martes, 2 de diciembre de 2025
lunes, 1 de diciembre de 2025
domingo, 30 de noviembre de 2025
TIEMPO DE VIVIR CON EL CORAZÓN DESPIERTO

Reflexión Evangelio Domingo 30 de Noviembre de 2025. 1º de Adviento.
Comenzamos un nuevo año litúrgico
La Iglesia, con sabia pedagogía, nos invita a abrir el
corazón al Adviento, ese tiempo breve pero intenso que nos prepara a celebrar
el misterio de la Encarnación. No se trata simplemente de “esperar la Navidad”,
como quien cuenta los días hasta una fiesta familiar. Adviento es tiempo de
despertar, de volver a poner la mirada en el horizonte de nuestra esperanza: el
Señor que vino, que viene y que vendrá.
El evangelio de este domingo nos sitúa ante la palabra clave
de este tiempo: “velad”. Jesús la repite con insistencia. Velar no es vivir
asustados, ni en una tensión nerviosa; es vivir despiertos, atentos a la
presencia de Dios en nuestra historia. En un mundo que nos adormece con el
ruido, la prisa y el consumo, el Adviento nos sacude y nos recuerda que hay
algo más profundo que las luces de las calles o las compras de temporada: el
Señor está viniendo a nosotros.
El texto de Mateo nos habla de los días de Noé. “Comían,
bebían, se casaban… hasta que llegó el diluvio”. Jesús no critica esas
actividades; son cosas normales de la vida. Lo que reprocha es la indiferencia,
ese vivir como si Dios no existiera, como si la historia no tuviera meta ni
sentido. También hoy podemos caer en ese sueño: cumplir con nuestras rutinas,
hacer planes, trabajar, divertirnos… y sin embargo, dejar que el corazón se
apague. El Adviento es un llamado a salir de la indiferencia y volver a centrar
nuestra vida en lo esencial.
"La noche está avanzada, el día se acerca"
San Pablo, en la segunda lectura nos lo dice con palabras que
resuenan con fuerza: “Ya es hora de despertaros del sueño… La noche está
avanzada, el día se acerca”. El “día” del que habla Pablo no es una metáfora
poética, sino el día del Señor, el momento definitivo en que Cristo se
manifestará en plenitud. Pero ese día comienza ya aquí, cada vez que acogemos
su presencia en el corazón, en la Eucaristía, en los pobres, en la Palabra que
nos transforma. Por eso el Adviento no mira sólo hacia el futuro, sino también
al presente: Cristo viene ahora, en medio de la historia, en lo pequeño y
cotidiano.
"Venid, subamos al monte del Señor"
La primera lectura, del profeta Isaías, nos ofrece la imagen
de los pueblos que suben al monte del Señor. Es una visión de esperanza: las
armas se convierten en arados, los corazones se abren a la paz. En un tiempo en
que tantas guerras ensombrecen la tierra, esta palabra profética suena como una
llamada a ser constructores de esperanza y reconciliación. El Adviento nos
invita a caminar hacia ese monte, a dejarnos enseñar por el Señor sus caminos,
a trabajar por un mundo más justo y fraterno.
Velar, entonces, no es sólo rezar o esperar en silencio. Es
vivir con el corazón encendido, con la fe despierta y las manos activas. Es
tener la lámpara preparada, como las vírgenes prudentes de la parábola,
sabiendo que el Esposo puede llegar en cualquier momento. Velar es cuidar la
oración, pero también cuidar los gestos de amor, la atención al hermano, la
fidelidad en lo pequeño.
Quizás este Adviento podríamos hacernos una pregunta sencilla
pero exigente: ¿En qué me he dormido?
Tal vez en la rutina de la fe, en la falta de tiempo para
Dios, en el descuido de la familia, en la indiferencia ante los que sufren.
Despertar no siempre es cómodo, pero es el comienzo de una vida nueva.
El Adviento nos ofrece cuatro semanas para reorientar el
corazón. Cada vela que encendamos en la corona será un recordatorio de la luz
que Cristo quiere encender en nosotros. Cada lectura, cada canto, cada oración,
será una invitación a dejar que su venida nos renueve por dentro.
No sabemos el día ni la hora -dice el Señor-, pero sí sabemos
quién viene: Aquel que nos ama, que se hace niño, que comparte nuestra carne y
nuestras lágrimas. Por eso, la vigilancia cristiana no es miedo, sino alegría
confiada. Quien espera al Señor con fe no teme el futuro, porque sabe que el
final de la historia será un abrazo.
Que este Adviento nos encuentre despiertos, atentos y
agradecidos. Que sepamos descubrir la presencia de Cristo que viene a
visitarnos cada día en los rostros de quienes nos rodean. Y que, cuando llegue
la Navidad, no sólo tengamos listas las luces y los regalos, sino sobre todo el
corazón abierto al Emmanuel, el Dios-con-nosotros.
viernes, 28 de noviembre de 2025
UN JUBILEO QUE TERMINA Y UNA ESPERANZA QUE ES INFINITA
No queríamos cerrar el Jubileo'25 que han celebrado las Hermandades y Cofradías de Semana Santa de Villa del Río sin agradecer y hacer una breve reflexión de lo vivido antes de iniciar este tiempo de Adviento.
