domingo, 30 de diciembre de 2012

BIENAVENTURANZAS DE LA FAMILIA


Felices las Familias que han descubierto que no es lo mismo esforzarse por formar un hogar, que, simplemente preocuparse por construir una casa.

Felices las Familias que se dan cuenta de que no es lo mismo dialogar en serio, poniéndose en el lugar del otro, que, meramente, contarse algo que pasa.

Felices las Familias que saben que no es lo mismo compartir lo que se posee, que prestar alguna cosa o, de vez en cuando, "hacer beneficencia".

Felices las Familias que han comprendido que no es lo mismo practicar una religión y dar cumplimiento a ciertos ritos, que vivir la fe y que esa fe sea vida.

Felices las Familias que aprendieron a practicar el respeto cuando surgen las diferencias y ponen el amor sobre todo; el amor que todo lo cree y perdona.

Felices las Familias que confían en sus hijos, que honran a sus ancianos, que atienden a los más débiles y construyen, poco a poco, una sociedad mejor.

Felices las Familias que son semillas de nuevas familias que seguirán peregrinando en el Amor.

De la revista Homilética

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