Domingo 26 de mayo de 2013. Solemnidad
de la Santísima Trinidad. C
“Aquella eterna
fonte está escondida, que bien sé yo do tiene su manida, aunque es de noche… Su
origen no lo sé, pues no lo tiene, mas sé que todo origen de ella viene, aunque
es de noche… Bien sé que tres en sola una agua viva residen, y una de otra se
deriva, aunque es de noche”.
Basten
esas tres estrofas de San Juan de la Cruz para acercarnos al misterio de Dios,
fuente de la vida y de la gracia. Fuente increada y escondida, fuente de toda
luz y de corrientes que riegan las tierras y las gentes. Fuente única que nos
inunda a través de esos tres canales que se derivan uno de otro.
Difícilmente
se puede expresar de forma más bella la fe cristiana en la Trinidad de Dios que
celebramos en este domingo. Dios es comunidad eterna y comunicación con el
hombre, que el libro de los Proverbios presenta con la imagen de la Sabiduría
creadora que se goza con los hijos de los hombres (Prov 8, 22-31).
DESPEDIDA
Y REVELACIÓN
El
evangelio nos remite a las palabras de despedida que Jesús dirige a sus
discípulos tras la última cena (Jn 16, 12-15). Son unas pocas líneas, tan
densas como luminosas que nos introducen en el ser de Dios, en la vida de Dios,
en la comunicación de Dios. Sólo es posible subrayar aquí tres puntos
fundamentales.
-
El Espíritu de la verdad nos guiará hasta la verdad plena. La hondura y el amor
de Dios son inagotables, pero fecundos. Nos serán revelados por el Espíritu
mientras vamos haciendo camino. Su misterio es luminoso para quien se deja
guiar por el Espíritu.
-
El Espíritu glorificará a Jesús. Jesús ha sido ignorado y despreciado en su
tiempo hasta ser condenado a muerte. El Espíritu reivindica su suerte y revela
su gloria. También ahora y en todos los tiempos. Sólo gracias al Espíritu
acertamos a ver a Jesús glorificado.
-
Todo lo que tiene el Padre es de Jesús y es anunciado por el Espíritu. Conocido
por el Padre, sólo Jesús lo conocía a su vez. Esa comunidad interpersonal nos
es revelada siempre y a cada uno de nosotros por la presencia y la acción del
Espíritu.
TRINIDAD
Y PROGRESO MORAL
Es
comprensible que Santo Tomás escribiera que “la fe cristiana consiste
principalmente en la confesión de la santa Trinidad”. Puede resultar
sorprendente que Hegel llegara a escribir que “el que no sepa que Dios es uno y
trino no sabe nada del cristianismo”. Y,
sin embargo, Kant decía que a partir de la fe trinitaria “no se obtendría lo
más mínimo para el progreso moral”. Pero no es verdad.
•
La fe en la Trinidad de Dios nos revela el valor de lo comunitario. Si Dios es
una comunidad de personas, no se puede pensar ni organizar una sociedad sobre
la base de un individualismo excluyente.
•
La fe en la Trinidad de Dios nos revela la comunicación de tres personas
distintas. Si Dios es comunidad en la diversidad, no podemos tolerar una
sociedad en la que se trate de utilizar a las personas como si fueran piezas
anónimas de recambio en una máquina.
•
La fe en la Trinidad de Dios nos revela que su comunidad se abre a la comunicación
con los seres humanos. Si Dios se dirige a nosotros para hacernos partícipes de
su vida, de su salvación y de su amor, no podemos pensar que la peripecia
humana no tiene sentido.
-
“Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, por los siglos
de los siglos. Amén”.
D. José-Román Flecha Andrés
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