lunes, 5 de enero de 2015

EPIFANÍA DE NTRO. SEÑOR JESUCRISTO


El 6 de Enero celebra la Iglesia Católica la solemnidad de la Epifanía, es decir, de la Manifestación de Jesús, Hijo de Dios, ante los pueblos de la tierra, representados por los Magos de Oriente. La Navidad era en principio una fiesta privada, un acontecimiento de familia. La Epifanía es, en cambio, una fiesta social: La Presentación de Jesús ante el conjunto de la humanidad, la venida mesiánica de los pueblos, en busca del Salvador.

Ésta es una fiesta pendiente, que se apoya en un "midrash" o relato simbólico, construido por el Evangelio de Mateo, partiendo de las profecías de Isaías y Miqueas. No dice lo que ha sido (lo que un día pasó externamente en Belén de Judá), sino lo que ha de ser, lo que hemos de hacer, según la profecía, abriendo un camino de esperanza universal, a partir del nacimiento de Jesús, con el signo de la Estrella de Oriente, para iluminar el mundo entero.

Es fiesta de Jesús, que espera en brazos de su madre, con José, la llegada de los magos . Pero es, sobre todo, la fiesta de esos "magos" que, en medio de un mundo sangriento de batallas y luchas por el oro y el dominio brutal de la tierra, siguen buscando la luz de Dios en la vida de un Niño que nace.

No es fiesta de "reyes" especiales, con poder para imponerse, sino de magos que ofrecen una sabiduría más alta, en libertad y en gratuidad. La intención del Rey Herodes bien clara se ve, quiere matar al niño. Los magos, en cambio (¡no reyes!), son hombres o mujeres de experiencia y compromiso de amor al servicio de la vida; así quieren coronar a Jesús como Rey de Dios, Rey Niño, para que todos los hombres y mujeres de la tierra seamos reyes como dirá Jesús al proclamar su mensaje:

- Que todos seamos reyes-hermanos-amigos del Reino de Dios. Una "fiesta de reyes particulares" sería totalmente contraría al sentido de este día.

- No es que lo seamos todos para que ninguno lo sea de verdad, sino que todos seamos Magos y Reyes, herederos y "propietarios" del Reino de Dios, en libertad y amor, bailando y gozando en torno al Niño Rey Dios, que son hoy todos los niños del mundo.

Por eso, esta fiesta es nuestra fiesta, y sigue pendiente, pues depende de nosotros, mujeres y hombres, llamados a ser magos, oponiéndonos así el poder de Herodes (que es el dominio del mundo a través del dinero, en sumisión a las legiones imperiales), para que los niños puedan nacer a la vida, aunque para ello tengan que estar dispuestos a huir, a oponerse claramente a los poderes que dominan esta tierra.

Es una fiesta pendiente... Se han apoderado de ella los mercaderes de mercados de "casta" que no creen en nada, y los reyes y gobiernos que se inclinan ante su ley, no a la vida de los hombres... Por eso, buscando a Jesús, estamos llamados a superar esta fiesta de mercado y reino elitista que el mismo Jesús mayor quiso limpiar cuando entró en el mercado de mercaderes del templo.

Es una fiesta que podemos y debemos rescatar, al servicio de la Vida de Dios que se revela en la vida de los hombres, empezando por los niños. No es una fiesta "astronómica", aunque algunos se han empeñado en entenderla así, buscando la "supernova" o conexión de planetas astrales. Es una fiesta humana, radicalmente humana, de todos los hombres y mujeres de la tierra, llamados a ser Reyes con Jesús.

UNA FIESTA PENDIENTE

1. Está pendiente aún, porque habla de magos de Oriente, de la tierra del sol (Mesopotamia, Persia, la India, hasta China), que ha sido siempre para los judíos el foco y origen de la sabiduría y de la vida... En conjunto, ellos siguen en camino, no han llegado todavía hasta Belén. En tiempo de Jesús dominaba sobre el mundo conocido un emperador de Occidente (Roma), pero como buen judío Mateo sigue esperando la llegada de lo sabios de Oriente. Nosotros nosotros les seguimos esperando, nos hallamos ante un profecía y fiesta pendiente.

