domingo, 9 de noviembre de 2025

UN CORAZÓN LLENO DE SOLEDAD

 

En la tarde de ayer, tenía lugar la Santa Misión de la Hermandad de la Soledad.

Sin duda, la bella Dolorosa de Martínez Cerrillo ha centrado las miradas de cuantos la han visto caminar desde la Parroquia a las puertas del Colegio Poeta Molleja para celebrar la Eucaristía.

En la misma, D. Jeremías, nos ha invitado a cuidar nuestro corazón, nuestro templo, a no llenarnos de ruido y de cosas materiales; que no son capaces de acallar la soledad de muchas personas en la sociedad de hoy. Nos ha animado a ayudar al prójimo en esas soledades que llevan al ser humano a decisiones erróneas.

Tras las Santa Misa, el cortejo se ha dirigido por Grupos Escolares, Naranjo, Estrella y Nueva en las que los vecinos han decorado sus balcones y el cielo de sus calles con banderolas. Se han instalado varios altares al paso de la Virgen, que ha hecho una preciosa bajada por la estrecha calle del Hierro hacia la plaza.

La Agrupación de HH.CC. quiere agradecer el trabajo infatigable de la Hermandad de la Soledad. Gracias a la Policía Local y al Ilmo. Ayuntamiento de Villa del Río.

Que este año de Jubileo, llene nuestros corazones de la Esperanza en Cristo vivo y Resucitado.

sábado, 8 de noviembre de 2025

"NO CONVIRTÁIS EN UN MERCADO LA CASA DE MI PADRE"

Reflexión Evangelio Domingo 9 de Noviembre de 2025. 31º del Tiempo Ordinario.

"Destruid este templo, y en tres días lo levantaré"

Jesús ha querido limpiar el Templo y se ha organizado esa barahúnda en que los chasquidos del látigo se han mezclado con las palabras de todos… Jesús ya conocía ese ambiente del Templo en esos días en que, ya cercana la fiesta de la Pascua, se acercaban allí gentes de todos los lugares que querían rendir culto a Dios… sí, en el Templo de Jerusalén, la casa de Dios…

No se ha entretenido en sutilezas, miramientos ni justificaciones de que todo era “por el culto del Templo”, sino que su furor por la casa y celo de su Padre Dios no le permitían atender tantas argucias para justificar un culto vacío.

Así Cristo ha considerado “a los amigos del Templo como a los más peligrosos enemigos del verdadero Templo donde adorar a Dios en verdad”, como dirá a la samaritana (Jn 4 21ss).

Si terrible fue ver a Jesús echando a los mercaderes también lo fueron sus palabras…: “no convirtáis en mercado la casa de mi Padre”. Hoy podemos decir que tenemos conciencia del alcance del gesto y de las palabras de Cristo. Y cómo el agua que va manando del Templo va dando vida a todo con abundancia y su visión se convierte en un río de agua viva que lleva hasta la vida eterna.

"Sois edificio de Dios"

Y Pablo, escribiendo a los cristianos de Corinto, nos habla de que, como creyentes debemos ser colaboradores de Dios para la edificación de su iglesia siendo Jesucristo el único fundamento sobre el que se debe construir. Pero esos creyentes, nosotros, son templo de Dios donde mora el Espíritu. Y ahí está la Iglesia…

Pero debemos tener en cuenta que la Iglesia es comunión de los fieles cristianos que vivimos el mismo Evangelio de Jesús, por encima de tantos intereses como surgen en las iglesias particulares.

Las pequeñas diferencias no nos pueden hacer decir: “Yo soy de Pablo, yo soy de Apolo, yo soy de Cefas, yo soy de Cristo ¿Está dividido Cristo?” (1 Cor 1,12). Nosotros sí estamos divididos.

Las diferencias, lejos de ser motivo de distanciamiento, debieran ser una riqueza y un estímulo, una ocasión de buscar la mutua emulación en el bien.

Sí, es cierto que los creyentes nos reunimos para orar en edificios de piedra. Pero hay templos más importantes, y sin ellos el de piedra no tendría ningún sentido ni valor. Ya hemos recordado a la samaritana, a quien Jesús dice que siendo todos nosotros “templos del Espíritu” lo que importa es adorar al Padre en espíritu y verdad. Actitudes fundamentales para relacionarnos con Dios.

Dedicación de la Basílica de Letrán

Recordar y celebrar en este día y año jubilar a la madre de todas las iglesias es desear a todos los cristianos del mundo vivir en unidad y amor, siendo todos piedras vivas para la construcción de la Iglesia cuyo templo es Jesús que se entrega por todos sin distinción de raza, pueblo y nación.

Hay unas palabras de San Agustín que nos resultan significativas: “cuando recordemos la consagración de un templo, pensemos en aquello que dijo San Pablo: ‘cada uno de nosotros somos un templo del Espíritu Santo’. Ojalá conservemos nuestra alma como agrada a Dios para ser también templos santos donde more su Espíritu”.