Desde el 24 de Mayo hasta el 23 de Noviembre se han sucedido diez salidas que han llevado la Eucaristía a lugares antes nunca visitados. Quién no lo ha entendido o valorado, habla de procesiones, incluso de manera despectiva, y no se trataba de ello. Han sido traslados organizados para celebrar la Santa Misa en cada uno de los barrios de nuestra localidad. Y es que, esa era la Santa Misión; la de llevar la Esperanza en Cristo a los corazones de los villarrenses.
Con tan sólo que una persona mayor haya salido en su silla de ruedas a ver pasar al Señor o la Virgen, con que una sola persona los haya visto llegar desde su balcón, con que alguien haya vuelto a recibir a Cristo en la comunión, con que los abuelos de la residencia hayan disfrutado del Señor en su casa, con que a alguien le hayan calado las palabras de las homilías, solamente porque alguien se haya santiguado de nuevo o traído a su mente a aquellos que se fueron y haya rezado por ellos, haya ayudado a los que se encuentran solos, o simplemente haya mejorado un poquito su vida... por todo ello, valió la pena esta Santa Misión histórica de las Hermandades.
Quedarán recuerdos imborrables de la Santa Misa del Resucitado en la preciosa plaza de la Cruz de los Mocitos adornada con mantones de colores, la Plaza de España rebosante para recibir a Santa Mª Magdalena, las véngalas y la estampa de Jesús Nazareno bajo el inmenso árbol en la Eucaristía, a los Dolores y los Estudiantes en los jardines de la casa de Pedro Bueno o por la barriada Oleum, la elegancia del abrazo de San Juan y la Virgen del Amor caminando por las calles, la Oración en el Huerto por la barriada de Cabrera con balcones decorados con sábanas blancas y ramos de olivo, la multitud que celebró la Santa Misa y acompañó al Santo Entierro al Cementerio, la estampa de la Soledad en las puertas del Colegio Poeta Molleja o bajando por la engalanada calle Estrella, la Hermandad de la Paz y Esperanza recorriendo las conocidas "casas chicas" y los bloques Mopu y la Franciscana Hermandad de la Humildad en la residencia de ancianos, transitando las calles con alfombras de serrín de colores o la Misa Góspel.
La Agrupación quiere agradecer a todas y cada una de las Hermandades el esfuerzo humano y económico realizado. En un año han sufragado dos salidas con el acompañamiento musical que cada una de ellas ha estimado conveniente. Gracias por su saber hacer y seriedad. Gracias a los miembros de las Juntas de Gobierno y cofrades que han colaborado aun cuando no les correspondía su salida en el montaje y desmontaje de los enseres y mobiliario necesario para la Eucaristía. Gracias a los capataces, a las cuadrillas de portadores y costaleros; especialmente a Conchi Polo y Sacramento Tello.
Gracias a nuestro Administrador Parroquial, Rvdo. Jeremías Abumwami y a D. Manuel Tirado, nuestro Párroco, por su cercanía y por su implicación en esta Santa Misión.
GRACIAS A TODO EL PUEBLO DE VILLA DEL RÍO, vecinos y personas que han demostrado su cariño a través de la decoración, la participación y la entrega en unos días históricos y espirituales para nuestras hermandades.
La Agrupación de HH.CC. quiere manifestar su más sincero agradecimiento a las bandas y agrupaciones que han participado, a Protección Civil, a la Policía Local y al Ilmo. Ayuntamiento de Villa del Río.
Que sigamos siendo "Peregrinos de Esperanza" en este tiempo de Adviento que comienza y que sean muchos los frutos de estas Misiones realizadas con el mayor cariño del mundo por nuestras Cofradías.
martes, 25 de noviembre de 2025
domingo, 23 de noviembre de 2025
LA HUMILDAD DE DIOS EN LAS CALLES
Hoy, Solemnidad de Cristo Rey del Universo, el Señor del Miércoles Santo en Santa Misión ha brillado como ascua entre su pueblo.
sábado, 22 de noviembre de 2025
LA ESPERANZA EN JESÚS
En esta tarde fría, los corazones han sentido e calor de Ntro. Padre Jesús de los Reyes y Ntra. Madre y Sra. de la Paz y Esperanza que han salido en Santa Misión a los barrios de las populares “Casas chicas” y Mopu. Puntuales y acompañados por la AM. Jesús Cautivo de Villa del Río. Se han trasladado en el paso de la Virgen hasta los jardines de la Pérgola San Carlos donde se ha celebrado la Eucaristía.
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De camino, Mª Ana, como tú, Con el alma y la vida a flor de piel, paso a paso tras las huellas de Jesús para amar, servir y hacer...
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