evangelio del Domingo 7 de Noviembre de 2021. 32º del Tiempo Ordinario.
1. Marcos, antes del
discurso escatológico y de la pasión, nos ofrece una escena que está cargada de
simbolismo. Se retoma, en cierta forma, el papel de la viuda y el profeta
Elías, como en el texto de 1Re 17,10. Las palabras contra los escribas que buscan
los primeros puestos… y más cosas, es probablemente una advertencia
independiente, pero que se entiende en nuestro texto con la narración que
describe la acción de la viuda. Jesús, en el Templo, está mirando a las
personas que llegan para dar culto a Dios. A Jerusalén llegaban peregrinos de
todo el mundo; judíos piadosos, pudientes, de la cuenca del Mediterráneo, que
contribuían a la grandeza de Jerusalén, de su templo y del culto majestuoso que
allí se ofrecía. Siempre se ha pensado que el culto debe ser impresionante e
imperecedero.
2. ¿Está Jesús a favor o en
contra del culto? Esta pregunta puede parecer hoy capciosa, pero la verdad es
que debemos responder con inteligencia y sabiduría. ¡No! ¡No está Jesús contra
el culto como expresión o manifestación de la religión! Pero también es verdad
que no hace del culto en el templo un paradigma irrenunciable. Jesús respeta y
analiza… y saca las consecuencias de todo ello. No dice a la mujer que se vaya
a su casa… porque todo aquello es mentira. No era mentira lo que ella vivía,
sino lo que vivían los “prestigiosos” de la religión que no eran capaces de ver
y observar lo que él hizo aquella mañana y enseñó a los suyos con una lección
de verdadera religión y culto.
3. Si nos fijamos, Jesús
está proponiendo el culto de la vida, del corazón, ya que aquella viuda pobre
ha echado en el arca del tesoro lo que necesitaba para vivir. Ella estaba
convencida, porque así se lo habían enseñado, que aquello era para dar culto a
Dios y entrega todo lo que tiene. Es, si queremos, un caso límite, con todo el
simbolismo y la realidad de lo que ciertas personas hacen y sienten de verdad.
Lo interesante es la “mirada” de Jesús para distraer la atención de todo el
atosigamiento del templo, del culto, de los vendedores, de lo arrogantes
escribas que buscan allí su papel. Esa mirada de Jesús va más allá de una
religión vacía y sin sentido; va más allá de un culto sin corazón, o de una
religión sin fe, que es tan frecuente.
4. Esa es, pues, la
interpretación que Jesús le hace a sus discípulos. Los demás echan de lo que
les sobra, pero la vida se la reservan para ellos; la viuda pobre entrega en
aquellas monedas su vida misma. Ese es el verdadero culto a Dios en el templo
de la vida, en el servicio a los demás. Sucede, pues, que la viuda (con todo lo
que esto significa en la Biblia) ofrece una religión con fe, con confianza en
Dios. Y solo Jesús, en aquella barahúnda, es capaz de sentir como ella y de
tener su mirada en penetrante vigilancia de lo que Dios desea y quiere. Una
religión, sin fe, es un peligro que siempre nos acecha… que tiene muchos
adeptos, a semejanza de los escribas que buscan y explotan a los débiles,
precisamente por una religión mal vivida e interpretada. Jesús ha leído la vida
de aquella pobre mujer, y desde esa vida en unas pocas monedas, ha dejado que
lleve adelante su religión, porque estaba impregnada de fe en Dios.
Fray Miguel de Burgos
Núñez
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