2. Es una fiesta pendiente, pues los que vienen no son reyes sino "magos", en el sentido original de astrónomos, expertos en la fiesta interior de la vida, en el equilibrio cósmico. La "imaginación posterior" les ha hecho reyes, y los ha puesto más en un transfondo político de Roma (o de Bizancio), en línea de poder externo. Pero ellos no tienen ningún poder externo, no son conquistadores, sino expertos en humanidad hombres que vinculan la estrella del cielo con el niño que nace. Son la sabiduría de la vida. Esperamos que vengan. Sin duda, ellos son signos de una fiesta pendiente.

3. Es una fiesta pendiente porque no la han asumido todavía oficialmente las mujeres. Hemos imaginado que los magos son "varones" ¿por qué no pensar que son mujeres, tres, cuatro, otras muchas? Mujeres que vienen del origen de la vida de Dios,que enseñan al Niño a vivir, que traen su dones "infinitos": La palabra, el agua, la esperanza... Estas son las mujeres que expresan la magia buena de la vida, el arte de dar a luz y educar, el origen de toda cultura, ha sido siempre tarea de mujeres. Sin duda son ellas las que han hecho posible el nacimiento y despliegue mesiánico de Jesús, aunque hayan sido después muy marginadas en la Iglesia. Ésta es sin duda una fiesta pendiente, así tendremos que poner a Jesús en manos de mujeres.

4. Es fiesta pendiente, porque es fiesta de los dones de la vida, de la vida hecha regalo de amor, de experiencia y riqueza compartida.Los dones de los magos "no son dinero", no son objeto de cambio universal, para comprar y vender todo (hasta cuerpos y almas humanas), sino regalo y gozo de amor. El oro de estos magos/magas no es capital de mercado (real ni virtual), sino capital"humano", belleza, gozo y tarea de la vida que debemos compartir con Jesús, desde Jesús, todos los humanos.

5. No es fiesta de reyes que se imponen, sino de "magos" que ofrecen un nuevo conocimiento de la vida. Es la fiesta de la Epifanía de Dios, es decir, de manifestación, no de "imposición". No se trata de obligar, ni de exigir, ni de dominar a nadie, sino todo lo contrario: de mostrar lo que somos, de manera humilde y fuerte: ¡El gozo de la vida, el nacimiento de Dios que tenemos en nuestra casa...

6. Es la fiesta de la "revelación de Dios", su manifestación suprema, en la vida de Jesús, un hombre que nace para "alumbrar" a otros hombres. Le digo a Dios. No me traigas nada, ven tú; y Dios ha venido y se ha manifestado. Esta ha sido durante siglos la fiesta principal de la Navidad, mejor dicho, la Navidad en sí, como expresión de la Luz de Dios que alumbra a los hombres. Es una fiesta de ilusión creadora, pues los "reyes" no son reyes, sino buscadores de Dios, hombres atentos a la voz de la estrellas... Tampoco son "magos" en sentido vulgar, sino visitantes que vienen de lejos queriendo encontrar (y compartir) la verdad... Ellos nos preguntan. Podemos y debemos responderles.

7. Es la fiesta de la "estrella" ¿qué hacemos con la estrella. Hace aún dos días, una cadena de Televisión de ámbito internacional ha querido descubrir y fijar la estrella de los magos... Ese ha sido un tema que ha inquietado a muchísimos científicos, como verá quien siga leyendo. Pero el midrash del evangelio que comentaré a continuación sabe que la estrella "está en el corazón de cada hombre y mujer", en el conjunto de la humanidad. Es la estrella que abre al conocimiento completo de la venida de Dios entre los hombres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario