sábado, 12 de octubre de 2013

LA VIRGEN DEL PILAR NO DUERME

 1.- También hoy, como hace muchos siglos al Apóstol Santiago, sigue viniendo hasta nosotros en multitud de rasgos y distintas presencias la figura emblemática de Santa María en la advocación “del Pilar”.
Se acercó hasta un Apóstol que, abatido por la crudeza y la dureza de los corazones de aquellos primeros siglos, se encorvaba sobre sí mismo bajo el peso de las dificultades.

2.- ¡Vino, viene y vendrá la Virgen del Pilar! Vino para hacernos entender que la fe se construye solidamente sobre el pilar de la esperanza. Que los males y las batallas nunca serán más grandes que la valentía y la fortaleza de los hijos de la fe.

El enemigo del gran tesoro que llevamos en vasijas de barro, el Evangelio, es precisamente la desesperanza. Nunca el hombre ha tenido tanto y nunca como hoy se encuentra tan desorientado y con falta de motivos para creer, vivir y seguir adelante. La Virgen del Pilar nos invita a levantar un nuevo modo de vida sobre le pilar de la fe.

3.- Viene, hoy/aquí/ahora, en las situaciones de búsqueda y de inconformismo ante el mundo. Estamos en Año Santo Compostelano. Nos invita a ponernos en camino y, si estamos ya dentro de él, a no buscar atajos que conducen a lo fácil y mediocre, al alejamiento de Dios y a una vida sin conciencia, ni moral ni ética. Dar con el camino verdadero, es hoy más que nunca, poco menos que de héroes e intrépidos.

4.- Vendrá, la Virgen del Pilar, en los hombres y mujeres que anuncien (más allá de la propia comodidad y de los intereses personales, ideológicos, partidistas o con el falso disfraz del progresismo y modernismo) un mundo con los esquemas de Jesucristo. Una familia sólida y fundamentada en el amor generoso e insustituible del hombre y de la mujer. Un respeto tan delicado a la vida, que concebida y vista como don de Dios, sea mimada y no aniquilada por futuras leyes al antojo y capricho de cuatro a/moralistas.

5.- La Virgen del Pilar, lejos de dormir, se mantiene despierta y navegante a las orillas del Río Ebro en Zaragoza. Nos sigue refrescando y recordando en sus aguas, a veces tranquilas y cuando no tempestuosas, que el Evangelio es una corriente que vive y corre en aquellos que la han aceptado con alegría y que, luego, son capaces de propagarlo con ilusión, coherencia y valentía.

La Virgen del Pilar, no solamente “vino”….sigue estando presente y operativa en todo creyente que se acerca hasta Ella para hacer más pura, testimonial y nítida la fe. La Virgen del Pilar, lejos de enmudecer, habla en lenguaje y clave moderna constituyendo un elemento importante de cohesión y de identidad en el mundo hispano y católico. Vivir y legislar, en contra de esta realidad, sería hacer flaco favor a nuestra historia y quedarnos en una visión corta y cobarde de la presencia del hecho y del acontecimiento pilarista en gran parte del mundo.
D. Javier Leoz

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