Homilía para el Domingo de
Resurrección, 20 de Abril de 2014. Ciclo A.
“Hay cristianos cuya opción parece ser la de
una cuaresma sin Pascua”. Así ha escrito el Papa Francisco en su exhortación La
Alegría del Evangelio (n.6). La Cuaresma nos ha ido preparando para aceptar la cruz de Jesucristo y para seguirle por el
camino.
El tiempo de Pascua nos ha de
ayudar a vivir con el Señor una vida resucitada. Así lo canta el himno: “Pascua
sagrada, ¡oh fiesta de la luz!, despierta tú que duermes, y el Señor te
alumbrará”.
Durante el tiempo de Pascua vamos
a meditar el libro de los Hechos de los Apóstoles. El discurso de Pedro que hoy
se lee no es una lección sobre ideas abstractas. Es un testimonio de vida:
“Nosotros comimos y bebimos con él después que resucitó, y él nos envió a
anunciar al pueblo que Dios le ha puesto como Juez de vivos y muertos”.
EL SEPULCRO VACÍO
También el evangelio nos refiere
el testimonio de Pedro y el discípulo amado del Señor. Aquel primer día de la
semana, las mujeres se acercaron hasta el sepulcro de Jesús, pero lo
encontraron vacío. Hasta hablaban de unos ángeles que les anunciaron que Él
estaba vivo.
Alarmados por estas noticias, los
discípulos corrieron hasta el sepulcro. No vieron el cuerpo de Jesús. La
constatación de la ausencia del Señor motiva el crecimiento en la fe. Si el
Señor no está entre los muertos, su vida entera puede ser releída con ojos de
fe.
• También nosotros contemplamos
hoy el sepulcro vacío de Jesús. Nos llama la atención que el evangelio repita
tantas veces que tanto María Magdalena como los dos discípulos “vieron” el sepulcro
vacío y las vendas que habían envuelto el cuerpo de Jesús.
• También nosotros en este día de
Pascua somos invitados a ver con los ojos de la fe el misterio del Señor
Resucitado. Y repetimos con gozo uno de los himnos pascuales: “La mañana
celebra tu resurrección y se alegra con claridad de Pascua. Se levanta la
tierra, como un joven discípulo en tu búsqueda, sabiendo que el sepulcro está
vacío ”.
LAS COSAS DEL CIELO
La carta a los Colosenses que hoy
se lee en la eucaristía contiene una exhortación a vivir como resucitados:
• “Hermanos, ya que habéis sido
resucitados con Cristo, buscad las cosas del cielo, donde está Cristo sentado a
la derecha de Dios”. De hecho, por el bautismo hemos muerto a un mundo de
pecado. Y hemos resucitado con él, que
es nuestra cabeza.
• “Pensad en las cosas del cielo,
no en las de la tierra”. Cristo es ya ahora nuestra vida. Su vida orienta la
dirección de la nuestra. Nuestros pensamientos e intereses han sido modificados
por su vida, por su muerte y por su resurrección.
• “Cuando él aparezca, vosotros
también apareceréis con él y tendréis parte en su gloria”. Cristo es ya ahora
nuestra vida, el motivo para vivir de otra manera. Pero es también el
fundamento de una esperanza que nos lleva más allá de la muerte.
- Señor Jesús, resucitado de
entre los muertos, te damos gracias porque con tu resurrección renuevas
en nosotros el don de la fe y nos ayudas a vivir en la esperanza que es
fortalecida por el amor. Amén. Aleluya.
D. José Román Flecha Andrés
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