Al recordar a Pedro y a Pablo, lo
que parece evidente es que ambos eran muy diferentes, tanto de temperamento
como de ideas. Hasta llegaron a pelearse en algún momento. Pero no deshicieron
la Iglesia sino que unieron sus diferentes puntos de vista para sentirse
complementarios y aceptar la riqueza que supone ser distintos, porque esa es la
multiplicidad y variedad que quiere el Espíritu: unidos en la diferencia.
Sobre este tema es ilustrador el
siguiente cuento o fábula.
La Carpintería.
"Cuentan que en la
Carpintería hubo una vez una extraña asamblea. Fue una reunión de herramientas
para arreglar sus diferencias. El martillo ejerció la presidencia, pero la
asamblea le notificó que tenía que renunciar. ¿Las causas? ¡Hacía demasiado
ruido! y además, se pasaba el tiempo golpeando. El martillo aceptó su culpa,
pero pidió que el tornillo fuera también expulsado; dijo que había que darle
muchas vueltas para que sirviera de algo. Ante el ataque, el tornillo aceptó
también, pero, a su vez, pidió la expulsión de la lija. Hizo ver que era muy
áspera en su trato y siempre tenía fricciones con los demás. Y la lija estuvo
de acuerdo, a condición de que fuera expulsado el metro que siempre andaba
midiendo a los demás según su medida como si fuera el único perfecto.
En eso entró el carpintero, se
puso el delantal e inició su trabajo. Utilizó el martillo, la lija, el metro y
el tornillo. Finalmente, la tosca madera inicial, se convirtió en un lindo
mueble.
Cuando la carpintería quedó
nuevamente sola, la asamblea reanudó la deliberación. Fue entonces cuando tomó
la palabra el serrucho, y dijo:
Señores, ha quedado demostrado
que tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades. Eso
es lo que nos hace valiosos. Así que no pensemos ya en nuestros puntos malos y
concentrémonos en la utilidad de nuestros puntos buenos.
La Asamblea encontró entonces que
el martillo era fuerte, el tornillo unía y daba fuerza, la lija era especial
para afinar y limar asperezas y observaron que el metro era preciso y exacto.
Se sintieron, entonces, un equipo capaz de producir muebles de calidad. Se
sintieron orgullosos de su fortaleza y de trabajar juntos."
(Revista Homilética)
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