jueves, 21 de agosto de 2014

...RELATOS PARA PENSAR


LOS DOS HERMANOS

Dos hermanos, un soltero y el otro casado, poseían una granja cuyo fértil suelo producía abundante grano, que los dos hermanos se repartían a partes iguales.

al principio, todo iba perfectamente. Pero llegó un momento en el que el hermano casado empezó a despertarse sobresaltado por las noches, pensando: No es justo. Mi hermano no está casado y se lleva la mitad de la cosecha. Yo tengo mujer y cinco hijos, de modo que, cuando sea anciano, tendré todo cuanto necesite. Sin embargo, ¿quién cuidará de mi pobre hermano cuando sea viejo? Necesita ahorrar para el futuro mucho más de lo que actualmente ahorra porque su necesidad es mayor  que la mía.

Entonces, se levantaba de la cama, e iba en secreto a donde vivía su hermano y vaciaba en el granero de éste un saco de grano.

También el hermano soltero comenzó a despertarse por las noches y a decirse a sí mismo: Esto es una injusticia. Mi hermano tiene mujer y cinco hijos y se lleva la mitad de la cosecha. Yo no tengo que mantener a nadie más que a mi mismo.

¿Es justo, acaso, que mi hermano, cuya necesidad es mayor que la mía, reciba lo mismo que yo?

Entonces se levantaba de la cama y llevaba un saco de grano al granero de su hermano.

Un día se levantaron de la cama al mismo tiempo y tropezaron uno con otro, cada cual con un saco de grano a las espaldas.

Muchos años más tarde, cuando ya habían muerto los dos, el hecho se fue conociendo por toda la comarca. Y cuando los ciudadanos decidieron levantar un templo, escogieron para ello el lugar en el que ambos hermanos se habían encontrado, porque no creían que hubiera en la ciudad otro lugar más santo que aquel.


(De la revista Homilética)

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